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Coral de las Rosas en concierto

El Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez invitó al Coral de las Rosas para que ofreciera un repertorio renacentista al público michoacano.

CORAL DE LAS ROSAS CONCIERTO JC-2724

 

“Allá va un encobijado

por el peladal pampero.

Así se va mi esperanza,

así se va mi esperanza

sin ti por el alma adentro.

Llanos y llanos y llanos crucé por ir a tu olvido,

y tras tanto caminar llegué a te quiero lo mismo,

sin ti por el alma adentro.

Me acordé de cuando iba por los caminos lloviendo.

Allá va un encobijado, allá va”.

Alberto Arvelo

Por Antonio H. Vargas

Tarde dominical, el día está apunto de fenecer, gente deambulando sin rumbo fijo, niños corriendo y brincando entre los jardines, algunos más haciendo berrinche a sus padres, las plazas como punto de reunión; justo detrás de la plaza de Armas de Morelia, hacia el sur en calle Allende esquina con Abasolo, un antiguo Palacio que en algún momento albergó la junta de Gobierno Español llamado Casa Consistorial funcionando hasta la época de la Independencia; en 1812 fue Casa de Moneda. En 1885 hubo una remodelación estilo francés.

En el patio principal encontramos un elemento distintivo de su arquitectura: el arco pinjante que se encuentra en las cuatro esquinas de la planta baja, además de un desnivel hacia el centro con ocho lados en armonía barroca con las cuatro esquinas.

Actualmente está bajo la dirección del Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Michoacán, en el interior se exhiben documentos de los siglos XVII, XVIII y XIX relacionados con procesos judiciales. En sus escaleras existe un mural del maestro Agustín Cárdenas inspirado en el primer Tribunal de Justicia.

Fotos: Cortesía FMM

Este monumento histórico albergó al Coral de las Rosas que se presentó con 26 voces, entre ellas sopranos altos, tenores y bajos, ya que la voz humana alcanza a tocar las más íntimas fibras de la sensibilidad; una excelente interpretación, y es que en algunos momentos nos ponía nostálgicos, alegres. De vez en cuando la tristeza hacía gala, caldo cromático de voces y sensaciones nos arrojaban al abismo de las pasiones.

Con un reportorio renacentista gustaron a chicos y grandes. Iniciaron el concierto jugando con los espacio, es decir, la primer melodía: Ave María, de Tomás Luis de Victoria (1548-1611) la interpretaron desde los pasillos de la segunda planta y el director Manuel Torres dirigiéndolos en el primer patio; las ondas sonoras rebatan en loza y cópula de esta segunda planta y bajaba a los oídos del público, dando la sensación que el coro celestial bajaba de los cielos.

Las siguientes piezas las cantaron acomodados en el escenario del primer patio de forma coral y así siguieron degustándonos con las distintitas tonalidades de la bellas voces masculinas y femeninas, graves y agudas con pizas como Peccatem me quotidie, Crucifixus, Ocultus non vidit y El grillo.

En Ecco, de Orlando di Lasso (1532-1594), nuevamente volvieron a jugar con los espacios y las voces, ahora un grupo de 10 coristas ocuparon la parte baja izquierda de las escaleras y a manera de eco respondieron a los coristas que permanecieron en el escenario. En esta pieza la sensación general del público era parecida a estar encerrado en alguna cueva del círculo ocho del infierno de Dante y que una palabra pronunciada era repetida ad inifitum.

Los coristas demostraron calidez, calidad, sensibilidad y versatilidad, ya que cantaron en latín, español, italiano e inglés, en este último idioma Sing we and chant in y Fire, fire de Thomas Marley (1557-1602)

Ya para el final nos regalaron una bella canción un poco más contemporánea: Allá va un encobijado, poema del venezolano Alberto Arvelo (1905-1971) musicalizado por Antonio Lauro (1917-1986). Lo particular de esta pieza es que los artistas se repartieron en el patio y los pasillos, entre el público, y daba la sensación de que alguien te cantaba una bella melodía al oído recordando la partida de un amor; sólo de recordarlo el sentimiento de extravíes regresa mi memoria, fue una sensación muy grata, muy sublime.

Lo lamantable es que, otra vez, un concierto del FMM se cruzó con un ruido de afuera, en este caso, con música folklórica salida desde la Plaza de Armas.

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