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Los museos más estúpidos del mundo

Hoy es el Día Internacional de los Museos, una iniciativa de la UNESCO que desde 1977 intenta propagar el lema de que “los museos son un medio importante para los intercambios culturales, el enriquecimiento de las culturas, el avance del entendimiento mutuo, la cooperación y la paz entre los pueblos”. En México la celebración incluye entradas gratuitas a los recintos que cotidianamente cobran, así como apertura de exposiciones, extensión de horarios y diversas actividades.

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El Museo de la Muerte, en Los Angeles

Para no ser repetitivos ni hablar sobre los grandes museos internacionales, mejor echemos un vistazo a esos edificios que han decidido mostrar rarezas y tonterías a manera de colección artística. Aquí van los 10 museos más estúpidos del mundo:

1. Museum of Bad Art (Estados Unidos) Las pinturas más horrendas, las esculturas más malhechas y todo aquello que no tendría cabida ni en una galería kitsh tiene su lugar reservado en este recinto ubicado en Massachusetts. Si tu maestro de artes visuales cree que eres un fiasco, no le hagas caso, mejor lleva tu obra a este lugar y regresarás como un triunfador.

2. Museo Británico de Podadoras de Césped (Inglaterra) Si tu papá es de esos que le encanta podar y regar el jardín de la casa, este museo le va a encantar. La colección incluye a la primera podadora robot que se alimenta con la luz del sol, además de una podadora que antes fue un instrumento para bordar los uniformes de los guardias. En otra sala se encuentran lujosas podadoras utilizadas por los sirvientes de la fallecida princesa Diana. Puras mamadas, pues.

3. Museo del cabello de Avanos (Turquía) Alguna mente ociosa de esta ciudad pensó que sería buena idea no desperdiciar los cabellos de la gente que acude a las estéticas. Por eso las fue archivando para luego forrar las paredes y el techo de una bodega que hoy es conocida como el Museo del Cabello. Más de 16 mil mujeres son representadas a través de sus mechones, algunos más pintados, algunos con más orzuela…

4. Museo del falo (Islandia) No se trata de una vulgar sex shop con pretensiones artísticas. El recinto muestra una colección de falos tanto humanos como de otras especies animales. Para quienes se fijan mucho en eso del tamaño, pueden encontrar falitititos de hámster (2 mm) o el de un cachalote (1.7 m). Ahora que está de moda el donar órganos, igual pueden dejar instrucciones para que su mejor amigo vaya de viaje hasta tierras islandesas, ¿por qué no?

5. Museo de saleros y pimenteros (EU) Para ser curador sólo se necesita de la ocurrencia y extravagancia, como sucedió con Andrea Ludden, quien se puso a coleccionar saleros y pimenteros, los adornó con postales de íconos gringos y listo: montó un museo de miniaturas bastante visitado por los turistas que pueden llevarse un curioso accesorio que siempre estará en el corazón de sus cocinas.

6. Centro de Investigación y Salón de la Fama de los Payasos (E.U.) Si le tienes fobia a los payasos esta es una buena oportunidad para superarlo, porque el museo incluye cientos de máscaras, pelucas, narices, botas y pantalones bombeados. También hay libros de notas de payasos famosos y una lista de cosas que hacen llorar a los bufones.

7. Vent Haven Ventriloquist Museum (E.U.) Kentucky alberga una de las colecciones más babosas; un montón de muñecos que alguna vez tuvieron voz gracias a un tipo que los sujetaba mientras trataba de no mover mucho los labios.

8. Marikina City Shoe Museum (Filipinas). Pues sí, esta era una mujer tan pero tan rica, que se comparaba zapatos todos los días. Era Imelda, la primera dama de Filipinas, quien luego quiso quedar bien y donó 749 pares de sus chanclas que hoy se exhiben para ¿beneplácito? del turismo.

9. The Lunchbox Museum (E.U.) Una cosa es la cultura pop y otra la estúpida idea de rellenar un museo con diferentes modelos de loncheras; ajá, esas que todos cargamos alguna vez en la primaria y que luego desaparecieron extrañamente de la casa.

10. Museo de la comida quemada (E.U.) Los gringos pueden ser muy brillantes o muy idiotas. Quienes abrieron este museo pertenecen a la segunda categoría, ya que se sienten originales al abrir un recinto que expone distintos guisos y postres que fueron olvidados en la estufa. Los electrodomésticos carbonizados también forman parte de esta estúpida colección.

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