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Cypress Hill: del funky al dubset

Por Jorge A. Amaral

Escuchando Cypress X Rusko (2012), en el que Cypress Hill, en compañía de Rusko, descubre su lado dubset, no pude dejar de remitirme a los primeros discos de la banda, como el emblemático Cypress Hill (1991), de donde salieron algunos clásicos del rap como “The Phuncky Feel One”, “Handon the pump”, “Latin lingo” o la meramente pornográfica “Tres equis”.

Cypress Hill

Un disco con una influencia funky innegable, y es que esta tendencia está tanto en las letras como en los samplers, lo que hizo que fuera un disco innovador, y si a eso agregamos la aguda voz de B-Real, que Ice T catalogó como freaky, tenemos una banda que difícilmente será confundida con otra, ni siquiera con sus bandas afines o a las que ellos han producido.

En términos sociales, la influencia de Cypress Hill no ha sido menor pues, por un lado, con temas como “Latin lingo” pusieron de manifiesto una identidad latina, orgullosa de su spanglish que por momentos parece más inglañol. Pero por el otro, su constante lucha por la legalización de la mariguana en Estados Unidos, que les ha conseguido tanto adeptos como detractores, estos últimos más que nada entre empresarios de la música que suelen ver los riesgos comerciales antes invertir. Es así que esta banda ha sido vetada en programas de televisión como Saturday Nigth Live debido, en este caso, a que DJ Muggs se echó su gallito y la banda destruyó los instrumentos a la hora de cantar “I Ain’t Goin Out Like That”, de su segundo album.

En Black Sunday la presencia de la mariguana es más marcada, y eso se nota desde el primer corte del disco, “I wanna get high”, pero también en “Legalize it” o la que bien puede considerarse una de las canciones más perfectas no sólo de la discografía de Cypress Hill, sino del rap en general, “Insane in the brain”. ¿Exagero?, no, tiene todo lo que un buen rap debe poseer: un beat poderoso, contundente, rompe madres; una letra honesta, sin más pretensiones que decir su realidad social; un flow que va de la mano con la música para hacer una pieza integral y fluida pero a la vez pegajosa, fácil de recordar, cadenciosa y hasta bailable. Características similares posee “When the shit goes down”, que huele a monchis.

En contraste; III, Temple of Boom (1995) es un disco musicalmente más oscuro, más elaborado y con un sampleo más refinado; ya no se trata tanto de hacer ruido pacheco, sino de fumar en santa paz. Este disco no es un churro fiestero, es un auténtico dedo de gorila que, si se escucha con detenimiento, puede dejar al escucha anonadado por la perfección lograda en cuanto a la producción, y para comprobarlo basta escuchar la maestría de “Stoned Riders” o la sombría maravilla que es “Ilusions”, que si usted anda algo desolado, puede que le resulte catártica. Así como “Insane in the brain” puede considerarse una sus canciones más perfectas, a nivel disco: III, Temple of Boom puede asumirse como uno de los mejor producidos y mejor pensados de esta banda, al menos en esa primera época. Es por ello que no tengo empacho en colocar a este álbum en una vitrina, a un ladito de clásicos del rap como E-1999, de BoneThugs -N- Harmony, producido en 1994, del cual hablaré en otra ocasión.

Saltando hasta el año 2000, Cypress Hill sorprendió con el disco doble Skull & Bones, cuya primera parte, Skull, está enfocada meramente al rap, y la segunda, Bones, a un rock muy Nu metal, tan popular en aquel entonces, toda vez que el grunge ya estaba superado y solamente permanecía en la nostalgia de los adolescentes que padecieron el desencanto de los 90. El caso es que la parte rockera de Skull & Bones remite de inmediato a temas como “Bring the noise”, de Public Enemy a dueto con Anthrax, sobre todo en temas como “Can’t get the best of me”.

Ya en 2010 salió al mercado el decimo tercer disco de Cypress Hill, Rise up, que contó con la colaboración de Tom Morello, Alchemist, Everlast, Young De y Evidence. El primer sencillo fue “Armada latina” que muy al estilo de “Latin lingo”, pone de manifiesto el orgullo de la ascendencia latinoamericana tanto de Sen Dog como de B-Real. En el tema participan Marc Anthony y Pitbull, de quien pude notar que es como el champiñón: por sí solo no sabe a nada, pero basta mezclarlo con algo sabroso para que sepa bien, es así que, con una carrera buena en términos comerciales, en el rap sonó decente hasta que se juntó con estos veteranos.

Artistas del rap que han innovado hay muchos: Beastie Boys, N.E.R.D., Kanye West o Dr. Dre que se han distinguido por siempre superarse a sí mismos en cada nuevo disco, no estancarse en el mismo sonido ni en fórmulas probadas de éxito, y el mismo caso es el de Cypress Hill, de quienes no importa si lo hacen como grupo o en sus proyectos en solitario, siempre tendrán sorpresas, y cuando se vuelven a reunir suenan tan bien acoplados que pareciera que nunca se han separado.

La recomendación de la semana

Con un sonido funky sin perder la esencia planteada desde su primer disco, el cuarto álbum de Delinquent Habits, Freedom band (2003), es una joyita que bien vale la pena escuchar debido a su gran calidad. Si con Delinquent Habits (1996) esta banda salió a la luz pisando fuerte, consolidándose con Here come the horns (1998) y Merry go round (2001), este álbum resultó ser una muestra de la tremenda capacidad creativa de sus miembros. Cabe destacar que este grupo, que como muchos, se inició grabando maquetas hasta que fue descubierto en 1996 por Sen Dog, quien les produjo el primer disco.

Canciones por las cuales no puedes usted dejar de escuchar este disco:“I can’t forget it”, una crónica de la vida en las calles de Estados Unidos con todo y la violencia entre pandillas; “U don’town me”, que retoma el tema del mismo nombre de Lesley Gore para hacer algo totalmente distinto en términos líricos pero con la misma cadencia de la original. Muy al estilo chicano de mezclar diferentes géneros con elementos del flamenco o la música ranchera, tenemos “Everyday”, “OG scratch”, una pequeña muestra de la maestría de DJ OG Style, en la que para la ejecución del scratch se tomó como base el sonido funky del sampler que ya en 1991 utilizó Ms. Melodie en el tema “Anti-Ho”, que grabara para el álbum H.E.A.L., Human Education Against Lies (producido por KRS-One como parte de su activismo político en pro de los derechos de los afroamericanos y contra el sistema capitalista).

Considerado por algunos críticos como un disco fiestero, y aunque es verdad que la mayoría de sus temas son bailables, también es cierto que muestra una cara diferente de Delinquent Habits, una cara que bien vale la pena ver, sin por ello sentirse menos cool por estar escuchando buen rap.

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