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Sonatas de Dobosiewicz y Pashkov

La violinista polaca Erika Dobosiewicz y el pianista ruso Alexandr Pashkov se presentaron con un repertorio de sonatas románticas que fue ovacionado durante una jornada más del Festival de Música de Morelia.

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Foto: Antonio H. Vargas

Por Antonio H. Vargas

Luces azules, moradas y amarrillas adornan el pórtico de la escalera del Palacio Municipal; un escenario, un piano negro de cola larga marca Yamaha, un atril con sonatas para violín posa impaciente a que sus ejecutantes lleguen y poder para lanzar sus melodía.

Finalmente la tercera llamada es anunciada y los artistas se acercan al escenario: Erika Dobosiewicz y Alexandr Pashkov hacen su aparición y se dispone a tocar sus respetivos instrumentos y deleitar al público, que les da una calurosa bienvenida con aplausos.

Dicho lugar tiene su primer patio y pasillos laterales abarrotados de personas que se disponen a escuchar tres sonatas, recordemos que la sonata es una composición musical para uno o varios instrumentos solistas, compuesta por dos, tres o cuatro movimientos de carácter distinto y suele combinar temas. El nombre de sonata proviene del latín: Son?re.

Comienza el concierto, la primer sonata que interpretan es de Franz Shubert (1797-1828) Sonata para violín y piano en La Mayor, op. 25´ 162 (D574) “Gran dúo”. Cabe mencionar que esta obra contiene cuatro movimientos, lo que le da una estructura cuasi-sinfónica aplicada a una obra de carácter camerístico; los cuatro movimientos de esta obra son:

La segunda sonata interpretada es de Richard Strauss (1864-1949) Sonata para violín y piano en Mi Bemol Mayor, op. 18, compuesta en 1887. La característica principal de esta obra es que la parte del violín posee una grandiosidad operística y la partitura para el piano sugiere orquestación, sus movimientos son:

El dúo cerró el concierto con la Sonata para piano y violín en La Mayor del maestro César Frank; en esta pieza se puede apreciar un uso de procedimientos cíclicos, y por otra parte el traslado de temas y motivos de un movimiento a los demás proporciona un inaudible sentido de unidad a la obra. Hay quienes aseveran que esta reiteración temática y motívica atenta por momentos contra el sentido del desarrollo y la variedad. Se desfragmenta así:

Con una duración aproximada de una hora y media recorrimos con el oído tres grandes sonatas que pertenecen a época del Romanticismo, esta bella música nos llevó a caminos insospechados, en algunos momentos alegres y en momentos muy vivos que nos hacían sentir en carne propia lo místico de la época y el Palacio Municipal con su arquitectura barroca nos hizo remontarnos al siglo XIX.

Foto: cortesía FMM

 

Foto: cortesía FMM

 

 

 

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