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10 rolas para curar a los enfermos

La convalecencia por enfermedad o después de una operación siempre es, cuando no difícil, sí tediosa, y más porque el espectro de cosas que se pueden hacer se puede llegar a ver bastante mermado. Películas, series y libros suelen ser excelentes opciones para distraerse, pero la música es en realidad la vieja confiable pues no requiere ni siquiera estar despierto. Así pues, por si usted conoce a algún director de revista afectado en su salud, pásele esta lista hecha no para pensar demasiado, sino más bien como para rebelarse y quemar algunas cosas… se me ocurre, por ejemplo, hacer una pira con discos de Café Tacuba (así, con la “u”, porque con “v” me suena tan mamerto como “CDMX” o “PXNDX”).

Preston Epps, Bongo rock

Aparecida en 1959 en el disco Bongo party, fue, creo, el único verdadero éxito de Preston Epps, cuyo mérito es darle percusiones al rock and roll. De esas cosas raras que a veces uno se encuentra en los archivos de las disqueras, Bongo rock es perfecta para iniciar la jornada.

Sandy Nelson, Teen beat

Primer gran éxito de quien a principios de los 60 fuera considerado uno de los mejores bateristas del rock and roll, en 1959 Sandy Nelson nos regaló Teen beat. Alegre, contagiosa y harto bailable, cuando usted menos acuerde estará sacudiendo la cabeza.

The Rock-A-Teens, Woo-hoo

También de 1959, Woo-hoo es un rockabilly casi instrumental de absurdo encanto por lo básico del arreglo, pero, a lo mejor por lo mismo, ideal para deschongarse. Si quiere una versión más actualizada, aunque no por ello deficiente, la podrá encontrar en el soundtrack de Kill Bill, a cargo de The 5.6.7.8’s, esa adorable banda japonesa de garaje rock.

Cozy Cole, Topsy turvy Pt. 1

Músico revolucionario que llegó a darle una nueva cara al jazz y el swing, Cozy Cole en 1958 nos dejó para la historia esta composición pletórica de pachuquismo y sensualidad, como un chuco luciendo los charoles por la avenida a media noche.

The Fireballs, Torquay

Como una continuación del Tequila de The Champs, esta rolita de 1959 es un surf tranquis, lejos del vértigo de Dick Dale. He de reconocer que por momentos me gusta más la versión con que conocí este tema, me refiero a la que aparece en la banda sonora de From dusk till down a cargo de una banda llamada The Leftovers, de quienes no he podido conseguir material.

Link Wray, Jack The Ripper

El indio que cambió al rock y el surf, como un brujo que lejos la vaselina y la brillantina, con su guitarra nos dio un sonido más crudo, más rudo y agresivo, como un Jack El Destripador al acecho en cada esquina, y en esta pieza queda demostrado.

The Troggs, Wild thing

Original de Chip Taylor, esta rolita es de las emblemáticas del rock clásico tanto por esta versión como por la rudísima de Jimi Hendrix, aunque la de los Troggs aún tiene el espíritu original de la primera mitad de los 60, ese tránsito entre el rebelde sin causa que se tumbó el copete para ir a Corea y el greñudo que no quiere ir a Vietnam.

The Isley Brothers, Shout!

Volviendo a 1959, los hermanos Isley seguramente no sabían la bomba que tenían entre manos cuando la grabaron, y es que es de esas canciones de las que hay versiones por todos lados, tan es así que figura en el puesto número 119 de la lista de las mejores 500 canciones de todos los tiempos según Rolling Stone. Lo cierto es que con esta rolita, mi copete, por lo regular inamovible, termina hecho un desastre.

The Surfaris, Wipe out

Original de 1963, este surf es de los más reconocidos, algo así como la referencia obligada, y es que ha sido utilizada en un sinnúmero de películas y series de televisión, por lo regular en escenas de persecución, y eso se debe en gran medida a la vertiginosidad tanto en la guitarra como en los solos de batería que prenden a cualquier escucha esté lo que esté haciendo. Viera usted qué solos de bataca me aviento en mi escritorio de Godínez cuando en mis audífonos suena Wipe out.

The Trashmen, Surfing bird

Ideal para manejar a toda velocidad, hacer una pila de libros y prenderles fuego o bien bailar sobre el cadáver de su peor enemigo, esta canción de 1963 no necesita presentación ni explicación porque es de todos sabido que “bird” es la palabra. Suba el volumen, tome un bate de béisbol y rompa algunas cosas, al final se sentirá liberado de todo estrés. O ya por lo menos cierre los ojos y visualice un caos.

 

Foto: http://musicaenvena.com/concierto-en-la-uci/

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