Alguna vez escuché que andar en bici es una analogía de la vida, hay subidas, bajadas, caídas y de todas ellas algo se aprende, hay heridas y cicatrices, buenas experiencias, lágrimas y mucha felicidad, y si esta pasión se combina con otra como la del tatuaje, donde las marcas que se dejan son totalmente voluntarias entonces las cosas se vuelven mas interesantes.
El amor por tu bici, el amor por tu primera bici, el haber resultado vivo de un accidente en rila o las incontables momentos con una bicicleta, son excelentes motivos para llevarla en la piel, y aquí te dejamos algunos ejemplos.