A la ciudad de Apatzingán se le puede mencionar por ser el territorio donde se promulgó la Constitución de 1814 con la firma de José María Morelos y Pavón; también como una tierra seca donde la temperatura puede rozar los 50 grados centígrados; por sus producciones del mejor limón del universo y por supuesto por ser parte del Michoacán narco, donde han surgido cárteles, autodefensas y laboratorios por doquier.
De Apatzingán podríamos pensar muchas cosas, menos que es la cuna de una banda llamada Lobezno, una banda que suena al rock and roll de antaño, pese a que sus integrantes ni siquiera están cerca de ser treintañeros.
Quien nos platica sobre su corta pero ya prometedora trayectoria es Víctor Pantoja, fundador de este proyecto que nació en la tierra caliente de los narcocorridos. Todo comenzó como una banda de surf, instrumental, esas que organizan fiestas donde salen las máscaras de luchadores y los covers de bandas como The Ventures, Dick Dale y Lost Acapulco. Se llamaban Los Hijos y hasta llegaron a abrirle un concierto a El Tri, pero a veces los proyectos no duran lo que deben de durar: los surferos crecieron rápido, se hicieron adultos responsables y dejaron los guitarrazos en su pasado. Todos excepto Víctor, que sin otros compromisos se aferró a la música hasta que formó Lobezno, encontrando la complicidad de Jesús Barajas, Ángel Ortuño y Omar Bedolla.
“No hay muchos lugares donde tocar, allá (en Apatzingán) hay un bar que se llama Hard Rock y es el único que acepta propuestas originales, porque con los demás es lo mismo de siempre: bandas de covers que tocan rolas de Fabulosos Cadillacs y Enanitos Verdes”, confiesa Víctor, no sin cierta pesadumbre. Sin embargo, sabe que el camino del rock no es fácil, por lo que se ha enfocado en tocar en cualquier parte, desde bares alternativos en Morelia, foros en otros estados de la República y pueblos como Paracho, hasta donde llegaron sus melodías que mezclan un poco de miel sesentera, amores imposibles y ese organito tan característico de la época dorada.
De momento han grabado algunos temas que podemos encontrar en Spotify, Bandcamp y Youtube, una especie de bestiario de parejas como lo demuestran las canciones “Violenta (Mujer Lobo)”, “Romántica (Quiero saber)”, “Insegura (Yo no puedo volver)” y “Embustera (Quisiera creerte)”, en colaboración con Aleex Raptor.
Para Víctor no hay topes, pese a lo que le puedan decir, ha visto cómo otros proyectos están creciendo después de trabajar sin rendirse, casos como el de Axel Catalán o Negro, que poco a poco toman fuerza en el circuito independiente nacional.
Con la filosofía de “hazlo tú mismo”, los integrantes de Lobezno se encargan de todo: programar conciertos, hacer diseños, administrar las redes sociales, construir relaciones públicas y desde luego componer, porque aquí se trata de la trascendencia, de heredar buen rock and roll a la memoria sonora.
Sus integrantes saben que el trayecto no será sencillo, pero nadie dijo que lo fuera. Por lo pronto, ahí están sus primeros temas, sus videos y los conciertos en vivo. Quién sabe, igual y en un futuro próximo, se empieza a hablar de Apatzingán por otro tipo de ráfagas, por los disparos del rock and roll.