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Will Butler se presenta en solitario con Policy

El integrante de Arcade Fire sorprende con un gran disco

Por Francisco Valenzuela

¿Alguien podía esperar que de ese gran colectivo llamado Arcade Fire saliera un proyecto pop en solitario? En la última década la crítica y los fans se han maravillado con la música de este combo encabezado por Régine Chassagne y Win Butler, pero el hermano de éste, Will, ha decidido mostrarse en lo individual con Policy, recién desempacado para todo el mundo y obsequiado a través de los servicios de streaming.

butler

No esperen una suerte de orquesta folk acompañando a este pianista y baterista, y mucho menos busquen bosquejos de la banda canadiense; la placa es un hermoso regalo melódico con altos grados de sensibilidad y un poco de sentido del humor; es simple, digerible y lo suficientemente bueno para escucharlo muchas veces.

El viaje inicia con guitarras potentes en Take my side, donde ya vemos ciertas influencias de The Libertines, que a su vez ya sabemos de dónde recogieron todo su sonido. Su estribillo no tiene pierde: “I remember when we are pretty young”, lo cual me recuerda cuando una bestia del rock and roll dijo “Antes éramos jóvenes, guapos y simpáticos; ahora tan solo somos simpáticos”.

Y qué decir de Ana, la más pura influencia de Talking Heads, un “money money money” que ya queremos corear en los conciertos. De ahí se desprende Finish what I started, una melodía triste, tanto como aceptar que siempre nos hemos equivocado. Más acústico resulta Son of God, mientras que Something´s coming es mucho más compleja, incluso con efectos de sonido que la chulean en sus momentos de transición instrumental, segundos antes de que el teclado haga maravillas.

El rock de tintes urbanos regresa con What I want, una sencilla historia de amor, amor de suburbios, como los relatos que nos contaba The Arctic Monkeys en sus inicios. Hacia la recta final nos encontramos con Sing to me, un piano solo, un hombre rendido que solo pide clemencia: “Cántame, estoy cansado, cansado como nunca lo había estado”.

El viaje termina de forma magistral con Witness, una pieza de coros a la Vaselina, con un teclado alegre que acompaña una declaración de separación donde de plano se acepta estar en una situación “jodida”.

Vaya sorpresa nos ha dado Will, quien demuestra que, a veces, detrás de un frontman y su esposa se encuentra un gran hermano.

 

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