Hace poco más de un año se presentó en Morelia el ciclo Francia en Foco, una selección de diez películas representativas del cine francés contemporáneo, coordinada por la Cineteca Nacional y la UMSNH. Uno de los trabajos presentados fue Rosalie Blum (2015), una comedia un tanto desconcertante, que servía de presentación como director para el conocido guionista Julien Rappeneau.
Ahora, gracias al 24 Tour de Cine Francés, llega la segunda producción de Rappeneau, Una pequeña mentira (Fourmi, 2019), comedia familiar que se estrenó hace poco más de un año en Francia. En ella, Théo, un chico de trece años que juega muy bien al futbol, debe manejar la difícil separación de sus progenitores. Su madre parece haber superado el lance al lado de su nueva pareja, mientras que su padre, borracho y desempleado no logra salir adelante. Cuando un buscador de talentos del Arsenal visita su pequeña ciudad del norte de Francia, Théo decide fingir que ha sido seleccionado para integrarse de las fuerzas básicas del club inglés, con la intención de motivar a su padre y de esta manera se sobreponga a sus debilidades. Sin embargo, la mentira muy pronto se sale de control y las buenas intenciones de Théo, tienen consecuencias en todos los que le rodean.
El guión, escrito por el propio Rappeneau, está basado en el comic Dream team, escrito por Mario Torrecillas e ilustrado por Artur Laperla, el cual está editado en España por Reservoir books. Aunque en un primer momento, la historia entre la paternidad y el futbol podría recordarnos a la reciente Señor Sabelotodo (Monsieur je-sais-tout, 2018), presentada en una pasada edición del Tour, podemos decir que está mucho mejor trabajada la versión de Rappeneau.
Y es que aunque nunca pierde de vista su carácter de feel-good movie, con todos los clichés que ello implica, logra su cometido al establecer una entrañable relación paterno-filial. Nos plantea además, la posibilidad de volver a poner en pie a una persona utilizando para ello una mentira. No debemos dejar de lado la buena selección de actores que componen el reparto: François Damiens y Ludivine Sagnier como los padres, André Dussollier en el papel de entrenador, Laetitia Dosch como la trabajadora social y finalmente el joven Maleaume Paquin en el papel de Théo.
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Dentro de sus modestos alcances, la película muestra el aspecto social por medio de Laurent (el padre), alcohólico y bravucón, sumido en la autocompasión después del cierre de la fábrica local. Sin embargo, la mayor parte del metraje se reparte entre la relación que establece Laurent con Théo, además de una buena dosis de secuencias humorísticas con personajes de apoyo: el ayudante de entrenador aficionado a la repostería o el barista que repite necedades.
El título original en francés significa “hormiga”, y hace referencia al apodo que le ha puesto su amiga Romane, debido a su baja estatura. Esa es la razón por la que en un primer momento Théo es rechazado por el visor del club inglés. Esa llamada del exterior podría traducirse como la dudosa necesidad de abandonar a toda costa el terruño como única manera de lograr el éxito.
Rappeneau parece haber definido claramente su línea de trabajo, en este momento está en tratos para una película basada en El pequeño Nicolás, una conocida serie de libros infantiles. A la larga podría resultar en un encasillamiento, pero por lo pronto, su más reciente entrega es una comedia familiar sin más ambición que hacer pasar un buen rato y en ese sentido, cumple con lo que promete.