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Call me by your name: huele a Oscar

Hemos llegado a la parte medular del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), además de toda la actividad generada a partir del arribo de Guillermo del Toro, la jornada del miércoles presentó en la sección de Estrenos Internacionales Call me by your name (2017), quinto largometraje de ficción que dirige el italiano Luca Guadagnino. La película ya inició su periplo festivalero en Sundance, Berlín, San Sebastián y Toronto antes de llegar a la capital michoacana, contando hasta el momento con la aprobación unánime de la prensa especializada.

Call me by your name está basada en la novela homónima del escritor estadounidense André Aciman, publicada por primera vez en 2007 (en español está editada en Alfaguara con el título “Llámame por tu nombre”). La historia se desarrolla en una ciudad del norte de Italia a principios de los años ochenta. En ese lugar se encuentra la quinta veraniega del matrimonio Perlman, compuesto por el marido, un profesor experto en cultura grecorromana y la mujer, una reconocida traductora. El cuadro lo completa Elio de diecisiete años, quien queda perdidamente enamorado de Oliver, un estudiante estadounidense mayor de edad que acude a casa de los Perlman para terminar un importante proyecto académico.

Las películas de Guadagnino suelen ser multiculturales, por ejemplo, Cegados por el sol (A bigger splash, 2015), se sitúa en Italia, pero está hablada mayormente en inglés, además reúne actores de una gran diversidad de edades, nacionalidades y registros. Algo parecido sucede en su más reciente trabajo, el cual reúne a un grupo de histriones de diferentes partes del mundo y cuyos diálogos transcurren indistintamente en inglés, francés o italiano.

Gran parte del estilo visual de la cinta está determinado por el ambiente culto que se vive en la casa de los Perlman. Prueba de ello es el talento precoz de Elio, un joven que toca varios instrumentos, escribe música y lee a montones, pero que no deja de hacer cosas propias de los jóvenes como salir a vagar con los amigos y escuchar música en los imprácticos walkman ochenteros.

La película transcurre prácticamente en una sola locación, la encantadora mansión del siglo XVII de la familia, la cual resulta ideal para transmitir la atmósfera calurosa y sofocante del verano italiano. Por otro lado, aunque parte de la música está basada en la música pop de los ochenta, el cineasta siciliano logra equilibrarla con la incorporación de temas clásicos e incluso un par de temas recientes del músico estadounidense Sufjan Stevens.

Claramente parte de los lugares comunes del romance homoerótico visto en el cine, como el hecho de establecer cierta diferencia de edades y el despertar sexual de uno de los personajes. Pero el director italiano se toma su tiempo para cocinar el romance. No hay aquí amor a primera vista, el amorío avanza a trompicones y nos deja siempre la sensación de vaguedad, de cierta indefinición sexual, la cual al final resultará perdurable gracias a los sentidos o al amor, no se sabe. Por lo pronto, Guadagnino aseguró que le gustaría realizar una secuela, seguir contando la historia de estos personajes diez años después. Call me by your name, es una película profundamente emotiva y hay incluso quien la apunta para las nominaciones al Oscar. ¿Será?

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