Revés Online

Aquí no se escribe un guión

Por Francisco Valenzuela

Inaugurada con bombo y platillo en el marco del décimo Festival Internacional de Cine de Morelia, el arranque de la Escuela de Guión Cinematográfico “Mauricio Magdaleno” se mantiene en una larga espera, pues una serie de requisitos burocráticos han impedido que este proyecto a cargo del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) entre en operaciones y cumpla con su objetivo de ser “la mejor escuela en nuestro idioma a nivel internacional”, como se dijo en el acto protocolario llevado a cabo en noviembre de 2012.

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A ocho meses del anuncio, la casona ubicada en García Obeso 159, justo a espaldas de la Catedral Moreliana, luce con moho, humedad y pequeños grafitis en su fachada, parece un edificio abandonado, aunque en su interior, personal del CCC sigue haciendo gestiones para que pronto se cumplan las metas de lo que se pretende sea un posgrado de alta calidad.

Fue el 10 de noviembre del año pasado cuando la entonces titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, y el actual director del Centro de Capacitación Cinematográfica, Henner Hofmann, tomaron una claqueta para declarar el arranque formal de un proyecto anunciado desde 2011. La propuesta era crear una institución que como objetivo se trazaba ser “la mejor en nuestro idioma a nivel internacional”, con una planta docente que incluía nombres como los de Marina Stavenhagen, Carlos Carrera, Beatriz Novaro, Michael Rowe, Paula Marcovitch, Nicolás Alvarado y Guillermo Arriaga, además de conferencias a cargo de Vicente Leñero, Enrique Krauze, Eduardo de la Parra, Neil Gaiman, Robert McKee, y Alan Moore, nada menos que el creador de historietas como V de Vendetta y Watchmen.

Bautizada para homenajear al autor de guiones como Maclovia, María Candelaria y Flor Silvestre, la escuela no ha tenido un solo día de clases, tampoco han existido conferencias ni periodos vacacionales para sus alumnos, porque simplemente nadie se ha inscrito por ahí.

En la supuesta inauguración se dijo que la primera generación (2013) tendría a un estimado de 10 alumnos, mientras que en 2014 habría 12. Pero parece que al menos en este ciclo escolar ya no pasó nada.

Ante medios locales, nacionales e internacionales, se dijo que la escuela de guión contaba con el apoyo y asesoría de Conaculta, el Imcine y el CCC, éste último como encargado de coordinar todos los aspectos académicos, que también incluyen cursos en fines de semana con un promedio de 15 alumnos por clase.

La céntrica casona fue adquirida en comodato y, se aseguró, ya contaba con una biblioteca dotada con 558 títulos especializados, lo que fortalecía este proyecto que formaba parte del “sexenio del cine mexicano”, mote que Sáizar mencionaba con insistencia para difundir los supuestos logros en la materia durante el gobierno del ex presidente Felipe Calderón.

La Escuela: moho, humedad, desprendimientos…

Para la foto

A unas semanas de abandonar el cargo, tal parece que, como sucede con el funcionario mexicano promedio, a Consuelo Sáizar le urgía inaugurar proyectos que no estaban listos para entrar en acción. Poco le importó que la Mauricio Magdaleno careciera de una serie de requisitos que ocho meses después aun la mantienen varada. La cosa era que los medios fotografiaran a una fila de computadoras ansiosas por recibir a la primera generación de guionistas.

Entrevistado por Revés on line, Henner Hofmann no reparte culpas y promete que más temprano que tarde se cumplirán con los trámites burocráticos para que la escuela se ponga en marcha. “El proyecto sigue en pie, a mí me ratificaron en el CCC y no tengo intención de cambiar esos planes. La presencia de Consuelo (Sáizar) ese día y en ese lugar fue porque es el lugar físico donde vamos a hacer la carrera, estamos hablando de mitad de noviembre del año pasado y ella tenía que hacer su entrega y acuérdate que Conaculta cambió de administración; ella quería conocer la casa y yo le agradezco que lo haya hecho”.

 Trámites y trámites

Hofmann comparte algunos de los papeleos que siguen pendientes: “Me falta firmar contratos con el gobierno del estado, me falta el uso de suelo y algunas cuestiones de carácter legal; la burocracia lleva su propio ritmo, no es como en la iniciativa privada que compras un local y ya es tuyo. Aquí el propietario es el gobierno del estado y ahí está la casa. Se ha retardado, tú sabes lo que pasó con Don Fausto, su enfermedad, y eso ha retrasado un poco el proyecto, pero sigue vivo. Tenemos un plan de estudios que no hemos podido arrancar porque faltan una serie de detalles de carácter técnico administrativo”.

A esto hay que sumar gestiones que deberán hacer con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pues de momento no quieren quitar ni un milímetro del moho acumulado en el muro exterior de la casona moreliana.

-¿No le parece entonces que inaugurar la escuela en noviembre pasado fue un acto precipitado?, se le pregunta.

-No lo creo, porque era parte de su gestión (hablando de Sáizar) un proyecto que ella apoyó mucho.

-Pero se habló de una generación 2013… ¿La podemos dar por perdida?

-No, yo no sería tan dramático. Un proyecto académico tiene otro ritmo. Me gusta hacer las cosas bien y no quiero andar corriendo. Se necesitan ciertos documentos y hay cosas que conseguir, es un proceso normal pero hemos estado afectados por algunas cuestiones, como el cambio de gobierno federal y también porque el gobierno de Michoacán sufrió algo que nadie habíamos calculado. Don Fausto quería firmar ese convenio con nosotros, cosa que considero un honor, pero se ha ido atrasando por razones fuera de nuestro alcance.

Conaculta: anuncios precipitados

No quiero molestar a Reyna

Cuestionado sobre si el gobernador interino al menos conoce este proyecto cultural, Henner Hofmann acepta que nunca ha cruzado palabra con Jesús Reyna: “El proyecto ha pasado por la revisión de varias secretarías en el estado. Ya pasó por Finanzas, fue aprobado por el Congreso local y ahora está en Patrimonio. Michoacán es un estado muy complejo y luego distraen otras cosas como lo que ha sucedido en los últimos meses (en alusión a la violencia en varias regiones del estado), yo no he querido presionar, no he estado encima de nadie, lo he dejado correr al ritmo que el estado mismo está planteando, pero mi compromiso con la escuela Magdaleno lo estoy llevando”.

Añade que los periodos de arranque académico se siguen pasando, pero promete hacer lo consecuente para pronto (quizá en febrero) arrancar el posgrado aunque se esté desfasado con el ciclo escolar habitual. “Lo que quiero es que este proyecto sea una realidad, que cumpla con cada uno de los requisitos, aunque se tarde lo que se tenga que tardar”

-¿El proyecto está garantizado?

-Totalmente garantizado, lo prometo.

-¿Qué podría ocurrir para que no suceda?

-No sé, que me muera, por ejemplo, pero toda la escuela (el CCC) está comprometida con el proyecto, y lo mismo pasa con el resto de los involucrados.

Invitados de a mentis

Mientras Consuelo Sáizar, Daniela Michel y Henner Hofmann daban el claquetazo de arranque el pasado noviembre, se dio una lista de personajes que acudirían a esta escuela ya fuera como profesores o como conferencistas invitados. Entre ellos se mencionó el nombre de Guillermo Arriaga, guionista de cintas como Amores Perros, Los tres entierros de Melquiades Estrada y Babel, así como director de The Burning Plain. Contactado vía Twitter, y ante la pregunta de si alguna vez lo habían invitado a formar parte de este proyecto, el también escritor respondió: “No, nadie me avisó. No tenía ni idea. Es que a veces invitan a mis dobles. Ja.”

Cuestionado al respecto, Hofmann aclara que el proyecto académico consideró varios perfiles ideales para sumarse a la planta de maestros o conferencistas, pero que en el caso de Arriaga, efectivamente nunca se le invitó.

-¿Y a los demás?

-Se tiene una lista de gente ideal, pero las invitaciones se harán llegar en su momento. Cuando te casas primero te consigues a la novia y luego ves a quién invitar, en eso estamos nosotros.

Guillermo Arriaga, ni enterado.

Y mientras tanto…

Mientras se cumple con la burocracia michoacana, a la que Hofmann llama buena burocracia, el espacio moreliano del CCC ya anuncia el Curso de Literatura y Guión de Horror a cargo de Alejandro Licona, dramaturgo, escritor y guionista de cine. Arranca el 24 de agosto y concluye el 5 de octubre, con seis sesiones sabatinas de 10:00 am a 3:00 pm. El costo por alumno es de dos mil 500 pesos.

Además, presume que la película Estrellas Solitarias, de Fernando Urdapilleta y ganadora de Ópera Prima 2012 en el CCC, rodó escenas en Tlalpujahua, con lo que se reafirma el interés que esta institución académica tiene por Michoacán.

 

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