Antonio H. Vargas
El jazzista mexicano Alex Mercado ha debutado con una nueva faceta: la de escritor, y su primera obra lleva por título Arte, consciencia y vida: aforismos cuánticos, misma que fue presentada hace algunos días en la ciudad de Morelia, donde estuvo acompañado por la comunicadora y cantante Jazmín David y el académico Julio Trujillo.
“Como el nombre lo indica, es un libro de aforismos, con destellos de verdad, es pues, la experiencia y la creatividad del autor, es un atreverse a ser”, comentó Julio Trujillo, mientras que David aseguró que “este texto permite la posibilidad dual, pasar del microcosmos para llevarte al macrocosmos y viceversa”.
Para Mercado, el libro es un diálogo natural que provoca el hecho de hacer y escuchar música, una conversación entre intérprete con el mundo que lo rodea. “Surge por la necesidad de expandir mis horizontes creativos y de explicar con la palabra lo que sucede en mi quehacer artístico, en mi quehacer musical, que es el profundizar la experiencia de la creación, de la improvisación en el jazz, de la interpretación, de la música, explicar qué es lo que sucede en ese momento en el que me someto a esa santa inspiración que todo lo cree posible”.
El libro gestado de manera independiente se compone de mil 680 aforismos a lo largo de 229 páginas, dividido en las tres partes que le dan su título: arte, conciencia y vida. Una obra pues que escapa del marketing publicitario y de la pose, apostando por la honestidad y contundencia.
Cabe resaltar que algunas piezas de su último disco, Paisajes, están inspiradas en los aforismos del libro, tal como Punto ciego, que nos permitimos citar:
“Hay un punto ciego que se nos escapa: el que reúne todos los objetos del ser humano y los absorbe como un agujero negro. El punto en que los opuestos se encuentran, las teorías se destruyen y el deseo se rinde de tanta insatisfacción, las búsquedas menguan y las ansiedades se calman. El punto en donde la fuerza se cansa de luchar, la verdad se cansa de ocultarse y el mal se cansa de mentir. Hay un punto ciego que se nos escapa y no es la muerte”.