Hace un par de semanas que se vio al director de esta revista por última vez. Iba, como cada sábado, al rancho de su abuelo, pero es hora de que no regresa. Después de varias llamadas al 066 y de colgar su nada agradable foto en algunos postes, sus amigos y familiares se dieron por vencidos y cuando ya ni lo extrañaban de pronto apareció un mensaje de voz vía mail.
Este señor, según se dice en el mensaje, anda en otra dimensión, en otro tiempo que no corresponde al nuestro. La verdad es que no le creemos, seguro anda embriagándose como le gusta, pero aun así les compartimos el mensaje que nos ha hecho llegar a la redacción de esta página que, hasta hoy, ha sobrevivido muy bien sin él…