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Reflexiones en torno a la gráfica michoacana contemporánea

Primera Parte

Por: Ireri Campoy

El tema del devenir del arte michoacano es una idea que constantemente trae preguntas y diversas reflexiones. Las actividades artísticas y culturales del estado son variadas, en cantidades considerables y con diversos niveles de reconocimiento a nivel nacional e internacional.

Fotos: Nuritre Gráfico

La identidad cultural y social está bien clara ante el resto del país, por ahí andan artistas michoacanos de fama mundial y ni qué decir de la riqueza artesanal y culinaria. Viendo la cosa así, superficialmente, pues no estamos tan mal… sin embargo, es importante hacer consciente que algo estamos olvidando.

Desde el punto de vista artístico, Michoacán se mantiene bajo la herencia y legado del maestro Alfredo Zalce Torres (Pátzcuaro, Mich. 1908-2003); aun existiendo otros artistas contemporáneos, más jóvenes o anteriores a él, su figura ha sido oficializada como emblema del arte michoacano moderno. Este comentario no es con el afán de entablar crítica destructiva de esta realidad, ni para demeritar la obra y legado de Zalce; pero sí me funciona para dar a entender esta reflexión.

No indagaré más en enlistar los nombres de todos los artistas michoacanos que a estas alturas ya deberían de figurar (o aún más) en un sinnúmero de exposiciones, catálogos e investigaciones, ser reconocidos a nivel local y nacional, y más allá. El problema es que sufrimos una centralización de identidad artística en un solo personaje; la “Escuela Zalciana” tiene mayor peso ante el resto de las voces artísticas del estado, y peor aún, yo no veo que haya una escuela michoacana unificada como tal, veo “artistas-islas”.

Dicho esto así, agradeceré que salten opiniones al respecto. Inicio buscando motivos para expandir las fronteras y además para reconocer que se están haciendo cosas en estos días. Me concentraré en una serie de acontecimientos que me dicen que algo está pasando aquí, cosas que casualmente giran en torno a tórculos y tinta, organización, cooperatividad y varios equipos de trabajo. Les hablaré sobre lo que he investigado sobre la gráfica contemporánea en Michoacán.

El pasado sábado 7 de marzo de 2015 se llevó a cabo la inauguración de un taller de gráfica en el centro de la capital michoacana: Nurite Gráfico. Liderado por un equipo de cinco jóvenes artistas: Fátima Ortiz, Salvador Juárez (Salvador Jum), Otilio García (Chez Marabel), Zaizhi Monfon Lagunas y Juan H. Vera. Para mí es importante destacar que aún son estudiantes de la Facultad Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que a base de la decisión planearon y organizaron la realización de este nuevo espacio.

Aproximadamente un año atrás, el proyecto piloto del taller tomaba forma con base en debates y discusiones, por lo que varias necesidades fueron detectadas para dicha empresa. En primer lugar, la necesidad de establecer un espacio de acceso libre a todo el público, ya que la cantidad de talleres de esta naturaleza en el estado es escasa. Nurite Gráfico enumeró al Taller de Gráfica del Antiguo Colegio Jesuita de Pátzcuaro y el taller de la Facultad Popular de Bellas Artes (UMSNH), este último presenta la particularidad de que cuando se es alumno egresado se dificulta trabajar de nuevo ahí.

Para ejemplificar esta iniciativa de acceso libre a la gráfica, Nurite Grafico hace referencia a quienes considera precursores: el Taller la Chicarra cuya dirección corre a cargo de Alan Altamirano (MK Kabrito) y el Taller la Imagen del Rinoceronte de Humberto Valdez, cuyos aportes son retomados por este equipo, no con el afán de imitar sus ideas, sino con la intención de tomarlas como consejos para que la gráfica michoacana entre a un mercado a nivel nacional, hacer vinculación con otros talleres del país y ofrecer un espacio de intercambio en el estado.

Al consolidarse de manera independiente, Nurite Gráfico trabaja en cooperativa. A quienes deseen trabajar en el taller durante cuatro horas se les solicita una cuota de recuperación de 50 pesos para reponer los materiales utilizados, o bien, la persona que trabaja en el taller puede llevar material e insumos de reposición. En el caso de quienes vayan a imprimir sus placas, se les solicita que dejen en el taller dos piezas, una para el acervo y otra para venta, ya que el taller cuenta con galería y tienda. Comienzan a impartirse talleres de bajo costo para todos los interesados en aprender de gráfica y dibujo.

Los proyectos no se han hecho esperar, y los integrantes de Nurite Gráfico han comenzado a vincularse con diversos talleres, entre ellos Alter-Nativa Gráfica, de Ángel Pahuamba, Celeste Jaime y Carolina Ortega; Cráneo Press, de Cristian Soto y Pablo Querea; el Taller de Grabado Erasto Cortes y otros artistas de Puebla como Roberto Rodríguez, quienes mantienen un intercambio con jóvenes artistas de Krasnodar, Rusia. Otros artistas como Ioulia Akmadeeva, Cristóbal Tavera, Ortega y Pahuamba también han sido de gran apoyo en la consolidación de este proyecto.

La situación del arte en Michoacán es difícil, opina el equipo, cosa que ha orillado a muchos artistas a irse de Morelia. Nurite Gráfico no cree que sea necesario irse, la intención es aportar un granito de arena que permita el crecimiento del arte michoacano, mediante la vinculación con otros talleres y más colegas locales. En la tradición purépecha, el té nurite era consumido en grupo, a modo de convivencia para crear lazos de amistad y hermandad, práctica que el equipo quiere trasladar al taller. El trabajo y la constante producción son la base para lograr establecer el desarrollo de una escuela de gráfica michoacana, en el sentido de una identidad ante el resto del país.

El Equipo de Nurite Gráfico explica su deseo por generar un acervo cultural para el taller y para Michoacán, el cual, en un momento determinado pueda ser expuesto. El objetivo es lograr que mediante este esfuerzo la gente de Morelia comience a valorar la gráfica como un arte, que haya conocimiento del trabajo que cuesta realizarla y pueda diferenciarla de otras disciplinas artísticas, fomentar la venta y el consumo, y que se genere la costumbre de que en la ciudad siempre haya gráfica.

 

CONTINUARÁ…

 

*Texto surgido a partir de una entrevista a Nurite Gráfico, el sábado 21 de marzo de 2015.

Morelia, Michoacán.

 

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