La segunda jornada de actividades del 35 Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez (FMM), cerró con la presentación del Chaos String Quartet en el Teatro Mariano Matamoros. La agrupación vienesa, conformada apenas en 2019, es una de las jóvenes promesas de la música austriaca y ha sido seleccionada por el programa promocional “New Austrian Sound of Music”, que fue clave para que se integraran a la programación del festival.
Si bien la agrupación se formó en Viena, sus integrantes tienen distintos orígenes: Susanne Schäffer (violín) es de origen húngaro-germano, Eszter Kruchió (violín) nació en Hungría, mientras que Sara Marzadori (viola) es del norte de Italia y Bas Jongen (Cello) creció en Amsterdam.
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El programa elegido por el Chaos String Quartet estuvo integrado por dos composiciones de clásicos austriacos: Joseph Haydn y Mozart. Pero también agregaron dos piezas contemporáneas, el estreno de “Una ètoile dansante”, dedicada al cuarteto por el compositor Diego Conti y Pucciniana intermezzo del compositor yucateco Roberto Abraham, quien estuvo presente en el teatro.
Sin interactuar con el público y tocando de corrido (salvo por la molesta interrupción causada por varias personas que llegaron tarde y algunos aplausos a destiempo) el cuarteto interpretó las obras con rapidez pero sin ceder en virtuosismo y brío juvenil.
El austero escenario del Matamoros sirvió de fondo para un recital eficaz pero apresurado. Incluso el encore, una pieza con ecos de Cielito lindo y Bésame mucho, pareció escaparse con celeridad, como si los músicos quisieran terminar pronto, antes de que el ruidoso encendido de la catedral interrumpiera las notas de una noche no tan memorable.