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Ayer maravilla fui cierra la sección de competencia del FICM

 

La última jornada de actividades de la sección de Largometrajes Mexicanos en Competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), cerró el viernes con Ayer maravilla fui (2017), segunda película que dirige el director y guionista Gabriel Mariño. Su ópera prima, Un mundo secreto (2012), tuvo un importante recorrido en festivales, mientras que su más reciente producción espera hacer lo propio después de hacer su estreno mundial en la capital michoacana.

Con guión del propio Mariño, la película recorre la Ciudad de México a través de un ente que va ocupando cuerpos de manera aleatoria. Llega a un momento crucial de su existencia cuando se encuentra con Luisa, una joven empleada de una estética de la que queda prendado. A través de los diferentes cambios físicos que experimenta: un anciano, una mujer y un joven, la figura intentará mantenerse junto a su amada. Pero, ¿qué tan cerca llegará a estar de ella?

Puede ser que partiendo de esa idea suene peor de lo que es. Pero cuando el propio Mariño abordó el tema del origen de la producción contó lo siguiente: “desde el principio queríamos hacer una historia utilizando elementos fantásticos… un personaje que cambia de cuerpos. Quería explorar la idea de si sería posible enamorarse de alguien no solo a partir de su cuerpo, sino de su esencia”. Dicha explicación le da cierto sentido a lo que vemos en la pantalla, aunque eso no necesariamente hace de ella una buena película.

Es importante mencionar que la película es monocromática, el primer motivo para ello fueron por supuesto las limitaciones presupuestales (toda la producción se hizo con aportaciones particulares y solo la postproducción consiguió fondos adicionales). Pero Mariño asegura que quiso verlo como un reto: “el blanco y negro era importante, porque le da un toque nostálgico… además no teníamos dinero para luces por lo que se grabó con sin iluminación, pero también entendimos que eso le dio una textura especial a la película”. En ese aspecto debemos reconocer el trabajo de fotografía, el cual cubre un amplio espectro de tonalidades incluso en las tomas nocturnas.

El director asegura que la música, en buena medida sonatas de Schubert, busca mezclarse con las imágenes para crear algo distinto, para expresar algo que las imágenes no alcanzan. Pero en cambio se torna en un acompañamiento insidioso de las escenas silentes, salvo los minutos iniciales parece que el aporte musical se diluye conforme avanza el metraje.

Ayer maravilla fui es una exploración sobre la soledad. Sobre esa soledad que se vive en las grandes ciudades en donde todos se encuentran aislados a pesar de estar rodeados de gente. También explora esta parte de la soledad corporal, ya que al final si nos despojamos de todos los lazos sociales solo nos queda nuestro propio cuerpo. Para acercarse al tema, Mariño utiliza este ente indefinible, truculento y arbitrario, que le permite armar esta historia de acuerdo a sus propias reglas.

Tiene elementos rescatables, pero es una obra con la que resulta muy difícil conectar, no es del todo aburrida pero estoy seguro que no la volvería a ver. Pero a juzgar por los aplausos y los comentarios en la función de prensa, hay mucha gente a la que sí le gustó. Ya veremos que dice el jurado, después de todo, ya estamos acostumbrados a las sorpresas.

*Foto tomada del FICM

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