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Las tribus urbanas de la política mexicana

Por Francisco Valenzuela

Diversos sociólogos y antropólogos alrededor del mundo se han preguntado cómo es que surgen las llamadas tribus urbanas, esos grupos que se identifican no sólo por un atuendo particular, sino que comparten ideologías férreas que siempre apuntan al dogma y a la exclusión.

Aunque la mayoría relaciona al tema con jóvenes de clases diversas, cabe aclarar que también en la clase política, al menos en la mexicana, coexisten todo tipo de tribus, sin que nos estemos refiriendo a las más de mil que hay en el PRD, mismas que han sido estudiadas hasta el hartazgo.

He aquí un breve análisis y descripción:

LOS MIRREYES

Apuestos jóvenes que casi no trabajan, pero eso sí, acaparan las mejores playas, los antros más fresas y desde luego invaden cada fin de semana los establecimientos donde se cura la cruda con tacos ahogados o caldos de camarón. En México, sus máximos representantes son:

Enrique Peña Nieto: El máximo mirrey de la polaca, un mujeriego empedernido que ahora se ha casado con una actriz y juntos pretenden gobernarnos a partir de 2012. Como todo buen mirrey, tiene ideas limitadas, no lee nada y tiene una memoria de teflón, pero qué importa, para eso tiene a sus asesores Aguilar Camín, Loret de Mola y López Dóriga, quien lo comprende a la perfección como una víctima más del bullyng tuitero.

Marcelo Ebrard: El mirrey chilango por excelencia, quien con tal de vivir sin complicaciones ha cedido en sus ambiciones presidenciales. No soportó la tentación de aparecer en Caras, la revista oficial de los Mirreyes, al lado de su linda y nueva esposa. Como buen mirrey, sabe que el tiempo pasa rápido, así que esperará hasta el 2018 para buscar la cima grillera. En tanto, ha organizado al lado de sus amigos mirreyes un pachangón con Britney Spears.

El Niño Verde: Nadie en la política nacional encarna mejor a un mirrey que Jorge Emilio González, un adolescente mental que suele echar desmadres en su depa de Cancún, fiestas que nunca terminan, a menos que alguna nena se meta tantas tachas que le den ganas de salir volando por el balcón.

LAS LOBUKIS

Dícese de las novias de los mirreyes. Mujeres atractivas que se saben deseadas, por lo que exigen a sus galanes autos de lujo, depas caros y vacaciones permanentes. En este caso, las afortunadas lobukis son Angélica Rivera de Peña Nieto (aka La Gaviota), Rosalinda Bueso de Ebrard (aka Rosy) y María Couttolenc del Verde, chamaca de 18 años que se acaba de graduar de la prepa.

LOS HIPSTERS

Novedosa tribu que se dice muy experimental, con gustos exquisitos y fiestas de música rara. Les atrae el arte contemporáneo y el cine de autor, sobre todo si éste se exhibe durante un festival prestigioso. El dinero no les importa demasiado, pues su onda alternativa consiste en reciclar y ser cool con el medio ambiente, por eso andan en bici, evitan el rastrillo y rescatan enormes lentes setenteros con los que son más hipsters que los demás. Aunque no lo crean, en la política mexicana existen varios de ellos:

Cuauhtémoc Cárdenas Batel: Entre las familias grilleras mexicanas, el más hipster de los hipsters es el hijo rebelde del líder moral perredista. Le gusta tanto el cine alternativo que organiza desde hace 9 años el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde se codea con directores, guionistas, actores y actrices representantes del séptimo arte para intelectuales. Obvio, las fiestas de ese festival son encabezadas por los máximos representantes de la comunidad hipster, léase el Instituto Mexicano del Sonido, Hello Seahorse!, Sasha Sökol y Sonido Lasser Drakar.

José Woldenberg: Pepe es un discreto académico con gustos alternativos, tan alternativos, que en sus manos estuvo la alternancia en el poder, cuando un ranchero echó al PRI de Los Pinos. De vez en cuando aparece en los medios de comunicación sin que le importe mucho su peinado retro y sus lentes de fondo infinito, y es que sabe muy bien que un hipster de verdad no debe gastar tiempo en el cuidado personal, al contrario, debe verse como un intelectual desaliñado, rarón.

María Rojo: La abuela de los hipsters, ejemplo a seguir por sus películas alternativas en el cine nacional. Tampoco cuida su aspecto físico, pues sabe que la ecuación Artista alternativo + Intelectual de izquierda basta para hacerse de grandes amigos que le invitarán un buen mezcal en una cantina de La Condechi. Su misión es conseguir que las salas de cine exhiban a huevo películas mexicanas realizadas por sus mejores camaradas hipsters, tales como José María Yazpic, María Novaro y Dieguito Luna.

LOS PUNKETOS

Dícese de renegados que están siempre contra el sistema, por lo que hacen de la anarquía su principal forma de vida. Es una de las tribus más numerosas en México, pero aquí van tres de sus mejores exponentes:

Gerardo Fernández Noroña: Es el más temido de los anarcopunks, un auténtico pandillero con tenis Converse y chamarra de cuero que se enciende a la menor provocación. Sus lecturas marxistas más su idolatría por Sid Vicius lo hace entrar en cólera y se madrea a todo mundo, sin importarle que sea el presidente de la Cámara o sus mismos compañeros de tribu petista-perredista. Si lo ven, ¡salgan huyendo!

El Dipuhooligan: También conocido como Cristian Vargas, es mundialmente famoso por ahorrarse las palabras y arreglarse como los hombres: a chingadazos, sin importar que en el camino se cruce una chola como la también priista Rosario Guerra. Dicen que en su ipod suena música de Los Ramones mientras prepara iniciativas para que este país entre en plena desobediencia civil, todo sea por allanarle el camino a su jefe, el Mirrey Peña Nieto.

Marco Rascón: Punketo retirado de la política y recientemente despedido de La Jornada, por lo que también podría entrar en la tribu urbana de los Ninis. En sus tiempos mozos le armó zafarranchos a Neto Zedillo portando máscaras de puerquito y escribiendo pancartas con leyendas subversivas, clara muestra de un espíritu rebelde sin contemplaciones. También encarnó al inolvidable Súper Barrio Gómez.

LOS EMOS

Tribu incomprendida, solitarias almas que a menudo intentan cortar sus venas mientras escuchan discos de My Chemical Romance o Panda. Su infinita tristeza provoca el peor de los bullyngs, sobre todo si sus compañeros en la política son los punketos anteriormente descritos. Aquí algunos casos:

Felipe Calderón: Era conocido como máximo representante de la tribu trovadora-canto nuevo, esa que no hace fiestas, sino tertulias bohemias con música de Pablo Milanés, Mijares y el Buki. Sin embargo, tras un sexenio desastroso, cada vez se le nota más triste, cabizbajo, sabedor de que el puesto (y su chamarra de militar) le ha quedado demasiado grande. También sus pantalones de soldado le quedan muy holgados, cosa que le hace ingresar a otra famosa tribu urbana: los cholos.

Juanito: Emblema emo, ídolo de los desposeídos, de los engañados. Cuando quiso rebelarse, una turba de punketos de Iztapalapa se le echó encima y no tuvo más remedio que refugiarse en cuanto partido le ofreciera un poco de atención. Hace mucho que no sabemos de él, pero podría reaparecer, renacer de entre sus cenizas.

Domingo Rodríguez Martel: Diputado perredista que entró en terrible depresión debido a los pocos recursos que el Estado mexicano destina para los indígenas en México. Desesperado, se encerró en su curul y amenazó con ¡inmolarse! si los legisladores no daban más varo para la causa; “ya tenemos la gasolina, la estopa y el encendedor”, anunció mientras su enorme fleco le tapaba parte de la frente.

LOS HIPPIES

Andrés Manuel López Obrador: En realidad este político tabasqueño ha pasado de una tribu urbana a otra, y no hablo precisamente de su pasado priista, su pasado-presente perredista y su presente-futuro en Morena. AMLO fue un heavy-metalero durante su jefatura de gobierno y candidatura presidencial, para después pasar al bando de los punketos que tomaron Reforma y terminar siendo un emo llorón despojado de la Presidencia, víctima de la mafia en el poder. Pero su capacidad de reinventarse es asombrosa, por lo que ahora ha revivido a la tribu hippie y enarbola la utópica bandera del peace and love que sueña con ser izada en la República Amorosa.

Javier Sicilia: Imposible encontrar a alguien con más espíritu hippie en México. Su filosofía pacifista es capaz de perdonar hasta al más cruel de sus enemigos, a quienes besa en la mejilla como signo de reconciliación. Suele viajar en camiones viejos al lado de extensas comunas de otros jipitecas mugrosos que acampan donde Dios los ampare. Dudamos que tenga ipod, pero carga vetustas grabadoras donde reproduce casetes de Bob Marley y Jimmy Hendrix.

Xóchitl Gálvez: La política hidalguense es hippie en toda la extensión de la palabra, para muestra  su maquillaje escaso, sus floridos vestidos y su aún más florido lenguaje. Liberal y defensora de causas perdidas, no niega su afición por el Cruz Azul, el equipo más emo de México. Si algún día es candidata a la Presidencia, seguro caminaría bajo el slogan de La República Chingona.

LOS DARKETOS

Una de las tribus más complejas, pues bajo sus rostros pálidos y vestimentas negras se ocultan pensamientos macabros, planes malévolos que pueden cambiar el rumbo de un país entero. Adoradores de The Cure, no son vistos en sociedad, mucho menos a la luz del día, pues desde sus cuevas manejan los hilos del poder:

José Córdova Montoya: El más oscuro de los tecnócratas se compró un afiche pelón, chaparrito y de grandes orejas a quien puso como presidente en los lejanos 90. De él se han escrito y dicho muchas cosas, pero sigue siendo una de las leyendas urbanas más exquisitas de los últimos tiempos.

El Yunque: Se han escrito libros y recogido testimonios anónimos; se ha señalado a prominencias políticas panistas como sus fundadores, pero el misterio de este grupo de extrema derecha los coloca como lo más vampírico y darkie del poder en el México guadalupano.

El FMI: Desde que estudié la universidad me han dicho una y otra vez que los más oscurísimos funcionarios de este organismo internacional son quienes realmente manejan el destino de nuestro país. Ellos han de tomar las últimas decisiones, pero nunca mostrarán sus rostros. Son los verdaderos Anonymous, los que no olvidan, los que no perdonan, los que nunca pierden.

@FValenzuelaM

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