Icono del sitio Revés Online

Almacenados: el arte de perder el tiempo

Para cerrar la sexta jornada de exhibición de Largometrajes Mexicanos en competencia, llegó Jack Zagha Kababie a presentar Almacenados (2015), tercer largo de ficción en su cuenta personal después de las comedias En el último trago (2014) y Adiós mundo cruel (2010), que pasaron con ciertas dificultades por la siempre complicada cartelera nacional.

La película está basada en la obra de teatro del dramaturgo catalán David Desola (que también está publicada por una pequeña editorial española), que entre la comedia y la reflexión cuenta una semana de trabajo (si se le puede llamar así) de Lino, un empleado a punto de jubilarse, y Nin, el joven que lo sustituirá en su puesto en un almacén en donde la inactividad parece ser el pan de todos los días.

David Desola siempre había pensado llevar la obra a la pantalla, por eso cuando se abrió la posibilidad de hacerlo, él mismo elaboró el guion con la idea de que su conversión al lenguaje cinematográfico abría más posibilidades a una puesta que en sí misma es bastante austera.

Si bien la cinta juega con la relación que se va formando a pesar del choque generacional entre ambos empleados mientras esperan sentados en silencio algo que parece que nunca llegará, también puede tener otras lecturas como la importancia del tiempo y lo que cada persona hace con él: “hay veces que la falta de autoestima no nos permite descubrir la importancia de sentirnos valiosos, hay mucho potencial allá afuera, gente que termina en trabajos inútiles porque piensa que no puede hacer algo mejor”, señaló el director Jack Zagha.

En la rueda de prensa, el experimentado actor José Carlos Ruiz, quien ya había trabajado antes con el director en la comedia octogenaria En el último trago, confesó las dificultades que tuvo para representar un personaje tan árido, tan carente de emociones, “un hombre sin estima y que perdía el tiempo de forma tan miserable”, como él mismo lo definió.

A pesar de la aparente sencillez de la obra (dos actores y un almacén vacío), Jack Zagha recalcó los apuros que tuvo para llevarla a la pantalla, “tan solo el encontrar la bodega adecuada nos tomó varios meses”, señaló. A las dificultades de encontrar locación sufrieron por las características propias de la narración que magnificaban cualquier error en la producción o en el registro de los personajes, no por nada el director la definió como el trabajo más complicado de su carrera.

Almacenados resulta una comedia interesante en la medida en que se mantiene en un tono realista (el peor momento es cuando el joven Nin idea un plan para burlarse del misterioso señor Salvaleón), pero con todo y sus baches narrativos logra superar al menos la prueba del “teatro filmado” de la que adolecen tantas otras producciones que comparten el mismo origen.

Salir de la versión móvil