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Kestutis Kasparavicius: el ilustrador, el escritor…

El reconocido ilustrador lituano se hizo presente durante la segunda edición de FILustra para compartir la fórmula de cómo pasar de ser un ilustrador a escribir las historias propias

Guadalajara, 29 de Noviembre.- Jóvenes artistas, admiradores del trabajo de Kestutis Kasparavicius, acudieron a la conferencia “Cómo hacer que los animales y los objetos domésticos hablen”. Por espacio de una hora, el artista habló de su trabajo como ilustrador y de su trayectoria.  En su carrera,  Kestutis ha ilustrado más de 50 libros que han sido traducidos a 22 idiomas y han estado presentes en la infancia de millones alrededor del mundo. Su obra se caracteriza por la corta extensión de los textos y el universo de imaginación y color en el que sumerge a sus lectores. En sus historias, los utensilios de cocina cobran vida, existen osos jardineros que cultivan rosas negras de mal carácter, hay personas secuestradas para ser llevadas al mundo de los papagayos, patos con gorritos que patinan sobre hielo y cerditos que cantan villancicos junto al árbol de Navidad, entre muchas otras imágenes que caben en el mundo y en la imaginación de los niños.

El artista comenzó su carrera ilustrando historias de clásicos como Dostoievski, y más adelante tuvo su primera experiencia como escritor cuando se le encomendó hacer una traducción y terminó inventando la historia para adaptarla a sus ilustraciones. Desde entonces dejó de ilustrar para otros escritores y se dedicó a escribir textos para sus propias obras.

FIL/Pedro Andrés

Kestutis compartió con los jóvenes los secretos creativos para convertirse en un ilustrador que escribe sus propias historias: “Espero que cuando salgan de aquí, ahora que conocen la fórmula, todos ustedes se conviertan en grandes artistas”, dijo en el tono sereno que le caracteriza. Para él es fundamental que un ilustrador se atreva a escribir, ya que si no se es dueño del texto, además de que se le toma como un participante secundario en la realización del libro, es necesario leerlo varias veces hasta comprenderlo y ser capaz de sumergirse en la historia para ilustrarla.

La mesa desde donde dictó la conferencia la llenaron de color algunos ejemplares de su autoría, y el lituano, quien posee un encanto y un carisma para relatar sus historias, disfrutó al abrir algunos libros, mostrar sus ilustraciones y contar las historias hasta que le informaron que el tiempo se había agotado. “Podría pasar horas contándoles historias”, señaló sonriente a su público antes de concluir con una de las historias contenidas en El elefante blanco.

Con información de la FIL Guadalajara

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