Por Emiliano Raya Aguiar
En el marco de la apertura del Noveno Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías: Visiones Sonoras 2013, se presentó el disco “El sutil sonido de las plumas”, mismo que fue comentado por los ocho compositores encargados de su creación, quienes platicaron acerca de las peripecias y retos que implicó la producción del material, coincidiendo en la importancia de entender la obra como una voz latinoamericana.
Varios ponentes destacaron la importancia de entender la pieza no como una suit, es decir, como la unión de ocho piezas distintas, sino como una sola pieza, una pieza única compuesta por ocho propuestas individuales.
Del disco, aseguraron la mayoría de sus autores, destaca el grado y nivel de creación colaborativa, hecho que se logró haciendo a un lado los egos, como recalcó Felipe César, quien en su intervención aprovechó para responder una serie de tópicos que le surgieron mientras hacia su parte dentro del trabajo.
A decir de Londoño López, la envergadura del proyecto obligó a los diferentes artistas a involucrarse en el contexto en el que se desarrolla la obra y por lo tanto, a crear incluso un producto crítico a determinados procesos que destruyen, por ejemplo, el ecosistema y la vida de las aves. Pero además fue necesario involucrarse, conocer elementos científicos y técnicos de la vida de los animales, por lo que hubo que convivir con especialistas en el tema y empaparse del discurso científico.
Por su parte, la compositora venezolana Adina Izarra quien fungió como moderadora de la mesa, explicó su experiencia puntualizando las diferencias entre las concepciones de uno y otro artista. “Es un disco de ocho parlantes; ocho compositores fuimos los que participamos en la creación de un espacio en el que imaginábamos el vuelo de un pájaro. En mi caso este vuelo siempre fue creado de manera artificial, yo utilicé sonidos ya grabados a diferencia de otros compañeros”, dijo.
“Lo que me aterrorizaba era esa responsabilidad de saber que detrás de mí, mirándome la nuca, tenía a cuatro compositores, ya que yo era el quinto. Yo entonces traté de pensar en paisajes sonoros”, relató Daniel Schacter, compositor argentino.
Schacter explicó además las vicisitudes de grabar los sonidos de los pájaros al aíre libre, ya que muchas veces se filtraban sonidos de neumáticos, motores o diferentes ruidos producidos por el ser humano. Aunado a esto, comentó que lograr unificar los sonidos de uno y entregarlo al que seguía representó un verdadero reto, ya que había que darle una coherencia discursiva al disco.
Por último, los comentaristas concluyeron que la pieza es un “pie en el piso” en Latinoamérica, ya que esperan que cuando el público lo escuche, identifique las diferentes voces individuales que conforman la obra pero que los entienda a todos como un solo canto latinoamericano.
Respecto a esto, comentaron que si bien se suele elogiar la cohesión discursiva musical de los latinoamericanos, gracias a que hay puntos de unificación entre los hablantes de un mismo idioma, lo que la obra resalta es justamente que hay muchos más puntos de coincidencia de los que se creían en un principio.
Cabe resaltar que el disco está acompañado de un libro titulado “Canto Electroacústico: Aves Latinoamericanas en una creación colaborativa, en el cual se recopilan los textos de las impresiones y experiencias de los ochos compositores.
De los autores
Adina Izarra es una compositora venezolana que actualmente funge como coordinadora de la Maestría en Música, además de ser jefa del laboratorio Digital de Música, donde desarrolla la línea de investigación.
Daniel Schachter es compositor, artista sonoro, docente e investigador nacido en Buenos Aires, Argentina. Actualmente desarrolla su actividad principalmente en el Centro de Estudios en Producción Sonora y Audiovisual.
Fabían Esteban Luna, también oriundo de Buenos Aires, Argentina, es compositor y profesor, miembro directivo de la carrera en Artes Electroacústicas en el Instituto de Tecnología ORT, en su ciudad natal.
Felipe César Londoño López es arquitecto por la Universidad Nacional de Colombia, doctor en Ingeniería Multimedia en la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España. Es además profesor titular en la Universidad de Caldas, Manizales, Colombia.
Jaime Oliver nació en Lima, Perú en 1979 y actualmente es profesor e investigador en la Columbia University de Nueva York. Es doctor en Música por Computadora en la Universidad de California San Diego.
Miguel Noya ha realizado estudios de magíster en Música en la Universidad Simón Bolívar de Caracas, Venezuela. Tiene también estudios en Composición y Música Electrónica por el Berklee College of Music.
Otto Castro es profesor, coordinador e investigador del Laboratorio de Composición y Experimentación Sonora de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica. Es también fundador de la Red de Arte Sonoro Costarricense.
Por su parte Rodrigo Sigal, mexicano, es licenciado en Composición Musical por el centro de Investigaciones y Estudios de la Música (CIEM) y doctorado en Composición Musical con Medios Electroacústicos en la City University de Londres.