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Celos y relaciones fugaces en lo nuevo de Philippe Garrel

En actividad constante desde hace más de cuatro décadas, Philippe Garrel es uno de esos casos poco frecuentes en donde el paso del tiempo no ha menguado su prestigio. Si bien obras de antaño como L’enfant secret (1979), al igual que el drama de guerra Liberté, la nuit (1984), fueron ampliamente reconocidas en su momento, son las tres horas de Les amants réguliers (2005), lo mejor de su extensa filmografía. Hace unos años, el director y guionista parisino inició una serie de filmes conocida comúnmente como “la trilogía de los celos”. La cual inició justamente con Los celos (La jalousie, 2013), siguió con A la sombra de las mujeres (L’ombre des femmes, 2015) y concluye con Amante por un día (L’amant de un jour, 2017).

Lo nuevo de Garrel se estrenó en La Quizaine des Réalisateurs, una selección paralela al Festival de Cannes, en donde se hizo acreedora (en conjunto con Un beau soleil intérieur, de Claire Denis), al premio SACD, que otorga la Société de auteurs et compositeurs dramatiques. El filme, que en México es distribuido por Mantarraya, podrá verse también como parte de la 64 Muestra Internacional de Cine.

La trilogía a la que hacíamos mención hace referencia a las tribulaciones de varias relaciones en crisis, las dos primeras nos presentan a los jóvenes padres de una pequeña que están a punto de separarse, así como un triángulo amoroso formado por documentalistas que viven casi en la indigencia. En Amante por un día, la cinta que cierra la tríada, encontramos la pareja conformada por Gilles, un maestro de filosofía que vive un amorío con Ariane, una de sus estudiantes. La vida de ambos se ve trastocada cuando llega al departamento Jeanne, la hija del profesor, quien acaba de sufrir una dolorosa separación de su novio. Ambas chicas tienen la misma edad, cada una tiene sus propios secretos y además, motivaciones distintas, las cuales influirán en sus relaciones amorosas.

La cinta inicia con un encuentro furtivo en un baño de la universidad entre Gilles y Ariane. Después nos enteraremos que el profesor se ha resistido tres meses a los embates de la bella pelirroja. Cuando Jeanne llega al departamento, no solo carga una maleta sino también una enorme dosis de autocompasión. El aparente entendimiento de las dos jóvenes encubre un enfrentamiento para obtener la atención de la figura masculina. La joven amante funge como una madre, pero hace una escena cuando no recibe un beso de bienvenida. La hija oculta el secreto de su rival, pero explota su marcada tendencia a las relaciones fugaces.

Garrel se caracteriza por incluir gente de su entorno cercano en la realización de sus filmes. Su hijo Louis protagonizó la primera parte de la trilogía. Su hija Esther es la Jeanne de Amante por un día, mientras que su esposa Caroline Deruas es coguionista de ésta última película. Aunque quien destaca es la debutante Louise Chevillotte, en tono sugerente, su sensualidad natural hace bello contraste con el espléndido blanco y negro en el cual está retratada toda la serie.

En apenas 76 minutos, Garrel ofrece un interesante estudio de dos personalidades femeninas, las cuales se despliegan con naturalidad apoyadas por una omnipresente voz en off. Las chicas están por encima del padre y amante, quien parece someterse a las circunstancias del capricho juvenil. Esta es una aproximación sutil, casi anticuada, a los devaneos y los celos que los acompañan. Es cierto, son temas trillados, pero en las manos adecuadas, pueden dar lugar a una gran película.

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