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Carmín Tropical, una pink noir

Carmín tropical, segundo largometraje de ficción de Rigoberto Pérezcano (además habría que sumarle a su cuenta el documental XV en Zaachila, que presentó en el 2003 en el FICM), fue la película encargada de cerrar la sección de largometrajes mexicanos en competencia.

Carmin-Tropical

La cinta tuvo su estreno mundial en Morelia, lugar desde donde iniciará su recorrido por diferentes festivales nacionales e internacionales. Cuenta Rigoberto que desde el 2004 comenzó a darle vueltas a la idea de construir un guion basándose en esa región tan peculiar del sureste de Oaxaca, Juchitán, en donde la tolerancia y aceptación de la comunidad homosexual (a quienes se les llama muxes), es mucho mayor que en otras partes del país. Inevitablemente el tema remite al documental Juchitán de las locas (2002), dirigido por Patricio Henríquez.

En la cinta, Mabel vuelve a su tierra al enterarse de la muerte de Daniela, su mejor amiga hasta antes de que la primera abandonara su pueblo natal. Mabel comienza a recorrer los pasos de su vieja amiga con la intención de descubrir a su asesino, pero al mismo tiempo busca una nueva oportunidad para el amor.

Para tratar de definir el género de Carmín Tropical, Pérezcano utiliza el término pink noir, por lo que podríamos decir que es una especie de filme transgénero. “Mi formación fue como documentalista, para mí resulta muy difícil alejar el documental y la ficción, me gusta mezclarlos ambos”, dijo el director.

La producción no solo apuesta por ofrecer un trabajo que funcione en la pantalla sino que trascienda más allá, para ello se asesoraron con las Auténticas Intrépidas Buscadoras de Peligro, un grupo de homosexuales de la región, que defienden su diversidad y preservan su identidad como zapotecas. Ante el aumento de los asesinatos por homofobia y los feminicidios en el país, los productores esperan que el filme llame la atención sobre estos temas.

Entre los puntos fuertes de Carmín tropical se debe mencionar el desempeño de José Pescina, quien interpreta a Mabel. Pescina fue elegido (¿o elegida?) de entre un grupo de alrededor de 150 personas que realizaron el casting. Pérezcano afirma que buscaba una mezcla entre Rita Hayworth y María Félix, aunque no estoy muy seguro que eso se vea en la pantalla.

En vez de ser una ventaja, la mezcla de géneros de la que habla Pérezcano, parece ser un lastre para su película, lo que inicialmente pinta como un thriller no alcanza nunca el grado de intensidad y misterio necesario para mantener la atención del espectador. Por otro lado, encontramos esta parte dramática, el regreso a la tierra y el reencuentro con el amor, una veta interesante que en vez de explotarla, se transforma al avanzar el metraje en un simple filme de psicópatas (incluyendo esos innecesarios flashazos por el pasillo del hotel), de esos de los que exporta por docenas el cine estadounidense.

Fueron doce los trabajos que se exhibieron en esta sección, al margen de la diversión ligera que ofreció Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero, parece que las preferencias para llevarse el premio más importante el festival se decantan hacia dos películas Güero y Las oscuras primaveras. Ya veremos que dice el jurado.

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