Por viktor ibarra calavera
sin trabajar ni estudiar: sin preocupaciones: vida desenfrenada
cayendo sobre el pavimento, rodando sobre sí misma, levantándose y embistiendo la cámara, aullando y enseñando los dientes
juventud drogada inclasificable, así como era en un principio: escribiendo poemas delirantes: bebiéndonos lo más: ningún otro hombre, ningún otro momento: solamente nosotros, con ganas de saltarnos el punto y estallar:
congregar la borrachera y el encabronamiento, en un disturbio a guitarrazos: allanamiento de morada, incendios, sangre, disparos a la cabeza, gente huyendo en todas direcciones, gente enmascarada y golpes y ojos enrojecidos: lo que sucedía era que
en este país
la poesía no le importaba a nadie: no se leía ni se escribía nada: era asunto de flotación y burocracia, como una ceguera de tanto mirar la blancura y aplaudir: la juventud quedaba al margen: querían que nos muriéramos de aburrimiento y, en el camino, aceptáramos como religión a la hoja en blanco: era el reino de las canas y el soneto, de los uniformados y selectos hombres de letras del siglo xii al xix;
estábamos hartos y locos, desharrapados: no existíamos y no nos importaba: escribíamos por demás sin detenernos, contaminando, malgastando la vida en arrancones: furiosos y drogados nos veían pasar como un virus nómada; una mutación del adn: y m t o g i v: envueltos en la noche del rock y las calles de la ciudad apuntándonos, fuera de lugar, alienígenas neones,
detonamos la trifulca
queríamos agotar la época y las generaciones, que todos los que tuvieran algo que decir lo dijeran en todos los idiomas
arrancados de la gravedad, asaltamos el mar y nos ahogamos, latiendo más fuerte, como erupción de fondos pintarrajeados; hicimos que las piedras hablaran; entendimos el lenguaje de los animales; nos inmolamos; robamos todos los libros que quisimos; bebimos todo el alcohol; bailamos hasta suspendernos en el aire,
pero faltaba algo, pero faltaba:
no recuerdo el día; la hora: dos en punto; quiénes: oswaldo y yo, en dirección a la palabreta, donde tomábamos café gratis; sin trabajar ni estudiar: sin preocupaciones: con ganas de aullar, a vuelta de pedrada: siempre en las calles, siempre en las calles,
siempre en las calles: con la cabeza llena de pájaros negros: asaltar un banco, armar una revista y un festival: terminamos armando una cochinada de festival:
cómo llamarlo: imeca? radioactivo? nómada? no: simplemente festival de poesía subterránea: cuatro lecturas: inauguración infrarrealista: edgarartaud, óscaraltamirano, pedrodamián, el fantasma de mariosantiago + amigos: fabián, robertobanda, literagen, devrayativa, hectorvieltemperley, huidobro + fiestas como puntos suspensivos:
luego distancia y clausura: héctor, los relámpagos, el vandalismo: grupo mancha: manuel, yaxkin y yo, monstruos explosivos: los presagios y la alcantarilla: todos nosotros: salvajes e inocentes: alunizando, alucinados:
los que fuimos algún momento, o que seguimos siendo; los que seremos siempre: aurelio, thalia, eduardo, manuel, iván, itzcóatl, guillermo, oswaldo, yaxkin, daniel, roberto y yo: verano lluvioso: derrapando: sucediendo.