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Blues train, railroad songs

Blues train, railroad songs, de 1998, es un álbum recopilatorio que recoge excelentes temas cuya temática gira en torno al tren. Un gran viaje con temas de The Holmes Brothers, Johnny Nocturne Band y Brenda Boykin entre otros.

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Por Jorge A. Amaral

En diferentes manifestaciones artísticas afroamericanas el tren tiene un lugar preponderante, y es que fueron miles de esclavos africanos los que murieron en el tendido de vías del ferrocarril, y aún después de abolida la esclavitud fueron muchos los que siguieron trabajando en ese sector, por lo que junto a las plantaciones de diferentes cultivos, las vías pueden considerarse una suerte de trauma racial.

Por ejemplo, recuerdo haber visto un festival de blues con Big Mama Thornton, todo ello grabado para la televisión en una vieja estación de tren, donde los participantes emulaban a músicos callejeros que por unas monedas tocaban en los andenes.

En este sentido, no son de extrañar los discos de blues con temática ferroviaria y todas las historias que ahí se pueden tejer: encuentros, desencuentros, despedidas, abandonos y un largo etcétera que puede servir de pretexto para hacer un buen blues.

Tal es el caso del disco que recomiendo esta semana: Blues train, railroad songs, de 1998, un álbum recopilatorio que recoge excelentes temas cuya temática gira en torno al tren.

El disco abre, por poner un ejemplo, con There’s a train, una joya de The Holmes Brothers, en que el tren sirve de metáfora de la vida misma. Además hay que decir que el solo de guitarra es simple y sencillamente exquisito.

Más adelante Johnny Nocturne Band y Brenda Boykin nos regalan una belleza llena de cadencia titulada Boogie-woogie choo choo train, ideal para bailar al ritmo del contrabajo y una sección de metales muy de big band. Con un ritmo más cercano al rockabilly, Larry Johnson hace que den ganas de destaparse una cerveza pues su voz aguardetosa en Railroad man bien puede remitirnos al Hoochie coochie man de Muddy Waters, muy sureño, harto rural.

En Railroadin’ some Rory Blok nos lleva por todo Estados Unidos a bordo de un tren con sonido bastante country, y eso hace que este tema, más la excelente voz de la mujer, sea una belleza perfecta para ponerse la Stetson de diez equis y las botas y marinar unas costillas.

Del sonido cowboy pasamos a una atmósfera muy Nueva Orleans con Chuck Carbo, que en Meet me at the station juega con ese sonido hasta lograr una pieza encantadora, en la que casi podemos ver a los santos marchar.

Como una work song al ritmo del golpeteo en las vías, Philip Walker le canta de amor a una chica en Goodie train, como la promesa de un hombre que dice la verdad y que está dispuesto a lo que sea por conseguir el amor de la susodicha.

El disco cierra de manera apabullante pues Clarence Gatemouth Brown nos regala un extraordinario bebop titulado Take de “A” train, perfecto para levantarse, empinarse el whiskey y ponerse a bailar con el frenesí que este estilo jazzístico contagia.

Por eso y por las que no mencioné Blues train, railroad songs es un disco que hay que tener y apreciar como muestra de todo lo que el tren puede significar para aquellos cuyos ancestros seguramente trabajaron por que fuera posible.

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