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Antonio Sánchez: de un mal rockero a un gran jazzista

Por Antonio H. Vargas

El jazzista y compositor de música para cine Antonio Sánchez se presentó en el marco del vigésimo séptimo Festival de Música de Morelia. En distintitos foros habló de experiencias en el mundo del cine, de la música que interpreta y aprovechó para dar algunos consejos para los músicos amantes del jazz.

En la primera parte de una conferencia que concedió en Cinépolis centro abordó diferentes temas de su vida personal y profesional que lo llevaron al Jazz. Primeramente dijo que siendo nieto de Ignacio López Tarso se ve inmiscuido en el mundo artístico, sin quererlo, y además la influencia rocanrolera de su madre lo hacen declinar en favor de la música y no por la actuación. Sin embargó, confesó que en su corta vida en el rock ´n roll tuvo un rotundo fracaso.

Frustrado, busca otras opciones, entre ellas Berklee en Boston, una de las instituciones más destacadas para el estudio del jazz y géneros similares. En la segunda parte de su conferencia-entrevista con German Palomares nos habló de eso años en Berklee, de su relación e influencia con Danilo Pérez al que considera maestro y mentor, tocando en el trio de éste.

Convocado por Pat Matheny para formar parte de su grupo en una gira mundial, Sánchez habló del tratamiento que le da a la batería como un apéndice de sí mismo, por lo que hay que tocar e interpretar con pasión. Considera al jazz la más sincera de la expresiones musicales, pues compartes “todo aquello que sientes al momento de interpretar una pieza, y esa sensación no es la misma de mañana o la misma de ayer”. Además, puntualizó cómo conoció al Negro Iñárritu en California después de un concierto y cómo éste lo abordó y no dejaba de alabar su trabajo con la batería.

En la tercera parte de la entrevista habló de sus experiencias encontradas al realizar la banda sonora de Birdman. Primeramente el también director de Amores Perros sólo le proporcionó el guión, y le explicó que quería algo de improvisación “sucia”, es decir, desafinada con instrumentos tal vez oxidados o con mucho tiempo sin usarse; fue todo un reto para Antonio, ya que de la nada tenía que componer la música original de la posteriormente galardonada obra.

El proceso de composición de la cinta se invirtió, ya que regularmente la música original se deja para cuando la cinta está finalizada y las piezas se van incrustando a lo largo de ella, pero en Birdman ocurrió al contrario: Iñarritu le pide algunos demos al artista de la batería y en una sesión de estudio ambos comienzan hacer magia, ya que el director le narra la historia y Antonio Sánchez tiene que improvisar y crear tan controvertido tema para la película; “fue un proceso difícil y creativo pero muy divertido” puntualiza.

Después de que la obra no fuera nominada al Oscar, Sánchez tomó la decisión de ya no participar en bandas sonoras, pues prefiere el dinamismo del jazz y la frescura de la improvisación.

Sobre el nuevo disco de Migration Band, Meridiant Suit, el baterista lo considera una “novela musical”, debido a que los meridianos son líneas imaginarias que surcan la tierra, y nuestros cuerpos y mentes interactúan y se entrelazan de distintas maneras, llevando la analogía a su propia composición.

El concierto que por la noche ofreció en la Casa de la Cultura de Morelia duró cerca de 80 minutos, un jazz continuo, sin descanso, con la participación del público. Hay que recalcar que los solos de cada instrumento fueron espectaculares, como si cada uno de ellos fuera un personaje que entrelaza una historia al borde del abismo, incluso la voz, ya que este se usó también como instrumento.

Los integrantes de la banda son Seamus Blake en el saxofón y metales, John Escret en el piano, Matt Brewer con el bajo, Thana Alexa en la voz y Antonio Sánchez en la composición y batería.

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