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Una noche de Salvajenada

La vida nocturna moreliana es todo un abanico de posibilidades que se pueden abrazar, si es que el asistente así lo percibe: posición social, preferencia sexual, apreciación artística, o simple relajo resultado de la exhaustiva semana laboral.

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Por Chito Wett

La escena musical en la ciudad es bastante diversificada en cuanto a géneros, edades y recintos. Concretamente en la escena del rock la ciudad ha estado bombardeada de patrocinio corporativo y siendo ojo de atención por parte de muchas bandas, promotores y managers del entretenimiento comercial; mientras que otros, unos cuantos promotores y artistas que siempre han estado dispuestos a generar un verdadero movimiento cultural, logran una completa retroalimentación de artistas locales con los de otros lugares, sacudiendo con este acto un poco la mala posición de no ser aún una ciudad capital dentro de la esfera del rock nacional, pero eso sí, su música no ha parado de dejar de sonar y de tocarse.

No era de esperarse que la tierra donde reside el Buki tenga una escena siempre tan emergente y transgresora, que aunque sufre algunos descansos o recesos, siempre se inyecta cada vez más de nuevos protagonistas. Salvajenada es esa suerte de promotores de música emergente y propositiva, cuya premisa es “Hacer los conciertos que quieres ver en tu ciudad” frase que han tomado casi de estandarte.

La cita, la noche del sábado 31 de Mayo de 2014; el lugar, Jeudi 27, donde Axel Catalán empezó la velada con su desenfadado y pulido rock and roll de 3 elementos: guitarra, bajo y batería, en temas como “Austero”, “El Coma” y “El Animal” sonaron muy maduras, concisas y digeribles augurando la posibilidad de una buena noche.

Expedición Humboldt

Unos personajes con maquillaje y sin playera empezaron a montar sus instrumentos y en un par de minutos comenzaron con cánticos y aplausos su set, el cual  incluía paisajes sonoros, ritmos complejos entre lentos y bailables, con letras de profundo delirio e introversión que lograron conectar a los asistentes con su proyección en el escenario. Expedición Humboldt son un claro ejemplo de la nueva escena de rock moreliana que ya podría colocarse en cualquier line up de festival nacional con su sonido muy logrado y formulado del rock nacional.

El climax de la noche se logró con Hawaiian Gremlins, unos chicos que no superan los 22 años lograron encender a la audiencia con su alegre y estruendoso post punk, sonando canciones con coros tan pegajosos que hicieron que el calor desapareciera de nuestra mente por un momento para pasar al mosh pit, el baile y el desprendimiento de prendas. Esta banda suena como si The Smiths hubiese tenido de vocal a Ariel Pink o como si The Cure hubiese dejado el dark wave por la magia de las olas y la banalidad. “Give it Up”, “Bright Lights” y “Aa Aa” explotaron en el pecho de este vieja y cansada alma alcoholizada.

Rematando la noche Los Blenders llegaron con actitud desenfadada a tocar un set cargado de energía punk y gritos, que hicieron que cayera en un profundo arrepentimiento de haber desperdiciado mi tiempo en vicios y haber abandonado el gimnasio, porque me hubiera quitado la playera para poder bailar sin explotar en calor y sin enseñar esta bella y prominente lonja.

No pude evitar tampoco en caer en las lágrimas de nostalgia recordando que mi última escapada al mundo del post punk en esta ciudad eran en las legendarias fiestas de la banda Roma a principios de los años 2000’s, los cuales generaron un revuelo en ese entonces, pues antes de ellos, el post punk, el math rock, shoe gaze y demás géneros afines eran una charla de bar o solo era baile de fiestas con las mismas 10 personas frente a un anti-Dj.

Axel Catalán

La fiesta Salvajenada con visuales de videos basura de internet, chicas lindas, cerveza y mucho desenfado proponen y disponen por lo que vale la pena disfrutar cualquier manifestación de arte: el alumbramiento de un nuevo horizonte (en este caso, el sonoro), no el encandilamiento de éste.

Fotos de Sara Robledo

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