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Los Corridos prohibidos de Los Tigres del Norte

Hoy están de moda entre la banda hipster y fresa, pero Los Tigres del Norte llevan años y años componiendo los mejores corridos de la frontera mexicana. Uno de sus mejores discos es Corridos Prohibidos, que incluye una canción dedicada al Gato Félix, periodista asesinado por un capo poderoso.

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Por Jorge A. Amaral

Era 1989 y mi papá acababa de llegar de Estados Unidos después de una temporada trabajando como carnicero en Chicago. Algo que me gustaba de cuando iba al gabacho eran los casetes que traía, y es que así fue como conocí a Carlos y José, Los Invasores de Nuevo León, Ramón Ayala, Cornelio Reyna, Rafael Buendía, Chalino Sánchez, Little Joe & La Familia (y su otro grupo, The Latinaires), Yolanda del Río (La Hija de Nadie), Chelo Silva (vozarrón texano), Felipe Arriaga, Chema de la Cruz, Los Humildes y un montón de gente de la que ya nadie se acuerda pero que marcó mi infancia y adolescencia. Recuerdo que esa vez, entre la música recién traída de Los Yunaites, apareció un casete, de uno los tres álbumes más importantes de Los Tigres del Norte: Corridos prohibidos, los otros dos son Contrabando y traición, de 1974, y Jefe de jefes, de 1997.

Quizás usted se pregunte por qué ahora recomiendo Corridos prohibidos, de los tiggers, y la respuesta es muy sencilla: la variedad de las historias que ahí se cuentan ya que, si bien hay las que hablan de narcotraficantes, también se abordan temas como la política y la censura a los medios, además de la típica afrenta personal que se resuelve a balazos. Así, por ejemplo, “La camioneta gris” es la historia de Pedro Márquez e Inés, su novia, quienes transportando drogas se ven en una espectacular persecución que culmina cuando son embestidos por el tren, toda vez que ni los federales, ni siquiera usando helicópteros, pudieron detenerlos. Por otro lado, “Ramiro Sierra” es la historia de una venganza contra unos abigeos que habían robado el ganado y matado al compadre de Ramiro, y una estrofa describe la escena con gran belleza: “Calibre dos veintitrés / qué bonito cacareabas, / se confundían los quejidos / con el mugir de las vacas, / y los ecos en la sierra / esa balada grababan”.

“El Zorro de Ojinaga” y “R-Uno” son dos narcocorridos basados en hechos y personajes reales. El primero de ellos es Pablo Acosta Villarreal, conocido narcotraficante que a mediados de los 80 pudo mover embarques de hasta seis toneladas de cocaína proveniente de Colombia, teniendo Ojinaga, Chihuahua, como base de operaciones. Se dice que su sucesor, Amado Carrillo, fue quien pagó por su ejecución, y por eso el corrido termina diciendo: “La confianza y prepotencia / es la falla del valiente, / no te fíes de los halagos, / ni siquiera de parientes, / a los zorros más astutos / los atrapan con su gente”. “R-Uno”, por otro lado, cuenta la historia y aprehensión de uno de los mafiosos más célebres de México, Rafael Caro Quintero, el mismo que, dicen, ofreció pagar la deuda externa si lo dejaban operar, el mismo a quien el gobierno de Peña Nieto liberó.

“El Gato Félix”, sobra decirlo, es un corrido en honor al periodista Héctor Félix Miranda, mandado asesinar el 20 de abril de 1988 presuntamente por Jorge Hank Rhon, y es que durante las investigaciones se identificó al responsable de la seguridad del oscuro empresario, Antonio Vera Palestina, como uno de los agresores. El móvil fue una presunta venganza por lo que escribía el periodista en su columna Un poco de algo, que se publicaba en el Semanario Zeta, de Tijuana, y es que El Gato no daba concesiones, pues los principales actores de la política y el mundo empresarial siempre fueron denunciados por él en tanto que delincuentes o coludidos con criminales.

Por historias como estas y por ser de los principales exponentes del corrido desde hace 45 años, es que este disco merece ser escuchado y sus letras analizadas, pues este género ha sido el pregonero de la sociedad mexicana desde hace más de 100 años, tan es así que incluso hay un área de inteligencia del Ejército que se dedica a estudiar estas canciones, lo que ha hecho posible la identificación de algunos delincuentes. Además, Los Tigres del Norte ya forman parte de la historia reciente de este país y son un referente cultural y signo de identidad de la música popular mexicana, esa que todos conocemos aunque por momentos reneguemos de ella.

 

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