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Aún más bella: la autoestima se viste de lentejuelas

Aún más bella (De plus belle, 2017) es el largometraje debut de la diseñadora de vestuario, ahora también directora y guionista Anne-Gaëlle Daval. La comedia dramática tuvo su estreno el año pasado en Francia, con un desempeño aceptable en su paso por la cartelera. En México formó parte de la 21 edición del Tour de Cine Francés y llega ahora al circuito de arte de la mano de la distribuidora Nueva Era.

El guion, original de la joven cineasta francesa, sigue los pasos de Lucie, una madre soltera que lo está pasando muy mal después de un difícil tratamiento para el cáncer de mama. A pesar de su baja autoestima, es asediada por Clovis, un apuesto donjuán que se dedica a coleccionar amores de una noche. Sin pretenderlo, Lucie se involucra con una especie de grupo de ayuda, en donde por medio del baile sensual las mujeres logran recuperar la confianza perdida. Sin embargo, la reaparición del cáncer aunada a una complicada relación con su madre y su hija, pondrán a la protagonista en un punto emocional en el que parece alejarse del amor y la aceptación que tanta falta le hacen a su vida.

Parece difícil imaginarlo, pero la motivación original de Daval para pasar de diseñadora de vestuario a directora de cine fue el deseo de diseñar trajes de cabaret. Después de años de trabajar para una serie de televisión ambientada en la Edad Media, cuyos personajes visten trajes simples y de colores apagados, Anne-Gaëlle decidió que era tiempo de dar un paso adelante, escribiendo una historia que requiriera el brillo de los trajes ajustados y las lentejuelas de las bailarinas.

Para llevar a cabo su proyecto, decidió contar con la presencia de la exitosa actriz y humorista Florence Foresti, quien ofrece al mismo tiempo un gesto adusto y pinceladas festivas. Tras su fachada de comediante esconde la sensibilidad necesaria para llevar el peso de la película. Es una pena que su contraparte masculina, el actor Matthieu Kassovitz, aporte tan poco. De hecho, ambos nunca conectan del todo, su conexión es gélida y esquemática. Aunque debemos decir en su favor, que el romance no es el tema central del filme, sino el viaje que recorre su protagonista para fortalecer su autoestima.

No son el cortejo improbable ni el insidioso cáncer los elementos de mayor peso en la obra de Daval. Es el seno familiar en donde se desarrollan los conflictos más atrayentes: el hermano bonachón que hace de paño de lágrimas, la hermana joven y atractiva que está sumida en un matrimonio infeliz, así como la madre castrante, que jura querer a todos por igual, pero que cada vez que puede, descarga su mal humor en la atribulada primogénita. Todos ellos conforman el mosaico interesante pero inacabado de Aún más bella.

En términos generales podemos decir que la novel cineasta debuta con una obra animosa pero irregular. A pesar del empeño de los actores el romance se siente tibio y forzado, para colmo, la directora no se resiste a la tentación del desenlace empalagoso. No obstante, es una película que tiene algo para contar, parece decirnos con cierta convicción que no importa la edad, ni el físico, ni la condición social, todos en algún momento de nuestras vidas enfrentamos las presiones sociales y nadie sabe con certeza como enfrentarlas. Transmite un atisbo de esperanza y la sensación de que todo va a salir bien, aun cuando en el día a día nos sumergimos en una realidad que suele estar plagada de trampas aparentemente infranqueables.

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