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Bonding with monsters: el disco debut de Lost Ants

En la actualidad, la música sobreproducida se ha adueñado de las campañas electorales a falta de propuestas concretas. Esto nos abre un panorama de lo que puede hacer una canción en México, hacer que compres más productos en Liverpool con estribillos dulzones de Luis Miguel o afiliarte involuntariamente a un partido político que se autodenomina como ciudadano.

La música, la verdadera, debe provocarnos sensaciones y emociones por sí misma, y debe ser un lenguaje de denuncia, de inquietudes personales y sociales, un instrumento para empalizar con situaciones, problemas y conflictos ajenos, un instrumento de lucha no violenta. La música, la verdadera, también debe promover la empatía, esa capacidad de ponerse en el lugar del otro, y que nos ayude a conocer a las demás personas y a uno mismo; que nos permita confiar y ser merecedores de toda confianza; y aprender a expresar pensamientos, efectos y sentimientos, elementos clave en cualquier conflicto de cualquier ciudad. Digo esto sin ánimos panfletarios.

Frente a la imposición de la música altamente producida y sin argumentos más que la repetición dadá de palabras inconexas por parte del mass media, los aparatos ideológicos y los aparatos de Estado, me niego a escuchar a cualquier banda, grupo o artista que no provenga de la alcantarilla o la periferia, que no haya luchado por un lugar, por un sonido diferente, o al menos, por un sonido, una eufonía a la que se unan un par de letras honestas y coherentes, sin atisbos de poesía pero sí de realidad, que no haya ensayado miles de veces en un cuarto hediondo y mohoso cubierto de cartones de huevo, que no se haya peleado otras mil veces, que no se haya reconciliado, bebido y fracasado. ¿Por qué entonces debería yo creer en otra banda de la Ciudad de México con un nombre en inglés y que quieres escucharse como Gorillaz?

Lost Ants (Hormigas Perdidas) está conformada por Oscar Rancio (batería), Juan Naime (voz), César Juárez (bajo) y Christian Zavido (guitarra), originarios todos de la CDMX, y acaban de lanzar a las calles su primer LP: Bonding With Monsters. Un álbum de nueve tracks que habla, como muchos, de la condición humana y sus mutaciones. Material influenciado por géneros como el funk y el trip hop, en el que han encontrado un nicho de aprendizaje, y una experiencia de evolución, progreso e identidad.

Bonding With Monsters tardó dos años en ser producido y proviene de un exhaustivo análisis de las relaciones humanas; de cómo interactuamos, cómo vamos aprendiendo a convivir a pesar de los defectos; un pequeño discurso en donde las personas suelen convivir o simpatizar con sus monstruos.

De entre la novena de temas destacan Timing, Libresound y Vida. Endebles tracks de un funk reiterado, un trip que nos recuerda —a estas alturas— a TODO, todo lo que ya escuchaste a lo largo de tu vida, pero desempolvado por tu abuela.

El tiempo nos dará la razón, y sabremos si estas hormigas perdidas morderán la piel del entramado cultural musical o del corporativo, si regresarán a su hormiguero o pelearán contra los monstruos del like, si encontrarán el sonido perfecto, capaz de hacerle frente a la competencia impuesta por las payolas en México y el mundo.

 

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