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Noche de frío y sonatas: Matteo Cesari y Alexander Pashkov

Por Antonio H. Vargas

Noche otoñal, con frío que calaba hasta los huesos, inunda las calles de la ciudad de la cantera rosa, gente que camina con vértigo, algunos abrigados, otros no, el frío como un ente nostálgico que nos lleva a la etapa dorada, al extrañamiento, a la necesidad de sentir algo caliente en la garganta, que nos lleva al abrazo. Frío que conglomera a humanos para escuchar música, y es que en el marco del Festival de Música de Morelia, la Sala Niños Cantores del Conservatorio de las Rosas fue la sede para un concierto a dúo, donde piano y flauta deleitaron a los asistentes.

Los invitados fueron el flautista francés Matteo Cesari y el pianista ruso Alexander Pashkov, ambos con una trayectoria bastante nutrida; el primero, obtuvo el primer lugar en Kranischsteir Muzilpreis en 2010, además de tocar a lado de músicos como Pierre Boulez. El segundo ha interpretado música para la Familia Real de Bélgica y actualmente se desempeña como profesor en el Conservatorio de las Rosas.

Un concierto donde la sonata fue el punto de partida histórico, comenzando con Johann Seastian Bach y su Sonata solo para flauta, para luego seguir con Andre Jolivet y AscèsesPour que demeure le secret nous tairons jusqu’au silence, y finalizar la primera parte con algo de uno de los hijos de Bach, Carl Phillip Emanuel Bach y su Sonata solo para flauta.

Después del intermedio ambos artistas hicieron que sus instrumentos nos llevaran por distintas sendas musicales como ensueño, suspenso melódico, incluso ver y sentir la música, ya que interpretaron Sonata no. 2 – piano y flauta de Philliphe Gaubert. Cerraron el concierto con Sonata – piano y flauta de Serguei Prokófiev, con lo que terminaban por entregar un programa muy variado y rico musicalmente hablando.

Festival de Música de Morelia
Imágenes cortesía del Festival de Música de Morelia

Notas al margen

Me pareció de mal gusto que la coordinadora de Comunicación del Festival invitara a abandonar la sala a dos jóvenes periodistas del Montrer, argumentando tomaban fotos en todo momento de la primera parte y que no dejaban a los asistentes disfrutar del concierto. Sin embargo, gran parte del equipo técnico tanto en video como fotografía del Festival tomaban fotos y hacían el ruido característico de su trabajo durante gran parte del concierto. Sabemos que la sala Niños Cantores es un espacio para conciertos con una estupenda acústica, pero el recinto estaba lleno y solo hay una puerta, por lo cual el acceso y la salida son en momentos imposibles. Creo hay que buscar otros espacios con accesos más amplios.

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