Revés Online

Carlos Flores Rom: gráfica ruda y pipope

Carlos Flores Rom (1975) nació a unas cuadras de la Arena Puebla, su abuelo era un luchador apodado “El Guama” y su padre lo llevaba religiosamente a las funciones de lucha libre donde conoció a gladiadores como Canek, Fishman, Aníbal, los Villanos, El Solitario y toda una generación que protagonizó la época dorada y plateada del pancracio mexicano. Ese amor por técnicos y rudos se plasma en la exposición El Mil Máscaras, que a partir de este 18 de abril tendrá como casa la Galería OMO de Morelia.

¿Pero cuáles son los motivos que lo inspiran para realizar su obra? Mientras probaba por primera vez el famoso aporreadillo de Huetamo, nos concedió una nutrida entrevista.

El origen

Estaba interesado por estudiar Diseño Gráfico, pero lo rechazaron en la BUAP, así que se metió a trabajar en una pizzería y finalmente un amigo lo llevó al Instituto de Artes Visuales, de donde finalmente egresó. Aunque se inició como pintor, sus intereses particulares lo fueron llevando al grabado, teniendo a maestros como Adolfo Patiño, Per Anderson, Enrique Pérez, Alejandro Pérez Cruz, Francisco Quintanar y Demián Flores. Sobre este último reconoce influencias marcadas: “Es un artista juchiteco que trae un concepto pop mezclado con la gráfica oaxaqueña tradicional, esos híbridos de animal y humano muy toledescos. Cuando vi sus primeras obras de lucha libre me inspiró porque yo nací a unas cuadras de la Arena Puebla; ahí conocí a André el Gigante y a muchos luchadores más. Creo que la memoria es una inspiración directa para el arte, así que hay que sumar otras estampas de mi vida como esa antigua central de abastos que hoy ya no existe o los mercaditos repletos de personajes pintorescos como el merolico, el hechicero, el zapatero, el del rótulo y muchas imágenes anónimas que te llamaban la atención, digamos que una gráfica callejera sin reconocimiento artístico”.

Poco a poco Rom ha creado su propio universo luchístico, pues no es un simple retratista, sino que le da una resignificación a la imagen, muestra de ello es el homenaje a Sheperd Farey, el artista urbano encargado de multiplicar a André el Gigante en alto contraste. Las máscaras del poblano pueden aparecer en cualquier lado, incluso en el famoso Urinario de Duchamp o como una postura de protesta por la desaparición de normalistas de Ayotzinapa. Kaliman, El Santo y otros tantos personajes populares son parte de su trabajo, mismos que pueden fusionarse con súper héroes del cómic del que Carlos es un irredento seguidor.

«El Clandestino», homenaje a Alejandro Pérez Cruz.

 

Otra de las características de este artista es su gusto por jugar con las palabras, de ahí que ha creado términos con los que bautiza a sus exposiciones, de tal manera que “la gráfica PiPOPe” o el “PopDer” han llegado a galerías de Puebla y Oaxaca, respectivamente. Lo de “Pinches Poblanos Pendejos” se lo toma con humor, tanto, que en 2004 se metió clandestinamente a la Arena Puebla y pintó un stencil con la palabra “Pipope” al lado de la taquilla, mismo que ahí permaneció como atractivo para turistas por más de una década.

Luchadores como El Matemático o Clímax 1 ya conocieron su obra; este último lo contactó personalmente para intercambiar máscara por grabado, “pensé que me iba a demandar, que me reclamaría derechos de autor, pero nada de eso, le encantó la pieza y hasta nos tomamos la foto del recuerdo”, subraya Rom, quien además se ha interesado por íconos sociales como el Che Guevara, ídolos futboleros como Maradona, sin que falte la Virgen de Guadalupe enmascarada, monstruos acuáticos Deltorianos en una lata warholiana y el odiado rostro de Trump bajo las siglas FCK.

Carlos Flores Rom, un día antes de la batalla

 

La expo en OMO

A inaugurarse este 18 de abril en OMO, El Mil Máscaras tiene una curaduría que representa la simbiosis entre la cultura pop con la lucha social, según palabras de Pepe Buitrón, cabecilla de esta galería. “No me interesaba hacer una exposición solo de lucha libre como tal, sino mezclar los íconos, las máscaras como la forma de escondernos tanto a nivel colectivo como individual, esa doble cara que todos tenemos en menor o mayor medida”.

Como ya es costumbre, la expo será acompañada de un libro que además de imágenes tiene textos del escritor Víctor Solorio y una presentación del mismo Buitrón. Así se consolida el trabajo de OMO que busca una coinversión con los artistas, creadores que se caracterizan porque trabajan intensamente y no paran de producir.

El Mil Máscaras, exposición de Carlo Flores Rom

 

Salir de la versión móvil