Texto y fotos: Carlos Underwood
Valencia.- Pese a la ola de frío y la llovizna, cientos de migrantes de todo el mundo salieron a las calles de Valencia para exigir el cierre definitivo de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), creados en 1985 para confinar tras las rejas a los indocumentados que llegan al país Ibérico para escapar de la guerra, la violencia, la hambruna y el sistemático saqueo de los recursos naturales en sus pueblos y ciudades de origen.
Hombres, mujeres y niños de Latinoamérica, África, Oriente Medio, Asia, todos reunidos con banderas en mano y pancartas, todos juntos en una voz, en la Plaça de l’Ajuntament, bajo un cielo encapotado y las miradas de españoles curiosos, quienes desde las aceras o los balcones de sus edificios atestiguaban la protesta de cientos de desplazados.
Bajo la consigna de que “ninguna persona es ilegal” y la no criminalización de los indocumentados, movimientos como Campaña por el cierre de los CIE (CIEs NO), Obrin Fronteres, Stop Desahucios, Asociación Rumiñahui, entre otras, apoyaron a los migrantes que se concentraron –tras la marcha– en el CIE de Zapadores, el cual cerró temporalmente sus puertas el pasado 6 de octubre por una plaga de chinches y garrapatas.
El Día Internacional de los derechos de las personas migrantes fue un recordatorio de que España, como la Unión Europea y países como Australia, mantienen políticas represoras contra los indocumentados, quienes buscan una oportunidad tras ser desplazados de sus países por conflictos bélicos y la explotación criminal del medio ambiente.
El Estado español, en vez de apostar por políticas de inclusión para los expatriados, se aferra al enclaustramiento y la segregación como medida de control de sus fronteras. Las barreras políticas y xenófobas han puesto a España –y en general a la Unión Europea– en los ojos del mundo por violentar los derechos humanos de los indocumentados.
…“las personas migrantes, asociaciones, organizaciones, colectivos, plataformas por los derechos de las personas migrantes y la sociedad valenciana nos movilizamos para denunciar que las ‘migraciones forzadas y el exilio son consecuencias de un orden social y política injusta y globalizada al servicios de la lógica capitalista’, basada en la explotación y el sometimiento de los pueblos”, se leyó a las puertas del CIE Zapadores, para seguir…
…“existe un conjunto de actores políticos, militares, económicos, instituciones y empresariales que promueven, mantienen y se benefician de las guerras y son los responsables de la actual crisis humanitaria”.
Desde noviembre pasado, el municipio de Valencia, a cargo de Joan Ribó, pidió oficialmente al gobierno central el cierre del CIE de Zapadores. Por ahora, la petición no ha tenido eco.
Los migrantes en Valencia, como en todo España, piden respeto a sus derechos humanos, piden un alto a las redadas, piden un trato digno. Los migrantes no cesan la lucha, al igual que los movimientos y organizaciones amigas, pero el Estado se mantiene firme en su postura.