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CMMAS, la década prodigiosa

Hace 10 años se fundó el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS), un proyecto de investigación y difusión que a la distancia está envuelto en diversas polémicas que incluyen una asociación civil con el mismo nombre, conflictos de intereses, empresas privadas con financiamiento público y un director que nunca ha dado una entrevista en detalle al respecto.

I

Fundador de diversas empresas culturales y programas de estímulos, la madrugada del sábado 10 de diciembre murió en la Ciudad de México el primer secretario de Cultura (SC) federal, Rafael Tovar y de Teresa, quien hasta sus últimos instantes no se enteró de que el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) -con sede en Morelia- al que consideraba punta de lanza en el país operaba entre francas irregularidades.

Fue el 23 de agosto de 2016 cuando el CMMAS hizo público en sus redes un mensaje en el que el hoy finado funcionario cultural felicitaba a la subdirección por diez años de funcionamiento: “El CMMAS es además un ejemplo de gestión. Una institución descentralizada que da México (sic) prestigio a nivel mundial”, escribió Tovar y de Teresa, si bien desconocía que desde el 6 de marzo de 2009 bajo el gobierno de Leonel Godoy Rangel la dependencia había dejado de ser una institución descentralizada para pasar a formar parte de la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) y el gobierno del estado.

El decreto de creación como organismo público descentralizado del 1 de marzo de 2006 del Centro de Producción Artística y Desarrollo Cultural del Estado de Michoacán de Ocampo (Proart) -al que pertenecía el CMMAS-, realizado bajo la gubernatura de Lázaro Cárdenas Batel, quedaba abrogado por su continuador perredista tres años después, y lo que en un primer momento pensó su director Neftalí Coria Ceja, se desdibujaba.

II

En entrevista con Víctor Rodríguez Méndez del jueves 7 de febrero de 2008, el poeta de Huaniqueo, Michoacán, indicaba que el Proart se ideó porque “la vía administrativa” para la “aplicación de recursos federales en proyectos muy específicos a través de la Secretaría de Cultura (Secum)… es muy pantanosa”; entonces un “organismo descentralizado podría ser la medida idónea para que esto sucediera de una manera más puntual y efectiva”.

“Pero parece que la administración central no le va muy bien a los proyectos que requieren recursos prontos para ser aplicados en producción artística. Pareciera que hay un cerco para la aplicación de recursos para estos fines”, comentaba el entonces director de Proart.

Sin embargo, él mismo reconocía que apenas en abril de 2007, es decir, un año después de su creación, el organismo apenas había podido ejercer recursos, además de que se le preguntaba si el centro no duplicaba las funciones que ya la Secum tenía a su cargo.

Jaime Hernández Díaz, titular de esta última dependencia, así lo creía, y tras la deliberación de las autoridades en el estado el Proart desaparecía como organismo descentralizado el 20 de enero de 2009, si bien hasta el 6 de marzo se publicaba el decreto de extinción en el Periódico Oficial del Estado.

¿Cuál era la estructura de ese ente cultural desaparecido? ¿Cómo estaba integrado? Tenía ocho departamentos, en primer lugar una dirección, que ocupaba Coria Ceja, que a su cargo tenía el Centro Dramático de Michoacán (Cedram), el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS), el Centro Regional de las Artes de Zamora (CRAM), el Centro Cultural Clavijero (CCC), el Departamento de Operación de Teatros, el Centro Cultural Ex-Colegio Jesuita de Pátzcuaro, así como un Departamento Jurídico y una Subdirección de Administración y Logística (http://leyes.michoacan.gob.mx/destino/O1902fu.pdf).

El CMMAS pasaba a convertirse, junto con el resto de las áreas, en una subdirección de la ahora Dirección de Producción Artística y Desarrollo Cultural de la Secum: “Se decreta la extinción del Organismo Público Descentralizado denominado «Centro de Producción Artística y Desarrollo Cultural del Estado de Michoacán de Ocampo (PROART)», el cual conservará su personalidad jurídica exclusivamente para efectos del proceso de liquidación”.

El plazo para tal procedimiento fue el 30 de abril de 2009, por lo que desde ese momento las distintas subdirecciones y el Proart mismo no podrían ya operar como entes fuera de la administración central.

III

Siete años pasaron desde aquel momento y Tovar y de Teresa falleció con la idea de la descentralización en el CMMAS; sin embargo, trece días antes de la felicitación del primer secretario de Cultura federal, se publicaban algunos datos respecto a la operación de la dependencia.

Lo que más llamaba la atención es que el 11 de septiembre de 2012 el director del CMMAS, Rodrigo Sigal, había inscrito una asociación civil bajo el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) CMM090701BM5 con el nombre “Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras A.C.”, es decir, el mismo que ostentaba la subdirección adscrita a la Dirección de Producción Artística y Desarrollo Cultural (antes Proart) de la Secum, cuyo representante legal es Félix Martín Cortés Urincho, quien hoy funge como secretario administrativo del Conservatorio de las Rosas y entonces lo hacía como vicerrector de esa escuela.

CMMAS
Rodrigo Sigal, director.

El CMMAS A.C. ya aparecía sin embargo constituida como asociación desde el 1 de julio de 2009, y como una empresa privada que contaba desde entonces con trece empleados, casi los mismos que tenía en el CMMAS-subdirección, cuyo domicilio era avenida Morelos Norte 485, en el segundo piso de la Casa de la Cultura de Morelia, no así en la calle San José del Cerrito 400, interior 65, colonia El Pueblito, 58087, como aparece en el registro de la asociación civil.

Tras tener acceso a una consulta ciudadana hecha al área de transparencia de la Secum en junio de 2015, a la pregunta 15 de 20 -“¿Es el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras una asociación civil?”-, María Catalina Patricia Díaz Vega -encargada del departamento- respondía con un lacónico: “No”.

El ex titular de la Secum, Salvador Ginori Lozano, dijo en entrevista con Francisco Valenzuela, publicada por Cambio de Michoacán el 26 de agosto de 2016, que la constitución formal del centro de música sonora era tal como aparece en el organigrama de la institución encargada de las políticas culturales en Michoacán: “Una subdirección que depende de la Dirección de Producción Artística y Desarrollo Cultural, creada en 2006 bajo una operación bipartita del Centro Nacional de las Artes (Cenart) y la propia Secum, ambos aportándole recursos económicos”.

Aceptó también que la asociación civil era paralela a la subdirección estatal y dijo que habría que preguntarle a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) si una A.C. puede tener el mismo nombre que una dependencia de gobierno: “Yo no tengo elementos legales para decir que eso no se puede hacer; repito, si Relaciones Exteriores lo aprobó, yo entiendo que está legalmente constituida”, con lo que reconocía, de igual modo, la existencia de dos CMMAS: “Así es, hay dos”.

Sin embargo, con el decreto de extinción del Proart de 2009, el CMMAS-dependencia pasaría a ser un órgano de la administración central, si bien de su presupuesto de cinco millones en 2015, dos provinieron del estado y tres del orden federal, en tanto que en 2016 la cifra habría sido de seis millones, tres de la Federación y tres del gobierno estatal.

Por ello, habría que distinguir entre CMMAS-dependencia o subdirección y CMMAS-A.C., pues para que un organismo sea descentralizado debe cumplir con diversos requisitos de la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Michoacán, pues según su artículo 40, “los organismos descentralizados se crean por ley o decreto del Poder Legislativo o por decreto administrativo del Poder Ejecutivo” y cuentan con “personalidad jurídica y patrimonios propios”, lo que no posee el CMMAS y pese a lo cual ofrecería servicios profesionales a otras instituciones y recibiría pago por ello, algo que antes de morir Tovar y de Teresa pareció no tener en cuenta.

IV

Con todo, en 2014 el CMMAS diseñaría el Mapping Monumental para el Festival de Música de Morelia (FMM) “Miguel Bernal Jiménez” a través de Francisco Colasanto y Sebastián Torella, y cobraría 400 mil pesos por ello (Colasanto es subdirector del CMMAS-dependencia).

En el trabajo del mapping también aparecía como productor el Espacio de Vinculación Artística (EVA), otra organización de Rodrigo Sigal, quien fungía como presidente en 2014, siendo a la fecha Torella el director, quien también es gerente de operaciones del FMM desde septiembre de 2016 y director de producción del CMMAS-A.C. desde julio de 2014.

De hecho, el espacio físico de EVA, ubicado en la calle Emiliano Zapata 38 -que tiene una renta mensual de 18 mil 560 pesos para un total anual de 222 mil 720 pesos- es pagado con el presupuesto anual de cinco millones de pesos del CMMAS-dependencia, a pesar de que es una organización ajena al gobierno. Dichos datos pueden corroborarse en el “Informe Financiero 2015”, presentado por el propio CMMAS-subdirección en enero de 2016.

Pero además de las oficinas de EVA, que en el informe aparecen como “Anexo 2”, el CMMAS-dependencia también renta otro espacio -“Anexo 1”- en la avenida Morelos Norte 586 -de nueve mil 850 pesos al mes- para un total anual de 118 mil 200 pesos, lo que sumado a la renta del otro espacio da 340 mil 920 pesos al año, sin contar que en el documento se incluyen otros 48 mil pesos por compra de material de limpieza.

Desde el 16 de agosto de 2016, fecha en que se publicaron estos y algunos otros datos, el portal web de EVA desapareció, lo mismo que una página de perfil de Facebook, que ya está desactivada. No obstante, la organización fundada por Jorge Rodrigo Sigal junto a Francisco Colasanto y Sebastián Torrella, sus compañeros del CMMAS-dependencia y el CMMAS-A.C., es innegable.

Como A.C., el CMMAS ha recibido desde 2014 -según la página de la Comisión de Fomento de las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil- 618 mil pesos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) a través del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural en los Estados (PAICE), un millón de pesos de la misma dependencia como “apoyo a cultura” y otro millón en 2015 nuevamente del PAICE y Conaculta.

Y en el vínculo que ya ha desaparecido de EVA, se podía ver que, entre otros, eran clientes de esta organización: el ISSSTE, Telefónica Movistar, el FMM, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Concurso de Violonchelo “Carlos Prieto” que dirige Maria Olga Arias Sánchez, Monarcas Morelia, el Fondo de Cultura Económica (FCE), el propio Festival Visiones Sonoras del CMMAS que organiza Sigal Sefchovich o Lumínico, un concurso de video que organiza el director del CMMAS con otros dos músicos mexicanos y apoyo de EVA, Conaculta, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y la Convocatoria México en Escena.

Lo que podría plantear la pregunta siguiente: ¿Hasta qué punto puede una empresa privada o una organización de particulares beneficiarse de los recursos públicos e instalaciones de una dependencia de gobierno para proyectos personales?

V

La nueva directora del FMM, María Olga Arias, fungió como encargada de Relaciones Públicas y Comunicación del CMMAS-dependencia durante varios años, lo que no le impedía que -además de percibir ingresos por esa labor- la subdirección de la Secum contratara los servicios de la empresa de banquetes y alimentos EP Consultoría Evento al Punto, de la que es co-fundadora la propia Arias Sánchez, lo que aunque jurídicamente podría ser correcto genera suspicacias, en el caso de que la ex funcionaria no estuviera contratada como empleada de planta y sólo cobrara por honorarios. Dicha relación, que se hallaba en este link ahora roto, ni siquiera es negada por la nueva directora del FMM, como se muestra en este sitio.

Ginori Lozano referiría el 26 de agosto que María Olga Arias no era funcionaria, si bien aceptaba que se prestaba a suspicacias que el CMMAS-dependencia eligiera justamente a esa consultoría para sus servicios de alimentos, por lo que se debía revisar si los contratos se habían elaborado “conforme a la norma, es decir, con todos los procedimientos que incluyen por ejemplo tener tres cotizaciones y elegir la mejor”.

En 2015, bajo el concepto de “Coordinacion y gestion de proyectos de difusion y creacion de publicos (sic)” el CMMAS-dependencia consignó cinco pagos de trece mil 920 pesos y uno de 20 mil 880 -90 mil 480 en total- a nombre de María Olga Arias, mientras que en su noveno Festival Visiones Sonoras se habría contratado a EP Consultoría Evento al Punto con la que al menos desde 2008 trabaja el festival. Si bien no se menciona el RFC AISO730123AV9 de la consultoría en las erogaciones del estado financiero de 2015 del CMMAS-subdirección, existe un pago de 200 mil pesos por alimentos para los invitados a Visiones Sonoras ese año, 125 mil 187.20 pesos en 2013 y 62 mil 640 en mayo y abril de 2015, estos dos últimos sí a su nombre, en los registros de la Secum SC/UJ/CPS/142/13- y SC/UJL/CCA/052/15.

“Claro, se presta a suspicacias, por eso es importante revisar los procedimientos y aunque parezca repetitivo lo digo de nuevo: todo sucedió en la administración pasada”, añadiría el ex titular de la Secum al respecto.

Ello sin mencionar los evidentes conflictos de interés del CMMAS-dependencia con el Conservatorio de las Rosas y el FMM, donde por un lado Martín Cortés Urincho -vicerrector de la institución académica- es representante legal del CMMAS-A.C., mientras que Sebastián Torrella -director de EVA y director de producción del CMMAS A.C.- es también gerente de operaciones del FMM, que preside María Olga Arias, y de cuyo consejo artístico  forma parte Rodrigo Sigal, quien también es director del CMMAS-dependencia, integrante del CMMAS-A.C. y de EVA.

Mención aparte merece otra vez María Olga Arias, cuyo padre -el contador público Fernando Arias Ibarrondo- es tesorero del Consejo Directivo de Asociados del FMM y quien durante el periodo de Francisco Bernal Macouzet al frente de la Junta de Gobierno del Conservatorio de las Rosas -de 2004 a 2012- habría fungido como auditor externo para la institución, siendo que el hijo del compositor Miguel Bernal Jiménez está acusado de desfalco por cinco millones 250 mil pesos en la escuela de música, razón por la que se le sigue un proceso en la Agencia 10 del Ministerio Público (MP) de Morelia, especializada en fraude, en tanto que Gilberto Bernal Vargas, nieto del autor del ballet El chueco, es secretario del Consejo Directivo de Asociados del FMM, esposo de Arias Sánchez y yerno de Fernando Ibarrondo, en otro evidente conflicto de interés, más si se tiene en cuenta que diversos integrantes del CMMAS están inmersos en el Conservatorio de las Rosas y en el FMM.

Además del videomapping de la Catedral para el FMM en 2014, por cuyo servicio EVA cobró 400 mil pesos, en el “Informe Financiero 2015” del CMMAS-dependencia aparece el 11 de agosto una aportación del Conservatorio de las Rosas bajo el concepto de “Convenio de Colaboracion academica y artistica, para realizacion de actividades (sic)”, por 250 mil pesos, como se puede ver también en la página de Internet del CMMAS .

Existe asimismo en el presupuesto de 2015 otro “convenio de colaboracion academica y artistica con el Conservatorio de las Rosas. Pago para la realizacion de actividades artisticas de formación y academica, incrementando de manera importante las acciones de colaboracion, todo ello en el marco de la experiencia institucional, fortaleciendo el impacto de las acciones centrales que realiza el CMMAS (sic)”, el cual asciende a 250 mil pesos y que se ingresa por medio del CMMAS-A.C.

Por otra parte, el CMMAS-subdirección ofrece diplomados de seis módulos con un costo de 15 mil pesos (a tres mil el módulo por separado), mientras que para 2016 en su presupuesto el centro tuvo un gasto de 170 mil pesos por “Impartición de módulos del Diplomado en Creación Sonora Con Nuevas Tecnologias (sic)”. Y, de igual manera, las instalaciones del CMMAS-dependencia son ahora sede de la nueva Licenciatura en Música y Tecnología Artística que la UNAM ofrece, en cuya planta docente se le incluye ya.

Eso sin contar los doce honorarios por servicios profesionales, científicos y técnicos de hasta doce empleados, por montos anuales en 2015 de 150 mil 800, 63 mil 800, 142 mil 680, 76 mil 560, 180 mil 960, 60 mil 320, 109 mil 620, 75 mil 400, 67 mil 28, 150 mil 800, 109 mil 620 y 116 mil pesos, para un total de un millón de 311 mil 588 pesos de nómina, sin contar el sueldo del propio Rodrigo Sigal, quien recibe al mes 30 mil 806 pesos, es decir, 369 mil 672 pesos al año por su desempeño como funcionario, de acuerdo a la página de transparencia del gobierno del estado. Pero la temeridad de Sigal Sefchovich va más allá.

VI

Aunque en las Reglas de Participación y Procedimientos del Estímulo -en el inciso III.12- se lee: “No podrán participar los servidores públicos de mandos medios y superiores adscritos a cualquier unidad administrativa de la Secretaría de Cultura o las entidades que ésta coordine”, en tanto que el CMMAS-dependencia recibe tres millones de pesos desde la Federación a través de la Secretaría de Cultura (SC) federal, Rodrigo Sigal participó en la convocatoria por una beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) 2015 y, lo que es más, obtuvo el apoyo en la categoría de “Composición musical”, siendo subdirector de la dependencia, por lo que además de sus 369 mil 672 pesos de salario anuales como funcionario, se suman los 29 mil 142 pesos que mes con mes desde agosto de 2015 y hasta el 31 de julio de 2018 recibirá por parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), lo que significa otra percepción de 349 mil 704 pesos al año y un total de un millón 49 mil 112 pesos durante los tres años. Algo que seguramente el finado secretario de Cultura federal desconocía, aunque el CMMAS-dependencia aparece en la página del Sistema de Información Cultural de la SC federal como una entidad coordinada por ella misma y por el Centro Nacional de las Artes (Cenart), lo que podría “Incumplir los lineamientos de los programas”.

Y es que si bien parece existir una laguna legal, dado que el CMMAS-subdirección no pertenece a la SC federal, sí recibe de ella tres millones de pesos al año para su funcionamiento y fue creada en una operación bipartita Secum-Cenart, esté último sí adscrito a la dependencia federal, en tanto que el funcionario -al ser miembro del SNCA- funge también como tutor de jóvenes becarios del Fonca.

El Código de Ética y Procedimientos del Fonca, en su numeral 20, podría arrojar luz en la cuestión: “Toda persona (jurados, tutores, servidores públicos) regida por este Código de Ética y Procedimientos, en cualquier momento podrá buscar la asesoría del Secretario Ejecutivo o de su representante, en relación con situaciones de conflicto de intereses, reales o potenciales, en las que esté o pueda estar involucrada o sobre las cuales tenga conocimiento o información”. Dicho secretario ejecutivo es Moisés Rojas, en tanto que uno de los representantes, o mejor dicho, vocales del Fonca en el área de composición musical es Javier Álvarez, profesor de Sigal Sefchovich en el Centro de Investigación y Estudios de la Música (CIEM) y compañero suyo como parte del Consejo Artístico del FMM.

Pero, en ese sentido, si las cuestiones éticas no fueran suficientes, la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos en su artículo 47 párrafo XIII sí es clara no sólo respecto a las becas sino en lo referente a cualquier negocio, asociación o empresa en la que un funcionario esté inmiscuido, por lo que ésta dice que entonces debería “excusarse de intervenir en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios, incluyendo aquéllos de los que pueda resultar algún beneficio para él, su cónyuge o parientes consanguíneos hasta el cuarto grado, por afinidad o civiles, o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen o hayan formado parte”.

De igual modo, en el párrafo XVII de ese mismo artículo, se lee que los funcionarios también deben “abstenerse de intervenir o participar indebidamente en la selección, nombramiento, designación, contratación, promoción, suspensión, remoción, cese o sanción de cualquier servidor público, cuando tenga interés personal, familiar o de negocios en el caso, o pueda derivar alguna ventaja o beneficio para él o para las personas a las que se refiere la fracción XIII”, lo que pondría en duda el puesto que Sigal Sefchovich tiene en el CMMAS-dependencia.

Por si fuera poco, en la convocatoria de Ibermúsicas, Programa de Fomento de las Músicas Iberoamericanas, de 2016, en “Ayudas a residencias artísticas para la creación sonora con nuevas tecnologías en el C.M.M.A.S”, el compositor argentino Daniel Schachter es uno de los beneficiados con ocho mil dólares para realizar una estancia creativa en el CMMAS-dependencia en México, siendo que el argentino es junto a Sigal Sefchovich uno de los miembros fundadores y actual directivo de la Red Asla (Red de Arte Sonoro Latinoamericano), donde comparten créditos en el directorio, en otro franco conflicto de interés.

Es de resaltar que en Ibermúsicas, pero en la convocatoria de 2014, en “Ayudas a residencias artísticas para entidades públicas o privadas”, ya el director del CMMAS-dependencia había resultado ganador de un apoyo de diez mil dólares: “La residencia consiste en la creación de una obra para instrumentos americanos y medios electroacústicos por parte del compositor mexicano Rodrigo Sigal, en el CEMLA. La obra será interpretada por el Ensamble Experimental Latinoamericano y 3 integrantes de la Orquesta Andina” .

VII

Pese a algunos de estos señalamientos, el ex titular de la Secum, Salvador Ginori Lozano, tal como el extinto Rafael Tovar y de Teresa, se encargó de felicitar también al CMMAS-subdirección en un video por su gestión y manejo: “Es una institución que camina con fuerza propia, con una dirección muy atinada por parte de Rodrigo… Es una carrera de logros que ha tenido esta institución, es un ejemplo para todos aquellos que quieran hacer gestión cultural…

“Es un ejemplo de cómo se hace un proyecto académico que tiene otro tipo de funciones… Cuando me preguntan yo digo, ‘vean el ejemplo del CMMAS para que puedan seguir haciendo realidad un sueño que ustedes conciban desde su propia perspectiva artística’”.

Entrevistada a la sazón antes del 15 de agosto, la diputada de la LXXIII Legislatura de Michoacán, Yarabí Ávila González afirmó que podría haber algunas irregularidades en la operación del CMMAS-dependencia, por lo que apuntó que junto a Wilfrido Lázaro Medina y Macarena Chávez Flores, la Comisión Inspectora de la ASM se comprometería a indagar en su funcionamiento: “Quien debió haberle dado seguimiento en su debido momento fue la Contraloría, no lo hicieron pero con la Ley General de Fiscalización se permite hacer esa revisión”, apuntó, en tanto que el presidente de la Comisión de Hacienda y Deuda Pública del Congreso del Estado de Michoacán, Miguel Ángel Villegas Soto, señaló que debía revisarse si el CMMAS-subdirección podría tener tales atribuciones y habría algún caso de percepción de doble salario de algún servidor público, aunque acotó que una dependencia de gobierno que cobrase servicios profesionales, bajase recursos federales y tuviese una asociación civil podría ser una irregularidad.

El 18 de agosto de 2016, en un acto en Casa de Gobierno, Ginori Lozano, entonces al mando de las políticas culturales en Michoacán, fue abordado junto a Sigal Sefchovich sobre el caso: “Trabajamos en la respuesta, hay información revuelta, algunas son difamatorias, como el que no pueda tener una beca el doctor, del Sistema (Nacional de Creadores de Arte), hay el procedimiento por el cual sí se le puede otorgar la beca.

“El doctor (Sigal) es una persona conocidísima en el antes Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) y son cuidadosos en el otorgamiento de estos recursos, entonces si hubiera alguna irregularidad no se la darían, estaría también la misma Federación incurriendo en un acto irregular, pero no es así, sí lo vamos a aclarar, las vamos a aclarar todas”, señalaba Ginori Lozano, aunque antes de su salida el 16 de octubre de 2016, no hizo aclaración alguna.

Sin tomar en cuenta que justamente por ser “una persona conocidísima” en el antes Conaculta y ahora SC federal, podría haber conflicto de interés en el caso del CMMAS-dependencia y su director, Ginori Lozano conminó a los medios a esperar una nota aclaratoria sobre el caso: “Es muy legítimo hacer toda esta clase de indagaciones… Pero para que no se generen suspicacias lo vamos a aclarar para que no se piense que una cosa está mezclada con la otra; la función de la asociación civil sí es mi responsabilidad vigilarlo, por eso ante estas dudas que surjan es necesario hacer las aclaraciones”.

“Lo vamos a hacer, pero también para que las afirmaciones no sean tan categóricas, hasta estigmatizan a las personas, hay que hacer la aclaración y tener cuidado en hacer una afirmación tan categórica, están tratando con personas”, reiteró.

VIII

La prensa le preguntó entonces al ex titular de la Secum, “¿metes las manos por todos tus funcionarios?”, a lo que él respondería: “Meto las manos por mí, es decir, yo tengo la obligación de revisar el procedimiento de todo lo que está pasando, en este caso por supuesto que me prendió una alerta para revisarlo, si está pasando algo que yo no sepa- que también puede pasar-, que yo no me dé cuenta de todo lo que al interior se hace”.

Y agregó: “Para eso también para estar revisando todos los procesos en curso hay una auditoría en curso que se abrió ex profeso para revisar a cada una de las direcciones, está en curso y se están atendiendo todos los requerimientos que nos está haciendo la auditoría, los estamos revisando todos”.

“En el caso de Rodrigo (Sigal) sí, empezamos a revisar qué cosas podrían tener algo para poner atención, las cosas que no está bien entendido el caso de la beca, aclararlo para que no se generen estos malos entendidos, aclararlo ante todos; lo tengo que revisarlo yo, si hay alguna irregularidad por supuesto que se tiene que atender, es mi obligación revisarla”, manifestaba Salvador Ginori.

Entonces, se le preguntó si la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos y también la ley estatal, así como los decretos de creación de las asociaciones civiles, permitían que alguien fuera funcionario, trabajara en una organización y bajara recursos federales, cuál sería el esquema bajo el que todo eso funcionaría: “Vamos a darle el sustento legal con el apoyo también de nuestro Departamento Jurídico y estará a vista de Contraloría Interna para que lo que respondamos pase por los diferentes filtros institucionales que sea necesario”, contestó.

Y ya cambiando el tono, dijo: “Si se está cayendo en una irregularidad, por supuesto que tendrá que señalarse y corregirse, ya sea a través de una parte preventoria o correctiva, algo que se sancione; eso lo sabemos todos los que entramos al servicio público, si hay algo que se tiene que sancionar se sancionará, eso lo sabe perfectamente el doctor (Sigal)”, apuntó Salvador Ginori para, al término de la entrevista, darle la mano a quien esto escribe y exclamar: “Reporteros, Dios los tenga en su santa gloria”.

El 26 de agosto, no obstante, el funcionario ya no hablaría de difamación, sino de haber solicitado él mismo formalmente al Fonca justificar la beca del doctor Sigal: “Yo entiendo que es un estímulo a la creación, no un salario, pero ellos serán quienes den la respuesta… Si eso no se puede, si alguien violentó los procedimientos, es asunto de la Federación”, atajaba el musicólogo.

IX

Antes, en el inicio de la entrevista del 18 de agosto, luego de que el director del CMMAS-dependencia y el ex titular de la Secum vieran a los representantes de los medios de comunicación, ambos se retiraron de prisa a un costado de una de las salas de Casa de Gobierno para conversar un poco, antes también de salir a dar la cara. Un Rodrigo Sigal desencajado daría la que hasta ahora ha sido su única respuesta a los señalamientos.

“Las notas hablan de que no hay acceso al CMMAS, cuando en estos diez años ustedes pueden ver la cantidad público, de artistas, de becas, de estudiantes, de conciertos que hemos hecho”, refirió el compositor, y prosiguió: “Tiene puesta la playera del CMMAS de Visiones Sonoras, nada más claro que eso”, dijo mirando a este reportero y en referencia a la apertura de la dependencia.

Un reportero le preguntó entonces si cobraba un salario en la UNAM, arguyendo que en la nota donde se hablaba de irregularidades suyas se afirmaba eso, lo que era incorrecto, pues lo que se había consignado era que para el 2016 -en las instalaciones del CMMAS- la UNAM tendría la sede de su nueva licenciatura en música y tecnología, misma que se impartiría en la institución de la Secum.

A esa cuestión, Sigal Sefchovich respondió: “Es totalmente falso, no tengo ningún salario de la UNAM; el CMMAS ha participado durante tiempo como entidad asesora del desarrollo de la licenciatura de la UNAM, pero también desde antes que eso he trabajado como tutor externo en los posgrados de la Facultad de Música porque colaboramos con el CMMAS en los posgrados de música y tecnologías. El CMMAS tiene como objetivo colaborar, nunca he recibido un salario de la UNAM, tengo mi salario como funcionario por supuesto”.

Más adelante retomó: “Es falso que tenga cualquier salario de la universidad, no digo que no hayamos colaborado, hay un convenio entre la UNAM y la secretaría para desarrollar esta asesoría”.

-¿Niega cualquier conflicto de interés?

“Lo niego totalmente porque me parece que el CMMAS se ha destacado durante estos diez años, es una entidad que lo que hace es crear puentes y lazos con otras instituciones, con todas: universidades locales, estatales, intercambios internacionales, siempre desde un punto de vista institucional de la secretaría y nunca he trabajado para esas instituciones ni nada por el estilo.

“Mi posición como director es que el CMMAS cumpla su objetivo original, que es crear el mejor espacio de vinculación y formación a nivel iberoamericano en música y tecnología; lo pusimos en Morelia porque era el lugar adecuado desde el punto de vista cultural, todos esos intercambios y actividades siempre han sido desde la postura institucional del CMMAS.

“Además con todo el respaldo federal que está a la vista de todos, los recursos están ahí, funciona bajo un consejo que ha revisado las cuentas, que programa y que aprueba o no los proyectos al año y los presupuestos anteriores”, aseveró.

Se le preguntó entonces por el Espacio de Vinculación Artística (EVA), cuya página había desaparecido un día antes, y si había movido algo: “La asociación de EVA es un organismo que tiene que ver con la producción, donde estaba este chico… Sebastián Torrella que mencionaron, y es una página que nosotros no manejamos porque no hacemos actividades directamente con ellos”, mencionó, aunque en el perfil de Torrella aparecía que -junto a Sigal y Colasanto- había fundado esa organización, y las fotografías daban por presidente a Sigal y a Torrella por director, unos meses antes.

“Trabajo…”, dubitó Sigal, pero recompuso al instante: “Yo he trabajado con Sebastián desde el punto de vista del CMMAS para actividades de producción pero hasta ahí”, refería respecto a esa web de la que se tomó evidencia gráfica.

La ahora directora del FMM, María Olga Arias Sánchez, era coordinadora de Gestión Cultural y Relaciones Públicas en ambas organizaciones (CMMAS-dependencia y EVA), además de brindar asesoría al Concurso de Violonchelo “Carlos Prieto”, que ella misma organiza, sumando a su Consultoría Evento al Punto, que dotaba de banquetes al Festival Visiones Sonoras del CMMAS-dependencia, en tanto que Silvia de la Cueva (de Vinculación y Proyectos Especiales en el CMMAS-dependencia), aparecía como directora del área de gestión en EVA.

Pero aún no terminaba Sigal ese 18 de agosto: “Cada uno de los puntos los hemos trabajado con el secretario (Salvador Ginori) y su coordinación y los vamos a desmentir, se dice lo de la beca y hay cosas totalmente falsas. Debemos desmentir de manera oficial de acuerdo a lo que el secretario indique”, agregó, sin que a la fecha se haya dado desmentido alguno y sin que concediera entrevista sobre el tema a Francisco Valenzuela Martínez, quien dio seguimiento a la nota inicial.

 

X

Ulises Fonseca, de RedLab, preguntó ese 18 de agosto antes de concluir la entrevista bipartita con Ginori Lozano y Sigal Sefchovich, qué había sobre el caso de los empleados que renunciaban al CMMAS-dependencia por supuestos sistemas de vigilancia en las computadoras, vía mediante la que se habría obtenido información “de ellos muy sensible, tanto personal como de datos bancarios, ¿qué tan cierto es?”.

Afirmó Sigal: “Eso no lo vi en la nota, no es algo de lo cual estaba enterado, no conozco a nadie que haya renunciado por eso, pero si tuvimos durante finales del año pasado (2015) problemas de seguridad en el CMMAS en los accesos; nos ha pasado en dos épocas, en alguna incluso tuvimos robos de computadoras y lo hablamos con la secretaría, es algo que podemos comentar puntualmente con todos los detalles”, manifestó.

No obstante, el 6 de septiembre, tras consultar a dos ex trabajadores del CMMAS-dependencia, estos confirmaron a Francisco Valenzuela que “varias computadoras estaban intervenidas con un programa de vigilancia que tenía acceso a su actividad cotidiana como conversaciones vía chat, correos electrónicos, llamadas telefónicas por Skype, datos bancarios, e incluso grabación de video y toma de fotografías desde los monitores”, algo que Francisco Colasanto reconocería en una reunión, argumentando que era para averiguar un supuesto robo de 100 mil pesos.

“A pesar de ser una clara invasión a la privacidad, no hubo castigo interno para el subdirector del CMMAS ni denuncias de los empleados, quienes habrían sido advertidos de que a nadie le convenía que hubiera más problemas en la subdirección”, se apunta en la nota de Cambio de Michoacán.

De igual modo, los dos mismos ex trabajadores confirmaron lo que tanto EVA como el CMMAS-dependencia funcionaban con el mismo personal y en el “Anexo 2” de la subdirección de gobierno del estado citada arriba.

“Ambos testigos, quienes prefieren guardar el anonimato, coinciden en que al momento de ser contratados se les observó que EVA era una suerte de brazo del centro para cuestiones de gestión y producción, por lo que tendrían su sueldo base del CMMAS y, en seis meses, dependiendo de los clientes que lograran conseguir con EVA, llegarían ingresos extraordinarios.

“Los clientes sí llegaban, pero las promesas de ingresos extras no, según relatan: ‘Era mucho trabajo y llegó un momento en que lo de EVA absorbía más que lo de CMMAS; éramos como unas ocho personas laborando en el edificio de Emiliano Zapata sólo para esos clientes’, recuerda uno de los entrevistados”, se lee en la nota de Valenzuela Martínez.

Igualmente, el testigo comentó que por varios meses en 2015 los pagos se atrasaban pero el trabajo iba en aumento, a lo que se sumaba la falta de prestaciones al tratarse de contratos por honorarios:

“Todos sabíamos que EVA era el proyecto de Rodrigo, Silvia, Francisco y Sebastián, y pues trabajábamos para dos patrones que eran los mismos”, señalaba el otro implicado.

De hecho, en un catálogo virtual en línea, EVA se anuncia como “una empresa cultural innovadora y global dedicada a la solución de problemas en la gestión y desarrollo de proyectos a través de estrategias y herramientas eficaces para el impulso profesional de nuestros clientes”, y uno de sus clientes es Francisco Colasanto, subdirector y coordinador técnico del CMMAS-dependencia, que autorrecibió los servicios de EVA para Dr. Zoppa, uno de sus proyectos.

El mismo Rodrigo Sigal, líder de Lumínico, figura entre quienes han contratado los servicios de EVA, escribía Francisco Valenzuela, la cual “asesora en materias como marketing, procuración de fondos, servicios editoriales, producción de CDs y DVDs, booking y renta de espacios, lo que incluye oficinas, recepcionista, espacios equipados para reuniones, espacios al aire libre y hospedajes. Toda la operación de EVA se hacía, según varios testimonios, desde las instalaciones del CMMAS”.

Y Ginori Lozano se deslindaba, después de todo, aquel 26 de agosto: “Si en el pasado se dieron ese tipo de contratos, es algo que yo no aprobé, pero ahora mismo hay auditorías y si sale algo irregular, ellos me lo van a señalar”, argüía, sin conceder que en el Informe Financiero de 2015 del CMMAS se señalaba que el “Anexo 2” de EVA era sufragado por el propio presupuesto del gobierno, si bien dejaba la posibilidad de que habida vez los resultados de la auditoría se actuaría en consecuencia.

“Yo ni los conozco”, aducía, si bien se le señalaba que eran los mismos integrantes de EVA los del CMMAS-dependencia. “Esa es parte de la revisión que estamos haciendo. Sí, me llama la atención, me brinca, pero estamos en ello”.

XI

La solución que se avizora en el futuro para la duplicidad del CMMAS y sus distintos conflictos, parece que será la que ya el 26 de agosto barajeó el aún titular de la Secum, Salvador Ginori: dejar la asociación civil y extinguir la dependencia, y de tal modo “liberar a la Secum de esta carga administrativa”, lo que se planteó desde la propia Federación a inicios de 2016 .

Fue en la Reunión Anual del Consejo de Planeación y Evaluación del CMMAS-dependencia, en el segundo piso de la Casa de la Cultura de Morelia el 25 de enero del año pasado, cuando Ricardo Calderón Figueroa, director del Cenart pidió a Ginori Lozano sustituir la subdirección de la Secum con el CMMAS-A.C.

En el punto seis del orden del día, aparecía la propuesta para que la asociación entrara “al convenio que regule las aportaciones 2016, estatal y federal, para el desarrollo de los programas de formación y divulgación de las artes del CMMAS”, en tanto se dijo que en 2014 de la Secum no llegaron recursos al CMMAS-dependencia, toda vez que la administración de Marco Antonio Aguilar Cortés no habría realizado los trámites para ello.

Ginori Lozano se mostró de acuerdo, pero prefirió esperar a que el Plan Estatal de Desarrollo estuviera concluido, a lo que Calderón Figueroa replicó que habría “ventajas” si el CMMAS-A.C. se adueñara del CMMAS-subdirección.

“La asociación civil… ya existe desde hace varios años y ha trabajado de manera constante respaldando los proyectos del CMMAS”, se lee en el acta, en tanto Sigal afirmaba entonces que con la fusión se podría acceder a recursos del extranjero.

El 24 de mayo de 2016, Ricardo Calderón mandó una carta al ex titular de la Secum para activar la sustitución, lo que daba cuenta de que, efectivamente, a Rodrigo Sigal lo conocían bien desde el antiguo Conaculta.

“Me refiero a la conversación telefónica del día de ayer como seguimiento a la Reunión Anual del Consejo de Planeación y Evaluación del Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras… en torno a la inclusión de la Asociación Civil CMMAS A.C. al convenio que regula la colaboración entre la Federación y el Estado de Michoacán para el desarrollo de los programas de formación y divulgación de las artes de dicho centro”, decía la carta.

Nuevamente el funcionario federal mencionó, siempre según la nota de Francisco Valenzuela, las ventajas que la fusión traería para eficientar el funcionamiento del centro, tal como cuando el Proart era un órgano descentralizado, lo que podría atraer recursos del extranjero.

No obstante, ya el 26 de agosto de 2016, Salvador Ginori había dejado claro que su administración “no tiene ningún vínculo con la AC, ni un solo contrato, nada”, además de aceptar que el Cenart tenía mano a la hora de nombrar directivos en el CMMAS-dependencia, por lo que quizá Rafael Tovar y de Teresa sí estuviese informado sobre el diario acontecer del centro musical.

“Los nombramientos del CMMAS se hacen en acuerdo con la Federación… Yo pregunté lo mismo en el Cenart y ellos así lo respondieron; encuentran en este equipo el ideal para seguir llevando las riendas del CMMAS, lo mismo que en los otros centros (Centro Dramático de Michoacán y el Centro Regional de las Artes en Michoacán)”, manifestaba el ex director de la Facultad Popular de Bellas Artes (FPBA) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

XII

Por su parte, la nueva titular de la Secum, Silvia Figueroa Zamudio, no llegó al menos felicitando al CMMAS-dependencia por sus diez años.

Ante el cuestionamiento por la auditoría interna a que se había referido el anterior secretario de Cultura de Michoacán, respondía el 19 de diciembre de 2016, a dos meses y tres días de haber sido nombrada: “No sé hasta dónde haya llegado el maestro Ginori en cuanto a estos señalamientos”.

Y daba pruebas de querer despistar sobre el caso, al equivocarse de dependencia: “El asunto con el MACAZ (Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce) es particular y nosotros lo estamos revisando”, a lo que los presentes en la rueda de prensa de ese día le comentaban que era CMMAS, no MACAZ.

Con todo, parecía que sí estaba enterada de algunas irregularidades: “Hay buena voluntad y apertura del director, Rodrigo Sigal, y ha acudido cuántas veces lo hemos llamado; necesitamos hacer una organización diferente que tenemos que consensuar con la Federación, vamos a ver eso”.

Y agregaba que parte importante para avanzar en el caso era hacer una revisión de esa dependencia con la Federación: “Sí tenemos que reestructurarla”.

Empero, decía que su doble figura -como asociación civil y subdirección- no había sido un tema en el que se ahondara aún: “En eso no hemos entrado a analizarla, en su figura”. No se le preguntó si había llegado alguna nueva carta del Cenart.

Tovar y de Teresa falleció, sin que se sepa a ciencia cierta si estaba enterado o no del caso CMMAS. Asumió María Cristina García Cepeda, alias Maraki. Queda ver lo que decidirá la Federación sobre una de las dependencias más polémicas de Michoacán, que vende artículos, productos y servicios, que parece creerse órgano descentralizado al ir lejos en sus atribuciones y que recibe presupuesto federal. Queda esperar si se toma alguna medida o si se hace borrón y cuenta nueva. Vámonos. A otra década.

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