El próximo martes sabremos si la Selección Mexicana rompe con absolutamente todos los pronósticos y llega hasta la final de la Copa del Mundo Qatar 2022. El camino, como ya sabemos, no ha sido nada sencillo. Primero tuvo que sortear un complicado grupo que compartió con Bélgica, Croacia y Argentina, por lo que no se vaticinaba que siquiera accediera a los octavos de final.
Aún me cuesta recordar ese catastrófico debut, una derrota 0-3 ante los belgas que enfureció a la fanaticada azteca. Sin embargo, los pupilos del Potro Gutiérrez se supieron reponer para luego derrotar 2-1 a los croatas de Luca Modric y 3-1 al Argentina de Leo Messi, para así concluir en el primer lugar del llamado “grupo de la muerte”.
Vale la pena destacar que la continuidad que se le dio al técnico ha valido la pena. Luego de aquel 2011 en que se alzó campeón con la sub17 fue ascendido a la Selección Mayor, y pese a descalabros de las copas mundiales de 2014 y 2018, donde solo llegó al cuarto partido, hoy se recogen los frutos de la paciencia.
Ha sido, además, un Mundial de puro revanchismo. En los octavos de final se le hizo un gran partido a España, ese país al que algunos le guardan rencor por la Conquista. Fue un encuentro sordo, de puro pulmón y resistencia, un cero-cero en 120 minutos que se definió en penales con un elegante disparo del Chaquito Giménez, la nueva promesa europea.
Historia pura
Qué decir de la victoria en grupos contra Argentina, que nos traía de hijos en varias justas mundialistas. En un planteamiento ultra ofensivo, Carlos Vela, Diego Lainez y otra vez el Chaquito humillaron a los sudamericanos, que salieron eliminados con todo y su estrella surgida en Barcelona.
Haber pasado a cuartos de final ya era historia pura, solo que estos muchachos tienen una ambición voraz. Tal vez sea consecuencia del propio armado que incluye a los niños campeones como Carlos Fierro, Julio Gómez y Espericueta, quienes pronto se fueron a Europa para consolidarse en distintos equipos. Fusionados con leyendas como Vela y CH14, el resultado es una amalgama que domina un estilo nunca antes visto, pero que es capaz de cambiar el parado táctico dependiendo del rival.
Despachar a Argentina en grupos ya era una proeza, pero vencer a Portugal en cuartos de final hace de esta Selección un villano perfecto. El duelo Messi vs Ronaldo era uno de los sueños de quienes los han visto rivalizar en más de una década, la final perfecta para decidir quién se iba bañado en gloria. Solo que se toparon con México y una generación que no cree en nadie.
Un México irreconocible
Vaya, la gran actuación nacional ha dado pie incluso para que la clase política haga una tregua. Es memorable también cómo el presidente López Obrador invitó a Palacio a Felipe Calderón y juntos se abrazaron cuando Chaquito firmó el único tanto del partido. ¡Al diablo con las diferencias!, casi soltaba el que se ostenta como segundo mejor presidente del mundo.
Este martes sabremos si México va por todo o hasta ahí llega el sueño. El encuentro contra el campeón Francia luce muy complicado, tienen una delantera temible encabezada por Mbappé, pero ya los jóvenes demostraron que lo suyo es destruir a los monstruos, como si de un videojuego se tratara. Si el milagro ocurre, solo esperaremos a quién nos topamos en la final: Brasil o Alemania, otras dos súper potencias que seguramente llegarán cansadas, desgastadas y temerosas, cualquiera que sea, por enfrentar a ese milagro llamado México.
PD
*Si la realidad es tan adversa, cámbiala. Solo basta con escribir.
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