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«Al final del camino sólo hay un muro»: entrevista Juan Carlos Román

Por Alfredo Padilla

 

El amor es una amistad con momentos eróticos, solía decir el poeta y novelista español Antonio Gala, autor de Ahora hablaré de mí (Planeta, 2000); a fuerza de hablar de amor, uno llega a enamorarse, nada tan fácil de ser limitado en conceptos, es la pasión más natural del ser humano y hay que tener cuidado, le respondería hipotéticamente, siglos atrás, un Blaise Pascal (El arte de convencer, 1657). Lo cierto es que dentro de la maquinaria de la narrativa, todas las historias son historias de amor, siempre que haya un protagonista y una antagonista se determina un fino y delicado hilo en el que todos nos convertimos en amantes aliados. Este hilo nos une y nos salva de ser tragados por nuestra sombra: el afecto nos redime.

De esta manera, Juan Carlos Román (Monterrey, 1993) teje en Henos Aquí (Los Libros de Bataille, 2018) una historia de amor y de espectros alegóricos en la que Ximena conoce a José, un joven que siempre se ha sentido perdido, viviendo con la falsa esperanza de que el arte, o el afecto, pueden otorgarle felicidad a su vida. Ambos emprenderán un camino minado de mentiras, engaños y enredos para encontrar la felicidad o la algarabía en un mundo colmado de antagonistas. Ya lo dijo D.T. Max en la biografía de David Foster Wallace: todas las historias de amor son historias de fantasmas.

Hablamos con este novel autor acerca de su primera novela publicada por la editorial independiente Los Libros de Bataille.

¿Cuáles son esas diversas historias y anécdotas que esconde Monterrey tu ciudad natal que te llevaron a escribir Henos aquí?

Podría decir que hay muchos eventos de mi vida que me dieron la inspiración para escribir la novela, algunos con más peso que otros. Sin embargo, lo que definitivamente es más interesante, o al menos en mi opinión, son las historias que cuento sobre la ciudad, las cuales tienden a ser verídicas. Respondiendo la pregunta, creo que prefiero mantener en secreto la línea entre la realidad y la ficción. Hay historias que nos definen, independientemente si son reales o no, y creo que la novela colecciona las que conforman la esencia de mi personalidad.

 

Todas las historias de amor son historias de fantasmas es la biografía de David Foster Wallace que escribió D.T. Max; en el tono de este título, ¿Henos aquí es una convencional historia de amor (y de fantasmas metafóricamente)?

Definitivamente. Estamos acostumbrados a las historias donde el amor es la meta que buscamos día con día. Sin embargo, es dura de aprender, la lección de ser feliz con uno mismo sin la necesidad de alguien más, sea una pareja, un amigo, o un familiar. El amor es una cosa hermosa que merece ser compartida, pero antes de darla, tienes que aprender a tenerla para ti mismo. A la idea de ser feliz con tu reflejo. Henos aquí es la historia de cómo se aprende esa lección, sobre buscar esos fantasmas que nos atormentan, y no tratar de exorcizarlos, sino aceptarlos como parte de nuestro ser.

 

¿Qué tan parecido es el personaje de José al de Juan Carlos Román, qué tanto hay de primera persona en la novela?

Como es mi primer libro, pensé en hacerlo fiel a mis filosofías, mis pensamientos, algunas de las cosas que he pensado a lo largo de los años, la evolución que he tenido, etc. Decidí hacer a José con algunas claras similitudes a mi persona, para que me fuera más sencillo poder escribir sobre mis pensamientos. De esa manera, también pude tener la oportunidad de contar algunas experiencias propias y sobre algunas personas que han cruzado por mi vida.

 

“Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan los lentes cuando se tienen sobre la nariz”, escribió Gustave Droz, ¿radica en esta sentencia el hilo conductor de Henos aquí?

Creo que tengo una filosofía similar. Pienso que identificar nuestra felicidad, o al menos lo que necesitamos para conseguirla, no es algo complicado. Yo sé cómo es un Juan Carlos Román, puedo identificar lo que necesito conseguir, o alcanzar para ser esa persona. Lo difícil recae en atreverse a ir tras esa felicidad. Muchas veces, ese camino está pavimentado por fracasos, obstáculos, miedos, y tristeza. Me considero un ferviente fanático de las películas sobrenaturales, dato real al cual hago referencia en el libro, y en mi opinión, me resulta aterradora la idea de que muchas personas pueden encontrar el valor para encaminar este viaje, este camino lleno de dificultades, sabiendo que al final de este pueden no encontrar lo que buscaban. Tal vez al final de camino sólo hay un muro.

 

Como cinéfilo, cuáles son los referentes cinematográficos de ésta, tu primera novela publicada.

Uno de los atributos que comparto con el personaje principal y narrador de la novela, es mi fanatismo por lo sobrenatural y el género del terror, con el cual llevo una quisquillosa y difícil relación amor/odio, esto se debe a que es uno de los géneros cinematográficos que más películas tiene, y que sobretodo, tiene un menor porcentaje de encontrar algo de calidad. Una de las películas que más me ha marcado es The shinning (1980) de Stanley Kubrick, uno de los mejores filmes de terror psicológico de la historia. De ahí ha partido un sinfín de homenajes de mi parte hacia la cinta, como este libro, mi propia casa productora Redrum Films, mi programa de radio, etc.

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Has dicho que creaste un personaje con el que la mayoría de la gente se puede identificar, ¿cómo lograste dotarlo con una amalgama infinita de pensamientos, actitudes y posibilidades?

El personaje principal está muy centrado a mi propia personalidad, y yo me considero una persona bastante promedio. Tengo las mismas preocupaciones que la mayoría de la gente a los veinte años, comparto las mismas quejas y recorro las mismas calles tratando de sobrevivir el día con día. Espero que al leer la novela, el lector pueda identificarse con los personajes de este cuento, quienes a fin de cuentas también son personas reales que viven en esta ciudad.

 

¿Qué hay más allá del hipotético y desgastado final feliz?

Una de mis películas favoritas del final de la década de los sesentas, es The Graduate (1967), teniendo uno de los finales más memorables y reales que he visto en toda la historia del cine. Al final de la película, un joven logra irrumpir la boda de su amada, convenciéndola de escapar del altar. Siendo perseguidos por todos los invitados, los jóvenes enamorados logran escapar abordando un autobús. Lo interesante sucede al alejarse de la iglesia, que en el momento que pareciera que en una película convencional se haría el “fade to black” (comúnmente fadeout o final de las películas), continuamos viendo el rostro de la pareja y cómo sus sonrisas comienzan a desaparecer al contemplar el peso de la gran decisión que han tomado. El final feliz existe en los cuentos, pero en la vida real no existe el fade to black, tenemos que continuar viviendo con el peso de las decisiones que uno toma y aprender de ellas. Henos aquí nos muestra un final poco convencional, y que nos demuestra que un final feliz es sólo la ilusión que todos esperan encontrar al final del día.

 

¿Qué fue lo más complicado en el proceso de narrar la historia de una pareja como la de José y Ximena?

José y Ximena no son la pareja ideal, se podría decir que son un par de enamorados que poco a poco deben aceptar que jamás podrán estar juntos debido a las maletas que cargan del pasado. Lo más complicado fue crearle al lector esta ilusión de que podemos encontramos con un final feliz después de tanta búsqueda. Tal vez la felicidad no recaiga en con quién estás, sino en quién eres realmente.

 

En el proceso de la escritura, la imaginación y la memoria se confunden, ¿cómo te desprendiste de ti mismo en Henos aquí?

Descubrí, más que nada, la evolución por la que he pasado. Y digo evolución porque no creo que “madurez” sea la palabra adecuada. Definitivamente he aprendido mucho de mí personalidad, hablando sobre temas o memorias que usualmente no suelo tomar debido a mis inseguridades o miedos. Me di cuenta de que hay muchas historias en mi ciudad que valen la pena contar o leer. Espero que el público también descubra un lado de sí mismo al leer la novela. Especialmente, un lado incómodo, al que le suelen sacar la vuelta.

 

El arte necesita soledad, miseria, pasión, ¿pero necesita también del afecto, del amor, no meramente romántico?

Varía bastante, hay gente que los temas felices y positivos son los que los mueven, los hacen levantarse todos los días. Yo no quiero verme como un mártir, ni mucho menos. Solo creo que encuentro más inspiración en los temas tristes y/o negativos. Es muy fácil ser feliz, o hablar sobre qué tan feliz es uno, sin embargo, creo que se necesita mucho valor a la hora de hablar sobre los temas fuertes, difíciles, los que realmente hacen sentir a uno impotente. Lo veo como un reto. Atreverme a afrontar el lado oscuro que usualmente solemos reprimir.

 

¿Cómo es el panorama literario actual de Monterrey?

Me da mucho gusto ver cómo cada vez son más los jóvenes que se atreven a escribir un libro. Es una tarea bastante laboriosa, pero al hacerlo estamos promoviendo la cultura que tanto hace falta en nuestro país. Nunca sabes cuando tu historia puede ser la que inspire a otro a escribir la suya.

 

¿Qué opinión te merecen las editoriales independientes en México, y en especial de Los Libros de Bataille?

Me parece que brindan oportunidades bastante realistas de cumplir los sueños de muchos jóvenes al poder otorgar publicaciones de sus obras. Estoy muy agradecido con su trabajo y estoy seguro de que Henos aquí es el inicio de una carrera de la cual solo hemos visto la punta del iceberg.

 

¿En qué lugares puede el lector encontrar Henos aquí?

La novela está disponible en distintas librerías de Ciudad de México y Monterrey. Igualmente se puede conseguir en la tienda en línea de Amazon y en Estados Unidos, en Barnes & Noble.

 

¿Cómo los invitarías a leer esta historia colmada de falsas esperanzas, expectativas ilusorias de que el arte o el amor nos pueden otorgar la felicidad?

Todo el mundo se ha sentido perdido alguna vez, nos han rechazado, hemos afrontado la derrota y hasta nos hemos dado por vencidos. Henos aquí es la colección de todas esas historias, y del cómo encontrar motivos para seguir adelante. El camino a la felicidad está pavimentado de tristezas, pero alguien tiene que dar el primer paso.

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