La migración es algo común en nuestro país, incluso año con año podemos encontrar en el Festival de Cine de Morelia un par de películas que abordan el tema, sin embargo la migración es un problema global del cual seguramente no tenemos una mayor referencia que nuestra realidad más próxima.
Por Alejandra Quintero
La proyección de películas de la Semana de la Crítica de Cannes arrancó en Morelia con la cinta Hope, del francés Boris Lojkine, ganadora del premio al mejor guión. Se trata de la historia de unos inmigrantes africanos que sueñan con cruzar a tierras españolas, en ese camino por el desierto del norte de África para llegar a la frontera ente Marruecos y Melilla, se conocen Léonard y Hope, el primero un chico camerunés y la otra una chica nigeriana, que unen sus caminos al principio por compasión, después por conveniencia y finalmente por amor.
Una ficción documental a la manera de road movie cuenta el viaje de dos jóvenes que por azares del destino tienen que continuar juntos su viaje a la tierra prometida. En esta travesía llena de vejaciones y peligros, nace un amor que se convierte en una especie de fortaleza que les permite no olvidar la esperanza de lo que han buscado durante tantos días pasando hambre, sed, frío y convirtiéndose casi imperceptiblemente en lo que menos imaginaron, pero que la necesidad de lograr su objetivo los hace capaz de todo.
En esta su ópera prima, el director sitúa al espectador a través de los personajes en las peores situaciones y condiciones a las que podría enfrentarse un ser humano, para crear esa sensación de impotencia que va dejando irónicamente la esperanza a un lado y mantiene el presentimiento de que no habrá un buen final para nadie, sin embargo, los close ups de los personajes que parecieran inquebrantables nos revelan el miedo y el amor que va creciendo conformen continúan su camino juntos. Paisajes arenosos, sucios, como parte de esa travesía que no termina de hacerlos pasar por malos ratos, y que los llevará a todo menos a lo que buscaban.
Cada día cientos de africanos intentan cruzar la valla que divide Marruecos de España o en alguna embarcación por el Estrecho de Gibraltar, muchas de esas vidas quedarán en intentos y otras, las menos, alcanzarán el sueño que después de todo ya no será lo mismo.