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El INBAL asegura que las nuevas plicas estarán «en la ciudad de Michoacán»

Una vez que la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del INBAL invalidó el proceso de cuatro de sus premios literarios por apertura irregular de plicas, dio a conocer nuevas reglas para la recepción de trabajos. Pero los yerros continúan: en el caso del Premio José Rubén Romero, se garantiza que las plicas se resguardarán en una notaría «de la ciudad de Michoacán».

Según se lee en un comunicado, la dependencia federal y “los estados sedes de Campeche, Oaxaca, Michoacán y San Luis Potosí acordaron que para garantizar la confidencialidad de las y los participantes, los Premios mencionados han reiniciado su proceso de registro de obras en la plataforma digital, así como el resguardo de plicas ante notario público desde su recepción y no serán abiertas hasta que el jurado, aún sin integrar, determine los ganadores”.

Caos burocrático

Sin embargo, un trabajador de la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum), donde se abrieron indebidamente las plicas del Premio de Novela José Rubén Romero, nos dice que llevar de inmediato al notario cada sobre que llegue será un caos burocrático. “Este proceso siempre se hace cuando cierra la convocatoria, porque por un lado el secretario de Cultura debe autorizar mediante un oficio que llevemos las plicas. Pero además, el notario no te recibe cuando quieras, regularmente nos da una sola cita para recibir todos los sobres participantes”.

Con las nuevas instrucciones del INBAL, este esquema tendrá que modificarse sustancialmente. “Cada que llegue un nuevo sobre tendríamos que solicitar el oficio al secretario y luego ver si nos reciben en la notaría. Y a lo mejor, cuando regresemos a la oficina ya habrá un nuevo documento que implique hacer el mismo trámite. Se nos irá todo el día en ir y venir”, nos cuenta el funcionario.

Contradicciones

Desde que se filtró a los medios la apertura ilegal de plicas en Michoacán, las versiones sobre cómo sucedieron los hechos han sido contradictorias. En un primer comunicado, la CNL aceptó que la irregularidad se había presentado también en los premios de Cuento Infantil Juan de la Cabada; en el de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila y en el de Literatura en Lenguas Indígenas. Sin embargo, el periódico Excélsior reveló que la violación al anonimato de los autores también ocurrió en el Premio de Ensayo Literario José Revueltas, sin que éste se haya reconocido en el informe de la dependencia.

En algunos medios se divulgó la versión de que la misma CNL ordenó la apertura de plicas a los estados involucrados. Incluso, el secretario de Cultura de Michoacán, Claudio Méndez Fernández, dijo a El Universal que en la dependencia a su cargo sólo habían seguido las instrucciones que les dieron en INBAL, donde deseaban conocer los datos de los concursantes. Dicha declaración no ha sido ampliada, pues el responsable de la Secum se negó a otorgar una entrevista que Revés Online le solicitó desde hace varios días.

Pretextos insólitos

De acuerdo a investigaciones de la Subdirección de Asuntos Jurídicos del INBAL, las razones del porqué se abrieron las plicas rayan en lo sublime. Por ejemplo, en el caso del Premio Amparo Dávila, la pifia fue porque los sobres llegaron a una dirección equivocada y fueron abiertos por la Oficialía de Partes. ¿En serio? Agregan que “en los otros tres Premios, se debió a la confusión en el formato que debía ser requisitado”, pero no aclaran si la confusión fue de ellos o de cada responsable en los estados.

La “ciudad” de Michoacán

Pero la poca pulcritud en las convocatorias continúa. En las bases para el Premio de Novela José Rubén Romero, la cláusula décima primera indica: “Las plicas se depositarán en una notaría pública con domicilio en la ciudad de Michoacán”. Así de mal, así de imprecisa la convocatoria en su segunda oportunidad.

Como consecuencia de todo este embrollo, Cristina Rascón renunció a su cargo como titular de la CNL y tampoco ha querido aparecer en medios. Así, las versiones sobre la apertura masiva de plicas van y vienen sin que se aclare con precisión ni se castigue a los responsables. Al menos, en la Secum no hay sanción alguna para nadie y su secretario guarda absoluto silencio.

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