Por Leonardo Segura
No logro acordarme de la última vez que salí de viaje con mi familia,
hoy la memoria no tiene valor, todo es nuevo y todo está en constante cambio.
Uno de mis lugares favoritos del Centro de Morelia es El Palacio Clavijero. Ideal para sesiones de fotos, tomar un café, leer un libro en su biblioteca, usar el sanitario gratis y hasta casarte, si es que te sobran 250 mil pesos.
Recuerdo las inauguraciones de exposiciones con vino de caja gratis los jueves por las tardes. Las noches de conciertos del Jazztival y hasta una borrachera con alcohol de contrabando viendo a Paté de Fua en alguna edición del Festival de Música de Morelia. Y no olvidar los siempre presentes deseos de robarme algo que contenga la firma del Dr. Atl.
En mi última visita al Clavijero, y para alejarme del tedio que representa el trabajo de oficina, llegué a la exposición “Abuelas y Abuelos Prestados” de la fotógrafa Monik Molinet. La artista parte de la idea de construir sus recuerdos fabricando autorretratos con nueve actores que acompañan en la búsqueda de la memoria. Es un trabajo me generó una sensación de vació y olvido.
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No conocí a mi abuelo paterno Marcos, pues falleció un año antes de que mi nacimiento, pero a través de sus cuentos que escribió guardo una idea de quién era. Tengo vagos recuerdos de mi abuelita Jovita, muerta de tristeza a los pocos meses de que partió su esposo, Roberto, una mujer que expresaba su cariño diciéndote “Chacho”. De mi abuela Isabel recuerdo sus regalos y las tardes que siendo yo un niño y ella una anciana, nos tocaba cuidarnos mutuamente ante el abandono de los adultos. De ella recuerdo que le lloré mucho en su sepelio.
Ya vemos entrar a nuestros padres, a familiares y otros adultos en la etapa de la tercera edad. El trato con ellos no es el mismo; la adultez agobia a nuestra generación que busca mejores sueldos, un coche, una casa, vestir bien y comer en lugares de moda. Los entierros vendrán y el crear recuerdos podría quedar en el pasado. No logro acordarme de la última vez que salí de viaje con mi familia, hoy la memoria no tiene valor, todo es nuevo y todo está en constante cambio.