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Otro programa cultural fraudulento, ahora en Silao

Pidieron cinco millones de pesos y prometieron impactar al menos a 4 mil personas en 2017, pero ni siquiera 50 presenciaron los resultados. Se trata del proyecto “Fortalecimiento de la Cultura en Silao, Guanajuato”, cuyo municipio obtuvo un donativo por dicha cantidad pero entregó resultados tan pobres que ahora es investigado por la Auditoría Superior de la Federación.

El desfalco al erario proviene de los donativos que año con año el Congreso federal otorga a gobiernos estatales, municipales y organizaciones de la sociedad civil. Son recursos que también han pasado por la Secretaría de Cultura federal, pero muchos de ellos no cumplieron con sus metas o de plano nunca se hicieron, y a pesar de ello, nadie les había hecho rendir cuentas.

En este caso, el Ayuntamiento de Silao (presidido por Antonio González Maciel en el periodo 2015-2018) solicitó esa cantidad para realizar las siguientes acciones: un taller de danza para niños y jóvenes con capacidades diferentes, con impacto para 40 personas. Un taller de baile para adultos de la tercera edad (40 adultos mayores); un taller de pintura orientado a diferentes grupos de la comunidad en general y la exposición homenaje a Diego Rivera (160 niños, jóvenes, adultos y adultos mayores).

También harían un programa coral (beneficiando a 250 personas) y el «Programa de guitarras» para enseñar a 80 niños y jóvenes a tocar el instrumento. Al término de todos esos talleres, se llevaría a cabo el «Festival Silao Crece en la Cultura 2017», con el que esperaban una asistencia de al menos 4 mil personas.

Sin embargo, los resultados finales estuvieron muy lejos de las metas descritas, con lo que la ASF concluyó que se trató de un proyecto fallido que debió regresar los cinco millones de pesos que le otorgó el Estado a través de la Cámara de Diputados.

Desaparecen 5 millones

Para equipar los talleres, el municipio se comprometió a comprar 40 caballetes de madera para pintura, 320 bastidores, 160 estuches de pinceles, 160 diferentes tipos de pintura, 5 pianos acústicos verticales, 250 atriles para partituras, 250 kits de estudio, 80 guitarras acústicas, 80 forros con protecciones para guitarras, 80 juegos de cuerdas de repuesto, 80 afinadores, así como la renta de tarimas, baños públicos, sillas, sonido y camerinos, todo ello con un costo de 2 millones 156 mil pesos.

Cuando la ASF sospechó que algo andaba mal, visitó al Ayuntamiento de Silao en junio de 2018 y lo único que obtuvo fue un estado de cuenta del periodo del 1 al 31 de mayo por 5 millones 209 mil 400 pesos. Era el donativo más sus rendimientos financieros, los cuales no tendrían por qué estar en la cuenta, sino haberse invertido para los fines del proyecto. Lo sorprendente es que, tras la visita del auditor, esos 5 millones y pico se esfumaron: fueron depositados a la cuenta de cheques de un proveedor cuya identidad no se revela en el informe oficial.

Cuando el auditor de la ASF preguntó a la persona que entonces se encargaba provisionalmente de la Dirección del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (SMDIF) sobre el proyecto descrito, no le entregó evidencia alguna y le prometió que la enviarían después. En efecto, así sucedió, pero dichos comprobantes terminaron por revelar que nada se había ejecutado con limpieza.

Compras a medias

Las fotografías enviadas como prueba demostraron que las guitarras comparadas no eran nuevas y tampoco eran 80, como se comprometieron en el proyecto. Apenas juntaron 20 instrumentos usados, por lo que tampoco se comprobó la adquisición de fundas, protectores, cuerdas, afinadores y otros complementos. A pesar de ello, el Ayuntamiento le pagó al proveedor más de 400 mil pesos por estos productos.

El municipio mandó fotos y videos como prueba de que sí había cumplido con su trabajo, pero todo se le revirtió, pues en ellos se observan talleres con muy poca asistencia en las materias de danza, baile, pintura y programa coral. Además, por ningún lado se observan los cinco pianos que se comprometieron a adquirir. Pese a lo anterior, el Ayuntamiento emitió una factura por más de un millón 265 mil pesos.

El punto cumbre de este proyecto sería el “Festival Silao Crece en la Cultura 2017” al que calculaban asistirían más de 4 mil personas. Pero luego de ver las fotos, la ASF observó que no había ni 50 espectadores, y por si fuera poco, añade la existencia de un escenario improvisado, menos de 100 sillas y una carpa de dudosa calidad.

Artistas timados

Otra de las irregularidades en que incurrió el municipio de Silao fue en la expedición de cotizaciones falsas. Cuando la ASF visitó a una de las artistas que se presentó en el citado festival, ésta aseguró que jamás emitió como suya la cotización desplegada en el proyecto beneficiado por la Cámara de Diputados. Por si fuera poco, ni a ella ni a su grupo de artistas (radicados en la Ciudad de México) se les pagó hospedaje, alimentos y transporte, pese a que el proyecto así se comprometía. La misma creadora detalla que el festival no contaba ni con 50 espectadores (con todo y los organizadores y artistas invitados) además de que no había camerinos, baños ni espacios físicos para efectuar cambios de vestuario.

Sobre sus honorarios, se le pagaron 16 mil pesos en dos exhibiciones, pero en su informe de gastos, el proyecto indica que pagó la cantidad de 122 mil 700 pesos a esta artista, lo que evidentemente es falso.

Una AC, al frente de la operación

En su informe, la ASF indica que “el total de los bienes y servicios que supuestamente se contrataron para la realización del citado proyecto, fueron facturados por una Asociación Civil”, pero no indica la razón social de ésta. Lo que sí informa es que la AC presentó en su momento las comprobaciones de gastos y realización de eventos al DIF municipal sin que éste le hubiese hecho observación alguna, pero tampoco hay firmas de quien en su momento era la directora de la dependencia.

Después de todas estas irregularidades, la Auditoría concluye que el municipio de Silao tendría que regresar los cinco millones de pesos por no haber cumplido con el mínimo de metas planteadas. Al momento, sólo se sabe que los instrumentos comprados se tienen bajo resguardo, pero ningún particular ni la misteriosa AC han sido llamados a cuentas, no al menos públicamente.

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