El único aspecto negativo que estemos cada vez más cerca del fin del mundo, es que cada año se escuchan más y mejores discos. Este 2011 no fue la excepción. Hubo álbumes excepcionales y otros no tanto, pero que no pueden dejar de escucharse. Algunos de los mejores álbumes fueron el regreso de ultratumba de músicos que sus nombres ya son una institución. El resto fue creado por nuevas y viejas bandas que nos reafirman que el rock, afortunadamente, está más vivo que siempre.
10.- La primera vez que escuché a tUnE-YaRdS fue en un video en youtube. No sabía si lo que cantaba era un hombre o una mujer. O algo más. Sin embargo su voz me atrapó. Era salvaje y dulce. Tal como lo es su disco Who-kill, un placa frenética que no permite descanso, llena de toda clase de ritmos, de samples, de instrumentos, que al final uno no sabe si es música africana, rock, r&b o jazz. Lo único que se sabe es que es un gran disco.
9.- Los Black Keys son una máquina de hacer música. Año con año tienen disco nuevo y año con año sus trabajos son los mejores. Este 2011 y a un mes de que concluya publican El Camino. Y otra vez los Black Keys nos regalan esos rifs de garage que nos recuerdan los años 70. Y aunque este dúo estadounidense ha olvidado un poco las grandes baladas que componían en sus anteriores trabajos, demuestran que son una de las mejores bandas porque innovan aún sonando como siempre.
8.- Ya lo saben: el rap no puede ser entendido sin unos señores: los Beastie Boys. Y este año reafirman que ellos son los reyes. Tras cuatro años de su criticado Mix-Up, un disco instrumental, que la verdad a mí me parece muy bueno, reaparecen con Hot sauce comitte part II. Los 16 temas que lo componen son una especie de biografía de los blancos más negros de Estados Unidos, y por lo tanto, el mejor recuento de más de dos décadas de rimas, protesta y fiesta.
7.- Pero también en el rap se juntaron los dos hombres más influyentes (y millonarios) que existen hoy día: Jay Z y Kanye West, y produjeron lo único que, juntos, podrían hacer: una obra maestra. En Watch the trone encontramos lo mejor de Jay-Z: sus letras y su voz, y de Kanye West: sus arriesgados sonidos que siempre buscan darle “ese” giro al rap. Este es un disco que no deben dejar de escuchar, un disco que será referencia de la segunda década del siglo XXI.
6.- Mis dos bandas favoritas son Radiohead y los Smashing Pumpkins. Es por eso que si una banda viene y dice que le rinde tributo a una de estas dos, no porque sean mis bandas favoritas, debemos ponerles mucha atención. Esta vez, M83 utilizó de musa el álbum importante de los Smashing y nos regalaron Hurry up, we’re dreaming, un disco doble, que como su nombre nos dice, nos lleva por sueños repletos de colores y sabores dulces de los que no quieres despertar. M83 nos demostró, una vez más, que el pop puede ser igual de grande que el rock.
5.- Este año, entre muchas, hubo una mujer, acompañada de un hombre, que publicó otro pequeño gran álbum: Dig on. El dúo estadounidense, llamado She Keep Bees, en apenas 48 minutos nos regaló rock en su estado más puro: potencia en la batería, una voz inolvidable, guitarras que desgarran hasta el alma más curtida y un blues que pareciera de hace 80 años. She Keep Bees nos demuestran que lo sencillo, lo básico, siempre será lo más importante.
4.- Bien decía la abuela que lo mejor viene en envase pequeño. En la música es igual. Hay discos pequeñitos, breves como un suspiro, que paradójicamente son enormes. Uno de ellos es el Blue suicide, de Coma Cinema. Un tipo llamado Mat Cothran nos regala 15 canciones que suenan a shynt-pop a shoegazer y algo de lo-fi. 15 suspiros que provocan nostalgia, que deben escucharse a solas. Estos discos que no tienen pretensión alguna son los tesoros mejor escondidos.
3.- Y si de blues y de placas poco pretensiosas hablamos no podemos olvidar a tres tipos españoles que juntos se hacen llamar Guadalupe Plata. Me imagino que muchos les han preguntado el porqué del nombre del grupo. No sé qué han respondido, pero yo quiero creer que se llaman así porque su música representa todo lo que un hombre quiere de una mujer: que lo hipnotice con sus sonidos, que sea ruda y sutil a la vez y que provoque que nunca deje de desearla.
2.- En la música que he escuchado hay dos voces inconfundibles: la de Björk y la de Tom Waits. El estadounidense, después de siete años de relativo silencio regresa con un discazo: Bad as me. Esta obra de arte, como tal, viola las leyes del tiempo y sus sonidos nos hacen creer que estamos en cualquier década del siglo pasado. Y ya sabe, hay jazz, mucho blues y mucho folk. Y claro, esa entrañable voz, que abre y cierra heridas.
1.- Y el mejor disco del 2011 fue el creado por la banda que no conforme con tener un nombre largo, tiene dos: World United Lucifer Youth Foundation y/o World United Love You Forever (Wu LYF). Y por si eso fuera poco, el nombre del mejor disco es igualmente largo: Go tell fire to the mountain. Lo único que puedo decir de estos ingleses es que desde Godspeed Your Black Emperor no había escuchado una banda tan potente y tan visual. Y que, además de los sonidos de Radiohead y la voz de Tom Yorke, no hay ninguna otra banda ni vocalista que provoque tantas emociones como No se puede decir nada más sobre ellos, sólo resta escucharlos.
Luis Manuel Paz
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