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Lucky man (hombre de suerte), de Mr. Loco: el disco de la semana

 

Tras la salida del baterista Rafael Acosta de Los Locos del Ritmo, el autor de Tos ojos emigró a Estados Unidos, donde formó lo que podría considerarse el hijo de Los Locos, The Locos (sí pues, la originalidad estaba cabrona), pero eso dio a pie a que más tarde, allá por el 73, formara el grupo que hoy nos ocupa: Mr. Loco.

Mr. Loco

Bueno, resulta que Mr. Loco, en 1975, participó en el Festival Mundial de la Canción Popular de Tokio, organizado y patrocinado por Yamaha, y su canción Lucky man ganó el primer lugar. Así, el lejano nieto de Los Locos del Ritmo, con su fama ahora internacional, en 1976 lanzó el disco que recoge el tema ganador del Festival de Tokio: Lucky man (hombre de suerte).

Los instrumentos andinos abren Lucky man, que entre la contundencia del bajo y la precisión de la batería hace que de inmediato uno se ponga a tono, no se diga cuando Jorge García empieza con aquella cadencia a cantar “Let me sing, / I want to sing, / I’m going to sing / I’ll sing / about the fortune / you bring to me”. De ese interesante inicio con instrumentos folclóricos latinoamericanos no se sabe en qué momento la canción hace honor a los grandes festivales de música pues, ya para la cúspide del tema y muy a la usanza de los 70, se agregó una extraordinaria sección de metales y otra de cuerdas para hacer las delicias del escucha. Al perderme en ese sonido, no puedo dejar de pensar en Armando Molina y La Máquina del Sonido, pero ya habrá tiempo de hablar del Frank Zappa nahuatlaca.

De ahí nos pasamos al tema homónimo del grupo, Mr. Loco, que en un sonido muy pop incrusta un harpa veracruzana, sin olvidar la excelente ejecución en el bajo de Jorge García, que empieza a configurar la identidad disco que Mr. Loco adoptaría a finales de los 70, pero como aún no es muy marcada esa tendencia hacia la espantosa música disco, en este álbum estamos a tiempo; ¿no me cree?, escuche el octavo track, Kalabalah, o deje correr el disco y dese con Marrano Carolino, una cosa deliciosa a la que yo catalogaría como andino funky hop. El caso es que, como en pocas ocasiones, en esta rolita Rafael Acosta nos presume lo buen baterista que es.

¿Usted se impresionó cuando Café Tacuba y otros rockeros actuales voltearon hacia la Cordillera de Los Andes?, pues en este disco Mr. Loco nos regala un cover (el único del álbum, creo) andinizado del clásico Let it be, de ya saben quién. Una buena versión que, aunque no sea como para tener un orgasmo, es una rareza bastante agradable.

De Los Andes nos venimos más hacia el norte para deleitarnos con una cumbia pop bilingüe muy tex-mex, Lola, con la que “chicanos wanna dance” porque no hay que olvidar que el grupo estaba asentado en el gabacho y por eso había que jugar con lo kitsch, como en Danze on, danzón, un bolero trasnochado para escucharse a las seis de la mañana antes de irse a dormir.

A ritmo de tecno-son jarocho, Sun, Sun, Sun es agradable, dulce para escucharse, suave para bailarse. Es, dicho en toda su extensión, una canción bonita dedicada a alguien cuya sonrisa parezca un amanecer, sin omitir el detalle de que esa harpa veracruzana está de rechupete.

Sin hacer a un lado los sonidos andinos pero con gran influencia del rock beat, For me, for thee es de esas canciones que dan ganas de escuchar varias veces hasta sentirse saciado, y es que la canción exhala resabios de ese espíritu que imperó durante el Verano del Amor pero que para 1976 había pasado a la historia, para dar paso a otros sonidos. Por eso me resulta agradable este tema, se siente una especie de nostalgia prematura.

Pero ese sentimiento de puñeta beatle se va al llegar al último tema: Bubble gum, una rolita norteña muy bien ejecutada que, de verdad, vale mucho la pena escuchar. En fin, Lucky man (hombre de suerte), de Mr. Loco, es un disco lleno de contrastes, de esas veces que los músicos echan un montón de géneros a la licuadora y lo muelen con mezcal. Así, lo que podría considerarse como el nieto de Los Locos del Ritmo, vemos que nació medio mutante, y como decía más arriba, en este álbum estamos muy a tiempo porque ya para 1979 les dio por adaptar canciones mexicanas y hacer popurrís con arreglos de música disco, que fue lo que sepultó a este grupo. Pero bueno, por lo pronto, salud, y como dijera el maestro Vicente Guerrero: miel y leche para todos.

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