Lo que parecía ser un capítulo cerrado con la sentencia dictada el 15 de febrero ha vuelto a tomar un nuevo giro. Es el caso de Jessica González Villaseñor, la joven asesinada de forma brutal el 21 de septiembre de 2020 en Morelia. Tras dos años y cinco meses de audiencias, el juez Ariel Montoya Romero condenó al agresor, Diego Urik, a 50 años de cárcel. Sin embargo, la determinación fue impugnada y un magistrado ha dado luz verde para que se reabra el proceso.
A la nueva cita en la sala 13 del Poder Judicial acudieron este miércoles dos abogados de oficio para defender al muchacho, pero en menos de un minuto los revocó. Ahora, ha optado por una nueva defensa privada que solicitó 45 días para conocer el expediente, plazo otorgado por el magistrado Gilberto Bribiesca Vázquez.
Esos abogados proporcionados por el Estado también habían solicitado 45 días para conocer los detalles de la condena, por lo que dicho plazo terminó por ser una pérdida de tiempo.
Vieja estrategia
Con el cabello crecido, Diego entra custodiado por seis policías, cuatro de los cuales se quedan en la sala para rodearlo y vigilar que el auditorio cumpla con las reglas internas. De inmediato, los abogados de oficio hacen saber que se les pidió ya no estar en el caso, lo que el sentenciado confirma y pide que se incorpore al licenciado de apellido Mata, quien ya lo había asesorado en los primeros meses del proceso.
Cambiar de defensa ha sido una práctica común para Urik, sabedor de que este derecho retrasa el trámite y le da tiempo para replantear las estrategias. Así lo hizo una y otra vez en su juicio y así lo ha repetido en esta apelación.
Verónica Villaseñor es la madre de Jessica, quien trata de contener las lágrimas cuando el magistrado acepta el plazo de los 45 días. “Solo quiero que me explique en qué momento va a terminar todo esto”, le increpa al magistrado, pero la respuesta es el silencio.
Dictar una sentencia no siempre es el final de un caso. Recientemente un mismo magistrado, Juan Antonio Magaña de la Mora, redujo sentencias que ya habían sido dictadas. Lo hizo para las asesinas de la enfermera Xitlali Ballesteros Heredia y para los policías que mataron a Julio César Chagoya Salcedo, “Julín”.
Que me expliquen: Verónica
Verónica sabe que corre el mismo riesgo, Ante los medios de comunicación se muestra frustrada: “Que me expliquen cuándo va a haber un tope para que termine esto, que me digan en Derechos Humanos qué van a hacer por nosotros”.
El juicio oral ocupó 119 horas a lo largo de 39 audiencias, tras las cuales Diego fue hallado culpable y sentenciado a 50 años de prisión. Pese a ello, la ley ha otorgado una nueva revisión que podría recaer en disminución de la pena o incluso revocación de la sentencia. “Se presentaron más de 100 pruebas, lo sentenciaron, pero ni así lo podemos llamar asesino”, concluye la madre de Jessica.