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Calle 13: Multi-Viral

Muy rara vez recomendaré el disco más reciente de algún artista porque mi gusto no suele basarse en las novedades, pero en esta ocasión faltaré a esa regla autoimpuesta ya que Calle 13, con Multi-Viral, verdaderamente me ha sorprendido.

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Por Jorge A. Amaral

De entrada, la introducción a cargo de Eduardo Galeano leyendo un fragmento de su cuento “El viaje” es encantadora y el perfecto preámbulo para todo lo que viene. Con un discurso que ya se venía configurando desde Los de atrás vienen conmigo (2009), recordando sobre todo “La perla”, este disco es más contestatario, más auténtico, más honesto.

En esta producción, a diferencia de las anteriores de Calle 13, encontramos letras más elaboradas, ya no tan basadas en el ingenio característico de temas de discos anteriores como “Fiesta de locos”, “Mala suerte con el 13” o “Sin exagerar”, con lo que también dejamos de escuchar el clima fiestero y relajado, ya que en este álbum estamos frente a un sonido más diversificado, más global con sonidos autóctonos americanos, como en “Un buen día para morir”, que es una colaboración del cantante indio americano Vernon Foster basada en un canto tradicional. Pero, por ejemplo, en la avasalladora y perfectamente rimada “El aguante”, Calle 13 nos regala un fantástico sonido medieval para decirnos todo lo que la humanidad ha soportado a lo largo de la historia: malos gobiernos, actitudes molestas, crisis, hambre y corrupción.

De repente llegamos al quinto track, “Ojos color sol”, a dueto con esa institución de la canción latinoamericana llamada Silvio Rodríguez en una canción que, hay que decirlo, es sencillamente hermosa, un poema maravilloso y optimista que contrasta con la lírica pesimista y belicosa del resto del disco: “La Luna sale a caminar siguiendo tus pupilas, la noche brilla original después que tú la miras”.

“Multi viral”, que le da el nombre al disco, se ha vuelto un éxito, quizá al principio por el morbo de que en ella colabora Julian Assange, pero en ese ritmo más cercano al rock que al rap también escuchamos la perfecta colaboración de la cantante palestina Kamilya Jubran. Un canto de libertad, esa libertad que sólo se consigue rompiéndole la madre al sistema, derrumbando las estructuras, el Moloch de Ginsberg, y que, lo que es mejor, se contagia.

Una pequeña vuelta al antiguo Calle 13 la encontramos en “Cuando los pies besan el suelo”, una invitación a bailar para despertar lo que haya que despertar: a los muertos, a los dormidos, a los aletargados, para, al final de este ritual, renacer en perfecta comunión con la Tierra, esa Pacha Mama tan atribulada por la estupidez humana.

Con un extraño sonido muy rapcore, “Fuera de la atmósfera del cráneo” es un auténtico viaje que se antoja en solitario para llegar a los confines de la imaginación, y es que, sin ella, cualquier cambio o cualquier innovación son sencillamente imposibles. En contraste, a dueto con Biga Ranx, “Perseguidos” es un delicioso reggae que incita a no rendirse en las luchas personales, pero también “run like a river” para fluir con la vida y el tiempo que la puebla.

“Gato que avanza, perro que ladra”, “Me vieron cruzar” y “Así de grandes son las ideas” son excelentes temas, muy en la tónica lírica del disco porque, en cuanto a arreglos, los temas no se pueden englobar.

Pero la que de plano le rompió el hocico a mi capacidad para escuchar un disco por primera vez sin entusiasmarme demasiado, me hizo regresar tres veces, servirme un whisky y gritar desde mi estudio “¡No mames!, ¡qué pin-che-dis-ca-zo!” es el track número 8, “Adentro”. Un puñetazo a los raperos de pose, un rap sumamente franco, quitarse la camisa y mostrarse tal cual: “En tu cabeza tú eres un narco buscado por la policía y tus pistolas son como los unicornios, de fantasía. No hay problema en que tengas enemigos imaginarios, pero sí en que los chamaquitos crean que eres un sicario”, y eso mismo aplica para los cantantes de narcocorridos, para los buchones que piensan que es la gran cosa escuchar al pendejo de El Komander y presumir el Buchana’s.

En fin, Multi Viral, de Calle 13, es sencillamente un discazo que vale mucho la pena escuchar detenidamente, y otro detalle que me encanta: no hay ningún dueto con Natalia La Fornicated, y eso en verdad se agradece.

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