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Pese a todo, comienzan los martes de teatro en Morelia

Con la presentación del colectivo Munay Biulú y su propuesta de teatro playback, este martes 22 de agosto comienza un nuevo ciclo escénico que tendrá como sede el teatro Ocampo, iniciativa que pretende posicionar al segundo día de la semana laboral como una opción para conocer al teatro contemporáneo de la capital michoacana bajo un esquema de cooperación voluntaria.

Con una trayectoria de cinco años, el mencionado colectivo adopta un estilo teatral donde se generara un espacio para el intercambio, la convivencia, la unión y la reflexión sobre la realidad social acontecida en nuestros días. Munay es una palabra Quechua que significa corazón, mientras Biulú es un término zapoteco relacionado con el colibrí, que literalmente sería “lo que permanece en los ojos”. De esta forma, el grupo rompe las barreras escénicas e invita al público a que sea parte de la función contando experiencias propias que son escenificadas por los actores.

El elenco está conformado por Ramón Rocha en la conducción, Jéssica Zambrano, Elías Camacho y Yamel El Mosri Fernández como actores así como Jonathan Bejar en la música.

Un largo camino

Establecer los martes de teatro en el Ocampo ha sido un camino complicado para sus promotores, miembros de la escena capitalina que han pasado por largas reuniones con funcionarios gubernamentales a fin de que faciliten el uso de un espacio que se supone público, pero que pareciera de uso exclusivo solo para algunos elegidos.

Desde finales del año pasado se sostuvieron los primeros encuentros con el departamento de Teatro de la Secretaría de Cultura a fin de que se estableciera una agenda conjunta de actividades, empero, las negociaciones se hacían bajo un entorno desfavorable, con el cierre del Foro La Bodega, la ausencia de un plan de actividades para 2017 y la negativa a que los teatreros conocieran el inventario de algunos espacios ya cerrados, lo que imposibilitaba contar con utilería, elementos de producción y escenográficos. A ello habría que sumarle adeudos de la Secum con actores y productores, lo que sin embargo no rompió la voluntad de diálogo.

De estas reuniones surgieron dos propuestas concretas: Martes de teatro en el Ocampo y los fines de semana en el Foro La Capilla, espacio ubicado en la Casa de la Cultura de Morelia que gran parte del año permanece sin ofrecer función alguna. Para el primer caso se acordó dejar a un grupo teatral las cuatro semanas del mes, cobrar 100 pesos la función con un 70 por ciento de la taquilla íntegra y un apoyo de mil 500 pesos por parte de la Secum, además de publicidad. Un esquema similar se pretendía para la Capilla, con funciones viernes y sábados, dando prioridad a obras dirigidas a niños y jóvenes.

Con esos acuerdos, el Comité de Acción Teatral (figura que aglutina a varias compañías locales) lanzó una convocatoria para programar funciones en ambos recintos y la respuesta fue tal que ya podían agendar un año de actividades en los dos espacios descritos. Todo estaba listo para arrancar, pero…

Que siempre no

El Comité entregó a la Secum un plan de trabajo que incluía resultados de la convocatoria, programación de funciones para un año, estrategia de difusión y documentos firmados por todos los involucrados para darle transparencia al proceso. Sin embargo todo se derrumbó durante una reunión con la secretaria de Cultura, Silvia Figueroa, quien dio a conocer suficientes razones que imposibilitaban el plan que la misma Secum había emprendido:

  1. No podían facilitar equipo del Foro La Bodega porque estaba bajo resguardo.
  2. De los 57 martes solicitados para funciones en el teatro Ocampo, solo estaban disponibles 18.
  3. El Foro La Capilla de plano no tenía disponibilidad alguna, pues estaba copado por talleres y los fines de semana no habría personal para atenderlo.
  4. Y para rematar, la Secum argumentó que al no ser una convocatoria surgida por la institución, no se podía reconocer, pues atentaba contra el carácter de inclusión con los grupos del interior del estado y con los grupos de la ciudad de Morelia que no se habían enterado.

En pocas palabras, la Secum enterraba y echaba a perder el trabajo que ya habían desarrollado varios grupos teatrales.

Nuevo esfuerzo

Pese a todo, los productores, actores, técnicos y todos los que hacen posible el teatro en la ciudad retomaron el diálogo con la desvencijada Secum y al menos han logrado amarrar los siguientes nueve martes en el teatro Ocampo para abrir funciones donde no habrá costo, pero sí la solicitud de cooperación voluntaria. Comienzan este 22 de agosto y continúan el 29 con ¡Muera la Constitución, Viva la Constitución! y el 5 de septiembre con Carapelo Circonauta.

El propósito es cerrar el año con los días que haya disponibles y planear el 2018 para entonces sí posicionar los martes de teatro. Parece que el panorama se aclara, pero con la Secum nunca, nunca se sabe.

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