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God bless America

Por Pata Maldita

Nadie sabía cuando festejó el gol de Estados Unidos que ponía en órbita de nuevo a México, que todo era un plan fraguado desde la Casa Blanca para, primero, tomar el petróleo de Anáhuac y, segundo, recuperar el control sobre el Canal de Panamá. Me explico.

Debe haber habido un complot, sospecho que de los chicos del #132 (menos de Atolini con el dedini), para hacer perder al equipo nacional y, de este modo, sabotear a las trasnacionales y todopoderosas televisoras que habían invertido miles de millones de pesos (junto con sus patrocinadores) en la Selección Mexicana de furbol.

Esto me pareció más que evidente cuando en el partido en el Estadio Azteca contra Panamá, Javier “Chicharito” Hernández falló el penalti de la victoria y, cuando ya en Costa Rica, no acertó a introducir la pelota de primera intención en las redes y, en cambio, ésta terminó rebotando hacia donde estaba un hermoso compañero que ya se encontraba en fuera de lugar. El gol fue anulado, como si Hernández lo hubiese planeado todo.

Luis García dijo durante la transmisión del juego que “(Antonio López de) Santa Anna era un vanguardista”, esto en alusión a que cuando el equipo nacional no metía el gol (de hecho, no lo metió nunca) que le diera el pase, ya no a la Copa del Mundo sino al repechaje contra Nueva Zelanda, Estados Unidos tuvo que venir de atrás en su partido contra Panamá, que acababa de darle la vuelta 2-1, para que México pudiera estar otra vez con alguna posibilidad de asistir a la justa mundialista. Estados Unidos le salvó las papas a los connacionales furboleros. Pero con otras obscuras intenciones.

Eso no lo sabía nadie en el bar cuando las interjecciones y los gritos de “no mames, no mames”, empezaron a escucharse. “Landon Donovan, te amo”, “God bless America”, “Iu-es-ei, Iu-es-ei, Iu-es-ei”, “Santa Anna era un visionario, por eso les regaló Texas y Arizona”, y todos alrededor se abrazaban y vociferaban como si de pronto se hubieran enterado que acababan de sacarse la lotería. “Gooooooooool”, seguía escuchándose todavía cuando cayó el tercer gol de Estados Unidos, y fue la hecatombe.

“No mames, vamos al repechaje no porque México haya ganado, sino porque el Tío Sam nos salvó”, decían en otra mesa; “no es posible, que les den el petróleo si quieren, México va a calificar contra Nueva Zelanda y va a ser campeón del mundo, putos”, dijo alguien más en las cercanías. Algunos se mesaban el cabello, otros veían impertérritos la TV, como si estuvieran frente a una ecuación algebraica que no pudieran resolver.

Cuando dijeron lo del petróleo todo se me hizo claro, lo cual corroboré esta mañana al ver un tuit de la Selección de las Barras y las Estrellas: “De nada, México”, como expresando, “nosotros les salvamos de no ir al Mundial”. Y eso es lo que pensó la mayoría.

Creo que el “Chicharo” forma parte de #132, y que es un infiltrado en el Tri, y que su llanto en el Estadio Azteca tras fallar el penalti contra Panamá, así como su yerro frente a Costa Rica, estaban fríamente calculados: Hernández intentaba sabotear a Slim, Televisa, TV Azteca y demás sponsors multimillonarios; sin embargo, otra vez el Tío Sam hizo por sus propios intereses. Además de hacer llorar a Ruben Blades, Miss Panamá y a Felipe Baloy, todo parece ser parte de una conspiración para que, mientras los mexicanos festejan su pase al Mundial, aprobar mediante Peña Nieto la reforma energética para meter las manos en Pemex y, asimismo, recuperar el control sobre el Canal de Panamá. Dos pájaros de un tiro. Ya ven que el triunfo de México no es sino el principio del fin.

Que el “Chicharito” es un gran histrión, mejor que los de Televisa, nadie puede negarlo ahora; que el #132 ha fallado en su tentativa por salvar a México, tampoco. Primero la televisora de Chapultepec manda a su hijo pródigo, Raúl Jiménez, con una chilena que salva al equipo nacional; luego, Estados Unidos mete los goles que salvan a México (sólo furbolísticamente hablando. Toda esta obra de teatro podría llamarse “God bless America”.

Por cierto, qué buen partido jugó Costa Rica.

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