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Cuauhtémoc Medina nos revela el sueño del Dr. Atl

Este sábado 14 de diciembre, el investigador y curador de arte Cuauhtémoc Medina presentará en la cafebrería El Traspatio el libro Olinka: la ciudad ideal del Dr. Atl. Se trata de la más acuciosa indagación acerca de un proyecto excéntrico del artista mexicano cuyo nombre de pila era Gerardo Murillo Cornado, quien por varios años se propuso edificar una ciudad habitada por artistas y científicos.

Para conocer más detalles de esta obra editada por El Colegio Nacional, conversamos vía telefónica con Medina, quien le sacará jugo a su visita por tierras michoacanas al presentarse también en el Centro Cultural UNAM y el Antiguo Colegio Jesuita de Pátzcuaro.

Sabemos que encontró los documentos de esta ciudad soñada por Atl en su época estudiantil. ¿Nos puede dar más detalles de dicho hallazgo?

Estaba muy interesado, entre finales de los 80 y principios de los 90, en repensar la relación entre los intelectuales y el régimen político en México. Por supuesto que en ese contexto, Atl era un personaje importante, pero al buscar en los archivos encontré mucha información dispersa sobre el tema de la función ciudadana; era como si eso no les hubiera interesado a quienes ordenaron aquellos papeles. Yo me di cuenta que el tema sí era trascendente, que la llamada artistocracia, como él y sus colegas franceses la llamaban, había ocupado un espacio en sus acciones tanto de la postrevolución como de su lamentable función como propagandista nazi.

¿Y por qué pasó tanto tiempo para que usted publicara el libro?

En su momento estaba listo para publicarse e incluso Raquel Tibol intervino para que se editara en Conaculta, pero se convirtió en un proceso tan tortuoso que decidí abandonarlo y dedicarme a mi posgrado. Con el tiempo, mis colegas y estudiantes me decían que lamentaban la no publicación del texto, pero hace un par de años el editor de El Colegio Nacional, Alejandro Cruz, me pidió que lo rearmara para su publicación. El trabajo para editar este libro fue mucho más significativo de lo que pensé en su momento, pues la tuve que reescribir desde su forma, ya que en el texto original tenía yo 20 años, y por otro lado había guardado mucha información que apareció con el tiempo, elementos que le dieron carácter de una obra original.

¿Por qué fracasó esta ciudad?

En el momento en que Atl estuvo más activo tratando de que esta ciudad tomara más cuerpo, falló en sus gestiones con los políticos, con los diferentes gobernadores. Él quería hacer uso de la sensación de potencia que vivía México a mediados de los 50, reflejado en cosas como Ciudad Universitaria. Pero al mismo tiempo, su proyecto no terminaba por encajar con la retórica y los intereses de la clase gobernante con la que interactuaba. Ellos no lo veían como un legado que les conviniera. Hay que recordar que, como siempre ha pasado, en este país un político echa a andar un proyecto y el que lo sustituye no le da continuidad, así que cuando Atl promovía su ciudad, en el corto plazo se desinflaba, y eso pasó decenas de veces en ese periodo.

¿En alguna otra parte del mundo se ha construido un proyecto similar?

Hay varias comunidades que han intentado cosas parecidas, proyectos civilizatorios y alternativos. Auroville, en la India, que fue asentada en los 60 con una mujer filósofa a la cabeza, es una ciudad que sigue generando dinámicas de vida colectiva y de propiedad común. Pero lo que Atl proponía era un proyecto elitista donde estos filósofos, artistas y científicos se convertirían en la clase dirigente, por encima de otras pretensiones como viajar más allá del Cosmos, lo cual es mi interpretación. En México, Digo Rivera propuso una ciudad de las artes, con una amplitud de escuelas y talleres en torno al Anahuacalli, pero solo se cumplió en parte. Digamos que es lo más similar al proyecto de Atl.

¿Es el proyecto más excéntrico e imposible de realizar?

A diferencia de lo que se ha escrito previamente sobre ello, a mí no me parece que ese proyecto esté completamente fuera de las dinámicas sociales de ese momento. Sí es radical y extremo, con un fondo de excentricidad, pero no estaba en una posición enloquecida, porque había una serie de cosas que lo podían hacer exitoso, como lo bien que se llevaban los artistas con los políticos y la misma visión mesiánica de la cultura. No me parece que sea productivo ver como algo quimérico este proyecto. Quimérica es la justicia, o un régimen de derecho, lo cual sí es un verdadero sueño imposible para este país. Eso es excéntrico de verdad.

La presentación del Olinka: la ciudad ideal del Dr. Atl será este sábado en punto de las 18:00 horas en El Traspatio, ubicado en Bartolomé de las Casas 533, Centro.

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