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Breves internacionales

Por: Emiliano Raya

A pesar de no encontrarse dentro de la terna ganadora, lugar de honor que ocupó, sin desmerecerlo La Ciudad de Gao-Feng, de  Oriol Martínez, de la calidad y originalidad de los 42 cortos internacionales presentados en el Feratum Film Festival, hay dos de estas cintas que merecen mención especial.

En primer lugar, Voice Over, un corte de ciencia ficción español dirigido por Martín Rosete con un guión de Luiso Berdejo. Como su nombre lo indica, las riendas de la historia las tiene el narrador de la misma y del cual solo se escucha su voz, mientras va estructurando diversas situaciones.

Eres un astronauta. Tu nave se ha estrellado. Tienes que llegar a la cápsula para conseguir oxígeno. Solo te quedan 3 minutos y 33 segundos, dice la voz.

De pronto para, reflexiona y niega. “No, no, no. Eres un soldado francés en la Segunda Guerra Mundial. Tienes que dinamitar un puente en el que en unos 4 minutos pasará un convoy alemán con prisioneros. Entre ellos viene María. Pero no tienes piernas. Una mina te las ha volado. Tienes que arrastrarte hasta llegar al detonador”, sentencia.

Un nuevo silencio se apodera de la pantalla y el arrepentimiento se apodera una vez más de la voz narradora. “No. Eres un náufrago, tu barco se ha hundido y has quedado atrapado por una cuerda que te sujeta la pierna y no te permite subir a la superficie.”

Pero todas las historias tienen algo en común, en ninguna de ellas el protagonista va a sobrevivir. El narrador se da cuenta de esto. Entonces vuelve a parar y narra una nueva escena. “Eres un niño. En la piscina del pueblo. Es tu primer beso”.

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En segundo lugar vale la pena mencionar, Spitzendeckchen, se trata de un corto de terror, (empezando por el impronunciable nombre), de Dominik Hartl, de nacionalidad compartida por Austria y Chile y con una duración de nueve minutos, narra la historia de Anna, quien después de terminar con su novio Daniel decide rehacer su vida en un viejo departamento vienés.

Al inicio del film una encorvada viejecilla aparece en la pantalla con la firme intención de abandonar el edificio utilizando una cuerda para descender por las laderas del mismo, pero algo se lo impide, y antes de cumplir su cometido es regresada por una fuerza sobrenatural que se toma el tiempo para cerrar la venta. Esta viejecilla es quien “cede” el departamento a Anna.

Anna trata de remodelar su nueva vivienda. Pinta el departamento, tira los adornos de porcelana y las carpetas tejidas. Pero algo parece empeñado en no permitir que nadie cambien en la morada. Sin embargo, Anna parece poder convivir con estas extrañas particularidades, pero de pronto nota de envejecimiento. Su pelo comienza a volverse cano, surgen manchas en su piel y pequeñas pero notorias arrugas en su cuerpo.

Anna decide pedir ayuda, primero al encargado del inmueble a quien le exige que rescinda el contrato, cosa que es imposible según le cuenta, ya que no puede abandonar el departamento si no deja  a alguien en su lugar. Después Anna recurre a médicos, quienes no encuentran nada extraño en que una mujer de su edad presente signos de envejecimiento y aunque ella se esfuerza en explicarles que solo tiene 25 años, los documentos que podrían acreditar esto se han vuelto borrosos e ilegibles.

“Al departamento no le gusta estar solo”, le dice el encargado del edificio. Entonces Anna lo entiende, el departamento se alimenta de sus inquilinos. De su juventud. Tiene que dejar el edificio, pero necesita que alguien lo rente. Su ex novio Daniel. Su ex novio y su nueva pareja. Pero no puede, no puede hacerle eso ni siquiera a Daniel. Entonces acepta su destino. El departamento la va a devorar, se volverá parte de él. Se sienta entonces en el sillón y espera a que este haga su trabajo. A que la engulla. El departamento la transforma en hilos que utiliza para renovar el viejo sillón.

VOICE OVER (English subtitles) from Kamel Films on Vimeo.

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