Mamacitas y mamacitos, sean ustedes bienvenidos a esta su sala virtual, un lugar donde podrán leer, escuchar y escribir acerca de temas cachondos, sin que se les esté censurando (siempre y cuando no afecte a terceros, ¡ojo!). Un espacio, que si me lo permiten, promete mojarles desde las ideas, hasta los calzones, y donde podrán consultar inquietudes sexuales, libres de morbo, con una pizca de picardía y un ahumado de erotismo.
Esta historia está musicalizada por un maravilloso grupo que en lo personal me moja todita cuando les escucho, es una banda local y se llama DuraznoS, su tema: “Desnúdate” #ayquérico. Les prometo que no se van a arrepentir, ni por la música, ni por sus integrantes #sabrosos. Pueden encontrarles en Facebook y escuchar sus temas por acá.
Aprovecho también para agradecer al mamacito rico Guillermo Wusterhaus que me permitió ilustrar esta historia húmeda con su precioso y erótico trabajo. La imagen de arriba pertenece al Proyecto Color/Piel-2010 No. XXXIV.
Gracias a Revés Online por el espacio de desfogue y gracias particularmente a Adrián Orozco, por producir los audios.
Yo soy Escarlata, artista de profesión y puta de corazón; en este momento comienzo a abrirme toda, para que penetren en mi mundo, en mis ideas, en mis deseos, en mis recuerdos. Para ello, les contaré mis aventuras callejeras de viva voz, pero antes, permítanme darles una probadita a través del contexto que antecedió a esta aventura “Desde mis ganas”.
Nos conocimos en una fiesta, por un amigo en común. Aquel estaba muy insistente en presentarnos, aún cuando sabía que mi estado emocional no era el más apropiado para conocer a alguien; sin embargo, él lo veía como una buena oportunidad para olvidar, superar o cambiar mi estatus depresivo y ensimismado.
Accedí entonces al llamado hecho, que en este caso era una reunión social por su cumpleaños; llegué al atardecer y toqué el timbre, desde afuera se escuchaba la música, las risas, el choque de las copas y mucha bulla. El tiempo de espera no fue mucho, pero en la boca del estómago se me reflejaba como una eternidad llena de panoramas diversos, unos donde no se aparecía el susodicho, otros donde nada pasaba, otros más en donde todo salía maravilloso y acababa yo de una vez con esa nefasta soledad.
Abrió mi amigo y me recibió con un cordial abrazo y un beso, se le veía muy feliz porque había llegado y me dijo: -pensé que ya no vendrías. Sonreí.
Entré a la casa y pude ver un montón de personas en la tertulia, a todos se les veía felices, por la alegría de estar y por las copas de beber…la música envolvía cálidamente el ambiente y las risas, enmarcaban el rostro de cada invitado.
Giré mi rostro pues sentí una mirada, justo mi amigo decía a mi oído: -ven, que te lo quiero presentar ya, son perfectos el uno para el otro. Y lo vi, parado en medio de la multitud enfiestada, con una sutil sonrisa dedicada a mí. Nos acercamos y sin preámbulos nuestro amigo nos presentó. Pasó el tiempo, si fueron segundos o minutos ahora no importa, el estéreo empezó a tocar salsa y bailamos, toda la noche…y reímos también toda la noche.
Me pidió mi número y se lo di de inmediato; sentía el pecho colapsado y la mente confundida.
Dos días después me llamó y nos vimos en un café…esa noche nos besamos por primera vez y nos tocamos, acariciamos, apretamos, restregamos, pero así nomás, sobre la ropa, así como con esas ganas locas pero sin poder concluir o avanzar siquiera.
Mis ganas se acrecentaron y volvimos a vernos…pero esa, es otra historia.
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Con amor, Escarlata.