Por Arturo F. Silva
Bueno, se terminó la primera ronda. En realidad solo falta un día de la primera fase, el último, pero allí las matemáticas tienen mucha menos injerencia, los dos líderes de los grupos G y H ya están casi fijos y sería extrañísimo que alguien los sacara de allí. Así que escribo esto con seis de los ocho partidos de octavos de final ya determinados.
Lo único que falta saber es cuáles son los dos equipos que acompañarán a Brasil y Portugal. Tuve, por un momento, el deseo de que se cruzaran ambos equipos en la siguiente jornada, pero estuve mirando las posiciones de las zonas y la verdad es que, si bien es posible, la verdad es que es improbable que así sea. Una lástima, hubiese sido todo un lujo ver esa final anticipada en una etapa tan temprana del mundial.
¿Será este Campeonato Mundial recordado como el campeonato de las sorpresas? Porque en todos ellos las hubo, claro; pero no recuerdo otro con tantas en tan poco tiempo. Arabia haciendo tropezar a Argentina; Marruecos ganando dos partidos y empatando uno (los marroquíes se jugaron todo esperando evitar a España en la segunda etapa, sin contar con el factor azar, el cual hizo que España quedara en segundo lugar, contra todo pronóstico, y se toparan con ellos de todas maneras).
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Supongo que la selección de Marruecos ya le debe haber pedido ayuda hasta al servicio secreto de su país y, más que un estudio del partido Japón-España, lo que van a hacer es una radiografía, una tomografía computada y hasta un análisis astrológico ?por las dudas? de la Furia Roja. Hablando de Japón, estos hicieron tropezar a Alemania y a España. Y cuidado, que esto de andar haciendo tropezar a los grandes, si se convierte en una costumbre, puede hacer que Japón pase a ser un equipo a considerar con más seriedad… aunque si perdieron con Costa Rica.
Entre las sorpresas negativas tenemos a Alemania, dos veces afuera en primera ronda en mundiales consecutivos. México, por primera vez fuera en primera ronda en cuarenta y dos años.
También el caso de Dinamarca y Bélgica. Sobre esta última selección voy a detenerme un momento, porque hay algo que dije en el artículo pasado Mundial de Qatar: revolucionarios eran los de antes; y es algo con respecto a las estadísticas. Resulta que la Universidad de Oxford, como se sabe, de las más prestigiosas a nivel mundial, ha hecho un modelo matemático que predice la ruta hacia la final de la Copa Mundial en Qatar y ya en octavos de final se equivocaron en seis de los dieciséis equipos (con la alta posibilidad de que se equivoquen en dos más).
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Más o menos acertaron lo mismo que arrojando una moneda al aire. Lástima que se murió el pulpo Paul; ese acertaba más y mejor que los matemáticos de la famosa universidad y todos sus programas matemáticos e informáticos.
Y es que lo dije y lo repito: los partidos se ganan con goles, no con estadísticas. No importa cuántas veces salió campeón Alemania (o quien fuere), si no le gana a nadie, se va a casa y listo, se acabó la historia. En este mismo mundial el todopoderoso Brasil casi cae de bruces frente a Suiza. En suma: todo puede pasar y eso me hace repetir la pregunta: ¿Será este el campeonato mundial con mayor cantidad de sorpresas?
Que alguien con un buen archivo me lo diga, aunque no sea un dato demasiado relevante. Y ya que estamos, dejo otra pregunta para la que yo no tengo respuesta: ¿Cuándo dejaremos de hablar de «sorpresas» cuando una selección le gane a otra? Está bien que haya equipos con más experiencia o con más campeonatos, pero como ya hemos visto, eso no significa nada. La mayor parte de los jugadores que vemos en acción juegan, hoy en día, en las grandes ligas europeas y todos tienen un alto nivel de entrenamiento físico y técnico.
Los seleccionados cada vez son más parejos; siendo esto así ¿por qué seguimos hablando de «sorpresas» cuando lo más lógico es que cualquiera pueda ganarle a cualquiera, como lo estamos viendo a diario en vivo y en directo? Sorpresa es que te caiga la familia a comer y que vengan con las manos vacías.
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Ahora empieza lo mejor, lo que más me gusta de los mundiales: el que pierde se las toma y a llorar a la iglesia. Aquí la única matemática que vale es la más simple, el que más goles hace es el que gana y no importa en lo más mínimo el resultado de los otros partidos. Nada de intrigas o de estrategias, sales a ganar o esperas otros cuatro años.
Se va a poner lindo el caldo (y más si siguen habiendo «sorpresas»; así dejamos de llamarlas de este modo).
Por último, también en aquel artículo que señalé dije algo que quiero repetir aquí, aunque ya hayan pasado algunos días y las cosas se hayan calmado bastante en este breve tiempo. Por favor, no confundan a un equipo de fútbol con la patria ni a la camiseta con la bandera ni al himno con una cumbia.
Lo del Canelo fue vergonzoso por muchísimos motivos (que no vamos a ahondar aquí y ahora) y no faltará el bruto que imite lo que ya se hizo esta vez y muchas otras y, por un «quítame estas pajas», quieran armar la de San Quintín (hoy estoy antiguo con las referencias, perdón por ello). Ya. Miren el partido, tómense una cerveza y no jodan, que para eso tenemos el resto del año.
Salud.