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Los Benders: Who’s your daddy?

Desde que apareció el primer disco de Inspector, a Jesús El Padrino Arriaga siempre le vi más aptitudes para el rockabilly que para el ska y con Los Benders lo hace patente, es por eso que esta semana recomiendo un excelente disco de esta banda titulado Who’s your daddy?

benders Por Jorge A. Amaral

Con un sonido crudo y fuerte, aderezado con un saxofón que de inmediato me remitió a The Revels (escúchese Commanche), el álbum inicia con Robotzombie, en alusión a ese estado de apendejamiento amoroso tan de moda el fin de semana pasado, y es que, como dijera José José, amar es sufrir, querer es gozar, y por eso Los Benders preguntan por el antídoto para el amor.

Siguiendo en la tónica de los amores malogrados, el segundo track, No vuelvo a querer, es un delicioso rocanrol en voz de quien, decepcionado, decide mandar a la prenda amada al soberano carajo por no corresponder. Aquí el solo de guitarra es la cereza del pastel.

Cuántas veces no ha tenido usted o ha sabido de relaciones en las que uno de los involucrados no es más que un patrocinador de gustos sin llegar a nada concreto. Y así como el rupestre Rockdrigo cantaba “oh yo no sé por qué no me las prestas si te hago regalos y te invito a fiestas”, Los Benders cantan Qué flojera, porque “ay qué flojera, somos noviecitos de mano sudada, siempre de coqueta y persignada porque tú no aflojas nada”.

Entre el surf y el rocanrol, con un sax que hace las delicias y una voz aguardentosa y áspera, una rolita ideal para el slam o simplemente bailar, Rat fink es una auténtica maravilla pues tiene una fuerza tal, que se antoja subir el volumen nomás por joder al vecino.

De regreso al rockabilly de un sonido más puro y el característico slap en el contrabajo, Viuda negra es otra rolita de amor destructivo, pues esta mujer es como la Hiedra venenosa de Johnny Laboriel. Aquí el sax le baja dos rayitas a la rudeza y parece rendirle tributo al sonido de uno de los padres fundadores: Bill Halley.

Con marcadas influencias del hillbilly muy a lo Johnny Cash (venerable maestro), Tras las rejas cuenta las peripecias del tipo que ha vivido de cárcel en cárcel nada más pensando en la forma de escapar. Por alguna extraña razón recordé Folsom Prison blues, aunque hay que aclarar que Tras las rejas es mucho, muy distinta, sólo que a veces no puedo evitar las referencias.

Leopardo y calaveras es un tributo al estilo rockabilly, desde la vestimenta de las pin ups hasta la nostalgia por el rock de los 50, que es el sustento de este movimiento: mantener vivo el espíritu de una época que marcó un antes y un después.

Fue un error, con solos de guitarra y sax que la hacen sonar de lujo, es el lamento del amante que la ha cagado y no sabe cómo remediar las cosas. Aquí la interpretación del vocalista es más sentida, más expresiva. He de admitir que es de esas canciones que me gusta escuchar en el carro a todo volumen.

Ola de crimen, si no supiéramos que Los Benders son de Monterrey, no se las creeríamos, pero sabemos que esa ciudad ha tenido escaladas de violencia alarmantes por la presencia de los cárteles de la droga que se disputan una de las plazas más ricas del país. Así, al grito de “hey policía, ¿de qué lado estás?”, es un reclamo por los altos índices de violencia no sólo en su ciudad natal, sino en muchos otros puntos del país.

Taxi FKU cuenta cómo un amor inicio y terminó en un motel de paso, donde las letras FKU estaban en la matrícula del taxi en el que la mujer se fue para perderse para siempre en la ciudad. Lo que el protagonista lamenta no es sólo que no la vaya a volver a ver, sino que ni siquiera se fue en un Cadillac o a bordo de algún musculoso americano, sino en un pinche compacto japonés. Claro que aquí el FKU de la matrícula sirve para también decirle “fuck you” a la que se fue.

Para cerrar, un woogie boogie bastante rico, El diablo encabronao, como esos que siempre llegan a la cantina buscando quién les patrocine la borrachera y para eso se valen de bravatas y alardes; claro, mientras su esposa no lo discipline. Si a esto le sumamos pequeñas frases de El Piporro, la rolita se vuelve más chévere.

Por lo que les acabo de platicar y lo que ustedes descubran al escucharlo, es que recomiendo Who’s your daddy?, de Los Benders, una extraordinaria muestra del rockabilly mexicano.

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